La mística se percibe en el momento que se deja atrás la zona céntrica de la ciudad para subir por la Avenida Colón hacia lo más alto del barrio conocido como La Loma de Stella Maris. En esas cuadras de edificios de varios niveles la mirada se pierde entre las primeras casonas imponentes de estilo pintoresco, que reconstruyen la época de esplendor del balneario durante el inicio del siglo XIX.
Transitar el patrimonio histórico junto a las ricas historias de La Feliz es lo que proponen las dos guías de turismo Andrea García y Victoria Gazzanego. Ambas se instalaron en la ciudad hace algunos años y disfrutan mostrando los circuitos no tan conocidos a los turistas y vecinos que quieren conocer un poco más del lugar en el que eligieron vivir.
Todas las semanas salen a desandar, en tours a pie, los caminos de la escritora Alfonsina Storni o el recorrido del cementerio de La Loma, entre otros. Conocedoras, sugieren empezar por este último ya que es el barrio más antiguo y tradicional del balneario.
¿Qué casas quedan todavía en pie? ¿Cuál fue el primer nombre del lugar?, son algunos de los disparadores que se revelan en sus populares itinerarios.
“Hacia 1900 muchas familias aristocráticas de la sociedad argentina, cautivados por los paisajes, eligieron Mar del Plata como destino para pasar los meses de verano. Se instalaron en esta zona por su disposición geográfica y topográfica de privilegio, una loma elevada a 44 metros del mar. Y empezaron a construir sus viviendas a imagen y semejanza de los balnearios europeos”, explican las especialistas.
El ingeniero inglés William Bragge fue quien bautizó el lugar como La Loma Hydra, su nombre actual es a partir de la Capilla Stella Maris, la Virgen del Mar. “Las mujeres aristócratas, además de cuidar el hogar y a los niños, formaban sociedades benefactoras como la que se desarrolla en la capilla, ya que no podían acceder a otras actividades públicas”, agregan.
Una de las primeras casas del zona, que sigue en pie, fue La Villa Ortiz Basualdo, donde en la actualidad funciona el Museo Municipal de Arte Juan Carlos Castagnino, y fue declarada Monumento Histórico Nacional en 2021. Sus cinco niveles invitan a descubrir los vitrales, las vigas y ornamentos de gran valor. Al igual que Villa Normandy, de 1918 y del francés Gastón Mallet, responde al pintoresquismo predominante de la época y que fue tan característico de la ciudad que también se llamó “estilo marplantense”.
No hace falta caminar demasiado para descubrir, sobre la Avenida Colón justo en la intersección con Mendoza, un espacio donde el tiempo parece haberse detenido. En esa cuadra sobreviven cuatro casonas de estilo. “Es llamativo verlas una al lado de la otra. No hay construcciones modernas que interfieren, ni las encajonan. Se distingue el uso de la piedra cuarcita, popularmente conocida como Piedra Mar del Plata, los techos de tejas, los distintos niveles y la disposición sobre el terreno que deja lugar al jardín frontal”, dice Gazzanego. “Una de ellas fue realizada por el reconocido arquitecto Alejandro Bustillo, responsable de la construcción del complejo Casino Central y el Hotel Provincial, y lleva la placa en su honor”.
Otra joya impactante es la Torre Tanque, que se asoma en la altura desde la calle Mendoza. “Es uno de los lugares más llamativos de la ciudad. Se trata de una torre emblemática con arquitectura de reminiscencias del estilo gótico la cual se eleva a 88 metros de altura. Más alto que el Obelisco. Desde el mirador 360 se observa las sierras, el mar y los barrios aledaños”, destacan. Esta pertenece a Obras Sanitarias y provee de agua corriente a 20 cuadras a la redonda.
Desde La Loma se tiene una vista privilegiada a la Bahía Varese de aguas calmas, que también forma parte de este barrio residencial invadido por joyas arquitectónicas que reflejan el lujo del siglo pasado.
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