El Ministerio de Salud de la Nación informó este martes 18 de enero que, en las últimas 24 horas, se registraron 189 muertes y 120.982 contagios de coronavirus: el quinto registro más alto de toda la pandemia. La cifra récord fue el pasado viernes 14 de enero con casi 140 mil notificaciones en un día. Previo a eso se registraron, 134.439 casos el 11 de enero; 131.082 el 12 de enero y 128.402 el 13 de enero.
Así, el total de infectados desde el inicio de la pandemia asciende a 7.318.305 y son 118.420 las víctimas.
De acuerdo al parte epidemiológico, de momento, en Argentina hay 2.330 personas con coronavirus internadas en terapia intensiva. El porcentaje de ocupación de camas a nivel nacional es del 45,5% y en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) del 45,0%.
De ayer a hoy se realizaron 165.124 testeos. Como resultado, la tasa de positividad registrada es del 73.26%, siete veces más de lo que aconseja la OMS. Por otro lado, del total de muertes reportadas hoy, 103 son hombres y 86 mujeres. Las provincias que más decesos reportaron fueron Buenos Aires con 46, Córdoba con 40 y CABA con 19 fallecidos, respectivamente.
De los 120.982 casos de COVID-19 reportados hoy, 78.104 casos (el 64,55%) se concentran en PBA (49.794), CABA (14.340) y Córdoba (13.970).
Para el resto del país, los números fueron los siguientes: Catamarca 1.036 contagios, Chaco 2.626, Chubut 1.166, Corrientes 254, Entre Ríos 2.452, Formosa 1.813, Jujuy 2.651, La Pampa 933, La Rioja 232, Mendoza 4.152, Misiones 386, Neuquén 1.761, Río Negro 1.258, Salta 2.411, San Juan 2.289, San Luis 920, Santa Cruz 622, Santa Fe 9.383, Santiago del Estero 1.981, Tierra del Fuego 453 y Tucumán 4.099.
A diferencia de las otras dos olas previas de coronavirus, esta vez, el país cuenta con un alto porcentaje de su población vacunada: más del 85% recibió una dosis, el 74% tiene dos dosis y avanza el refuerzo, lo que contribuyó a que, pese a la gran cantidad de contagios diarios, las terapias intensivas no se vean todavía comprometidas.
Según la última actualización del Monitor Público de Vacunación, el total de inoculaciones aplicadas asciende a 82.883.083, de las cuales 39.063.511 corresponden a primera dosis, 34.102.123 a segunda, 2.946.481 adicionales y 6.770.968 de refuerzo, mientras que las vacunas distribuidas a las jurisdicciones llegan a 93.854.553 y las donadas a 5.083.000.
En ese sentido, la Ministra de Salud Carla Vizzotti insistió con que las personas completen su esquema de vacunación. “Necesitamos fortalecer los cuidados y la vacunación para que el número de casos sea lo más bajo posible”, aseguró la titular de la cartera sanitaria en el marco del operativo Detectar Verano.
De acuerdo con los expertos, el virus circula e infecta y, pese al “desacople” entre la curva de casos e internaciones (una crece de manera abrupta y la otra apenas), muchos contagios pueden provocar también muchos muertos. “En este contexto, y frente a un momento de la pandemia en el que no es posible poner restricciones a la movilidad y a las interacciones sociales, una de las formas más viables de sostener la actividad y a la vez prevenir es mejorar la calidad de los barbijos”, señaló la investigadora de CONICET Sol Minoldo.
En diálogo con Télam, la especialista destacó dos puntos centrales para mejorar la eficacia de los barbijos: el material y el ajuste. “El objetivo es que todo el aire inhalado y exhalado pase a través del barbijo”, describió.
En sintonía, Andrea Pineda Rojas, investigadora del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) y del CONICET recordó que una de las principales vías de contagio del COVID-19 son los aerosoles: esas pequeñas gotitas (invisibles) que emitimos cuando exhalamos y que por su pequeño tamaño quedan suspendidas en el aire. “Un barbijo con material y ajuste adecuados permitiría filtrar ese aire que inhalamos y exhalamos protegiéndonos tanto del contagio en proximidad como a distancia”, detalló y enfatizó en que muchos de los barbijos que se usan, ya sea porque no ajusta bien o porque el filtro es malo, dejan pasar aerosoles.
En los casi dos años que llevamos conviviendo con el COVID-19, coincidieron las expertas, el uso de barbijo nunca dejó de ser clave. “A pesar del tiempo, muchas personas no saben todavía cómo se transmite el virus, por qué hay que usar barbijo o ventilar o estar a distancia. Sería muy importante insistir con esto en este contexto de ‘nueva normalidad’ con tantos casos”, concluyó Pineda Rojas.
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