Valeria del Mar: la familia que abre las puertas de su casa para mostrar cómo se vive “dentro de una obra de arte”

El proyecto, que comenzó en 2014, incluye talleres de mosaiquismo, pintura sobre tela y arteterapia, entre otros tantos. Una visita al interior de una de las tres casas intervenidas de artistas, abiertas al público en Pinamar

“La hicimos nosotros desde el primer ladrillo y está pensada para desarrollar actividades artísticas”, dice Norma Pedrotti. Habla de la casa en la que vive desde hace 20 años junto a su esposo, Mario Risé. Se trata de un lugar pintoresco y distinguido no solo de la localidad de Valeria del Mar, sino de todo el partido de Pinamar: es una de las tres casas de artistas que se pueden encontrar en el distrito costero.

La propiedad, localizada en Somellera 79, tiene el nombre de “El ojo y el diamante”. Desde 2014, cada temporada recibe constantemente visitantes con la intención de recorrer su vivienda, fiel reflejo de su espíritu creativo, en el marco de un proyecto impulsado por uno de los hijos de la pareja, el artista Lucas Risé, quien vive en México, aunque su obra está toda en esta casa.

Abrieron su casa al público hace ocho años (Gustavo Gavotti)

La casa, que abre sus puertas de lunes a sábados de 17 a 20, tiene su impronta con paredes, muebles y habitaciones intervenidas y multicolores, prendas bordadas a mano, juguetes de madera que prepara el hombre y un piano amarillo que la mujer hace sonar con toda pasión. Allí se dictan talleres al aire libre de mosaiquismo, vitrofusión, pintura sobre tela, decorativa, arteterapia, bordado y apliques, que proporcionan una base de conocimiento de cada técnica, para luego “llevar a sus hogares y seguir interviniendo objetos y espacios.”

Además, cada visitante puede recorrer el living, la cocina, una habitación y el patio, además de tomar el té y conocer la historia del lugar en profundidad. Todo forma parte de una propuesta de turismo fuera de lo convencional. Ideal para turistas a los que la playa no los tienta tanto.

El proyecto fue impulsado por uno de los hijos de la pareja, el artista Lucas Risé, que vive en México pero tiene en la casa toda su obra (Gustavo Gavotti)

La hija de la pareja, Carolina Risé, cuenta el origen del proyecto y remarca que si bien comenzó hace ocho años, la casa era intervenida desde mucho antes. “Después vino la intención de abrirlo y de mostrárlo a la gente. El proyecto fue una necesidad de la familia, en términos emocionales, intelectuales, de formas de habitar el mundo. Vivimos dentro de una obra de arte, y es así como queremos transmitirlo a la gente. Vivimos arte porque también intervenimos ropa. Siempre intentamos tender hacia el bienestar y la sustentabilidad, ya sea desde la alimentación o la reutilización de materiales. No podemos vivir de otra manera”, explica.

Norma da clases de piano y dicta talleres de arte (Gustavo Gavotti)

Carolina, que está por recibirse de psicóloga, es también directora de cine, completó un instructorado en arteterapia, y junto a su madre desarrolló varios de los talleres que ofrecen al público. Su hogar está en Mar del Plata, aunque disfruta de la temporada junto a sus padres. Es que El Ojo y el Diamante es un espacio fruto del trabajo en conjunto de la familia, en la que cada integrante aporta lo suyo.

Cada visitante puede recorrer el living, la cocina, una habitación y el patio (Gustavo Gavotti)

Por caso, Norma tiene formación en bellas artes y a su vez es profesora de mosaiquismo. Enseña piano y talleres de arte. Mario, por su parte, es docente y profesor en Administración de Empresas, además de carpintero. En su caso, hace juguetes de madera reciclada a mano y también se dedica a la construcción. “Arregla todo, básicamente”, acota Carolina. El tercer hijo de Norma es Mario, el abogado de la familia que “colabora con esa parte que a muchos de los artistas no nos gusta tanto”, señala la joven.

Mario hace juguetes de madera reciclada a mano y también se dedica a la construcción (Gustavo Gavotti)

En Pinamar existen tres casas de artistas. La Casa Museo Víctor Magariños D., en el norte de Pinamar (Avenida Libertador y Picaflores), donde se encuentra una muestra permanente del pintor, que vivió allí los últimos treinta años de su vida. L la restante es la Casa de Artista “Experiencias Jorgelina Allona”, que ofició de vivienda de la artista plástica pinamarense Beatriz Orosco, destacada en cerámica Raku, donde, además de ver su obra, se realizan diferentes experiencias “cinco sentidos”, vinculadas a la cultura, el arte, la fotografía, la moda y la lectura.

El Ojo y el Diamante ofrece una propuesta de turismo fuera de lo convencional en el balneario (Gustavo Gavotti)

“Cada espacio es único”, dice Carolina, y cuenta con miras al futuro están desarrollando varios ámbitos de reflexión en torno a la perspectiva de género, al arte, la vida sustentable y la alimentación. “Lo que se viene son estos encuentros que elaboramos para la reflexión, con soporte como cines, literatura, teatro”, adelanta la joven, que invita a las personas a visitar la casa y “sentir lo que quieran sentir”.

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