Conmovedor relato de una policía heroína que le salvó la vida a un bebé con maniobras de RCP

Astrid Sosa (23), asistida por Daniela Alegrucci (35), socorrió al pequeño Amadeo (2) anoche en La Plata. El relato en primera persona

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La Oficial Suayudante Astrid Sosa
La Oficial Suayudante Astrid Sosa (23) y su pequeña hija Alma (7)

Astrid Sosa (23) tiene la voz temblorosa. “Estoy un poco nerviosa todavía por la situación”, dice cuando atiende el llamado de Infobae y mientras su pequeña hija Alma de 7 años le habla de fondo. Es que anoche la Oficial Suayudante, con la asistencia de su compañera oficial subinspectora Daniela Alegrucci (35), le salvó la vida a un bebé de dos años tras practicarle maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). Todo ocurrió literalmente a la vuelta de la comisaría de Hernández en La Plata, provincia de Buenos Aires.

“Gracias a Dios lo pudimos resolver junto a mi compañera Daniela. Es una situación horrible y la verdad que no se lo deseo a nadie. Lo que nos reconforta a nosotras es que el menor está bien y está con su familia”, comentó la mujer en relación al pequeño Amadeo (2).

Astrid Sosa se recibió hace
Astrid Sosa se recibió hace tres años

“Estábamos en la comisaría y escuchamos que modulan por el radio con un llamado al 911: a la vuelta de la comisaría en 30, entre 510 y 510bis había un menor que no respiraba, no reaccionaba. Cuando escucho eso, rápidamente atino a salir corriendo y cuando salgo de la comisaría veo a mi compañera Daniela que viene corriendo y me grita. Nos subimos al móvil y salimos”, narró la oficial sobre la historia que inició alrededor de las 22 de anoche. “No atiné a agarrar nada, ni barbijo. Imaginá la desesperación”, aclaró.

Luego, Astrid continuó su relato: “Al llegar al domicilio encuentro a la madre en estado de shock, muy nerviosa. Ella se encontraba sentada. Al costado de ella estaba la vecina con la criatura en brazos. Me lo entrega y me dice: ¡No respira! ¡No respira! ¡Está frío!. Cuando yo lo toco estaba frío, sí”.

“Rápidamente lo sujeto, lo miro y no reaccionaba —detalló la mujer sobre el dramático momento—. Estaba medio pálido. Lo tomo de los brazos, me siento y lo apoyo sobre la pierna y empiezo a hacerle la reanimación. Lo doy vuelta y le hago de nuevo las compresiones. Lo levanto para ver de nuevo si reaccionaba y nada. Le vuelvo a hacer lo mismo y me vuelvo a levantar: me lo pongo en el pecho y le comienzo a acariciar la espalda y le golpeo la colita como hacen los médicos cuando el bebé nace para que largue el llanto y veo que empieza a reaccionar. Hacía movimientos pero no respiraba”.

Cuenta Astrid Sosa que egresó de la escuela de policías hace tres años y que una vez atravesó una situación similar con su hija: “Fue una situación de atragantamiento cuando ella era bebé. Sólo tenía meses. Su papá se puso nervioso y sólo reaccioné. Fue el instinto de madre que me hizo agarrarla y le metí los dedos en la boca, pero eso que hice estuvo mal y fue por desconocimiento. La puse boca abajo y la apreté y largó lo que la atragantaba”. “Esa reacción fue por desconocimiento, pero gracias a dios hoy en día sé cómo reaccionar por los cursos y capacitaciones que realicé en estos años”, reflexionó.

"Podría haber sido mi hija.
"Podría haber sido mi hija. Esto es algo que te cambia la vida”. señaló la policía de 23 años

Entre el llamado del 911 y el cierre de la dramática situación, Astrid cree que pasaron sólo 15 minutos, pero que la acción de reanimación apenas duró segundos. “Cuando lo agarré, lo sostuve mirando hacia abajo porque no sabía si se trataba de un paro o si estaba atragantado. Lo que atiné fue a sostenerlo y hacerle compresiones en la espalda a la altura de los omoplatos”, contó sobre sus movimientos mientras Alegrucci contenía a la madre.

“En ese momento se me cruzó por la cabeza la imagen de mi hija y mi familia”, contó e insistió: “Lo tenía en brazos y me decía: ‘Podría haber sido mi hija’. Esto es algo que te cambia la vida”.

“No sabemos qué es lo que tenía porque cuando nosotros llegamos, lo que decía la madre en medio de su estado de shock era que le había dado el pecho y la mamadera y que lo había dejado en el coche. Después salió a hacer una cosa y al volver lo ve con los ojos abiertos y temblando”, relató la oficial. “Fueron segundos y después el nene se reincorporó”, insistió.

“En ese momento se me
“En ese momento se me cruzó por la cabeza la imagen de mi hija y mi familia”, comentó la oficial

Ayer, Sosa comenzó su turno de trabajo a las 19 y lo terminó a las 7 de hoy. En realidad se trata de un horario que no suele realizar, pero en esta ocasión lo hizo para cubrir la suplencia de una compañera que contrajo COVID-19. “Acá somos casi todas mujeres. La titular de la dependencia… Después somos tres oficiales de servicio y las ayudantes de guardia también son todas mujeres. Además, casi todas somos madres”, aclaró Astrid en su relato.

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