Un pesado árbol cayó sobre un auto en movimiento que circulaba por la avenida Ingeniero Fernández García, en el partido de Ezeiza. El vehículo marca Citroën de color negro estaba en tránsito, dirigiéndose desde la zona de bosques hacia la autopista Ricchieri. Lo conducía un hombre. Iba solo. Para su fortuna no lo acompañaba nadie. El mediodía ya había pasado cuando estrepitosamente uno de los pesados árboles que custodian el camino se derrumbó perpendicular a la avenida.
El hombre sobrevivió. Personal de la unidad de salvamento del cuartel de Ezeiza lo rescató con ayuda de bomberos y agentes de la Policía Federal. Utilizaron elementos de cortes y sierras para cortar el tronco y precisaron de ayuda de varias personas para quitar los restos del árbol de los hierros retorcidos del auto.
El conductor sufrió varias fracturas. Cuando lo rescataron del interior del vehículo, fue rápidamente inmovilizado y trasladado por el SAME al hospital de Ezeiza. Aún se desconocen los datos personales de la víctima y la gravedad de sus lesiones, pero fuentes oficiales informaron que el conductor del automóvil se encontraba muy lastimado.
El hecho ocurrió a pocos metros del ingreso a un predio de la Secretaría de Deportes de la Nación, lo que antes había sido el zoológico de Ezeiza, propiedad del mediático Jorge Cutini, donde el 8 de octubre de 1988 un oso le arrancó un brazo a Miguel Bello Arias, quien por entonces tenía siete años. Enfrente del lugar del incidente se encuentra el centro recreativo de la Obra Social Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y queda a mitad de camino entre los campos de entrenamiento de Boca Juniors y de la Asociación del Fútbol Argentino. A 600 metros de la avenida, también conocida como Camino Real, está el trazado de la autopista Ricchieri.
Gustavo Rodríguez, propietario de la pensión canina La Brava, instaló un cartel de promoción justo donde el árbol se precipitó. Fundó su emprendimiento en la zona hace 43 años. Dice que esos árboles fueron plantados entre 1947 y 1949 por el ministro de Obras Públicas Juan Pistarini. “Pusieron más de 100 eucaliptos. Son árboles grandes y adultos. Cada dos por tres están cayéndose esos árboles”, ratifica.
“Hace quince días se cayó otro -jura-. Al lado de adentro del predio todavía están las rodajas del árbol. Se cortó la calle, también cortó los cables. Vive trabajando Edesur por el tema de los cables. Hace 43 años que estamos acá, imaginate si habremos visto caer árboles. A 300 metros de ese lugar hay una parrilla vieja. La leña de los árboles que se caen la tienen toda ahí. Es una montaña de leña”.
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