Fue la única argentina seleccionada por el Royal Ballet de Londres y logró viajar gracias a una ayuda inesperada

Milagros Cerruti Ruíz, de 13 años, está a punto de enfrentar una de sus mayores desafíos: bailar la en la escuela de danza más prestigiosa del mundo. Como los costos del viaje eran muy elevados, casi se queda en Argentina. Pero apareció la ayuda.

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En su elemento: Milagros Cerutti
En su elemento: Milagros Cerutti en un escenario bailando, lo que más le gusta hacer.

Lo más difícil, lo más importante, ya había sucedido. Sin embargo, parecía que el sueño iba a naufragar. Es que a sus 13 años, Milagros Cerruti Ruíz había recibido la mejor y la peor noticia a la vez: por un lado, el Royal Ballet de Londres (una de las instituciones de danza más prestigiosas del mundo), la había seleccionado para audicionar para lograr ser parte de su cuerpo estable de baile; por el otro lado, parecía imposible juntar los fondos para viajar al Reino Unido.

Parecía imposible, además, porque es el mundo de la pandemia. Además del pasaje, debía estar días en cuarentena y no tenía lugar donde quedarse. Económicamente era una oportunidad imposible de afrontar para ella y su familia. Pero el sueño de Milagros podía más y su madre no quiso negárselo. Entonces comenzó una colecta por redes sociales, la suerte tampoco mejoraba. Y ahí, donde todo parecía perdido, apareció el poder de la comunicación. Su historia fue contada en Infobae el 25 de diciembre y pronto comenzaron a llegar olas de generosidad. La gobernación de Tucumán se había comprometido a ayudar a Milagros. Es que el gobernador, Osvaldo Jaldo, ya conocía su carrera, cuando “Mili” tuvo la oportunidad de entrar al Teatro Colón y el entonces vicegobernador ayudó mucho a la familia con los gastos de los pasajes. En este caso también hizo un aporte importante para que pudiera llevarse a cabo el viaje.

Pero del plato fuerte (todos los pasajes, la gestión y los seguros) se encargó la empresa Turismo Felgueres (que a partir de la nota de Infobae, su CEO, Gerardo Berra, se enteró de la situación y quiso colaborar).

Consultado por Infobae, Berra explicó qué fue lo que lo conmovió de la historia de Milagros: “Siempre me gustó estar al tanto de la gente que podía ayudar, pero no siempre me animé, por diferentes razones. El día que vi a Mili, tuve una corazonada: sentí que debía hacerlo, creo que es una niña con potencial y que poniendo un granito de arena se la puede ayudar mucho. Hasta el día de hoy, a mí me ha ido bien gracias a la gente que me ha ayudado, creo que de eso se trata la vida: de generar un impacto positivo en la gente”, dice.

Milagros Cerruti tiene 13 años y desde los 8 es parte del cuerpo estable del Colón.

La solidaridad no terminó ahí

La comunidad argentina en Londres se enteró de la situación y Andrea empezó a recibir muchas ofertas: le ofrecían hospedaje, contactos, colaboraciones... Finalmente la situación llegó a oídos del embajador argentino en el Reino Unido, Javier Figueroa, que se contactó con la mamá de Milagros y puso la residencia a disposición.

“El embajador hasta me dijo que nos iban a ir a buscar al aeropuerto, lo cual para mí era mucho porque yo nunca había salido nunca del país y no sabía cómo debíamos movernos. De hecho, “Mili” se maneja con el inglés perfecto. Todos me miran a mí cuando nos hablan, porque soy la adulta responsable, pero es ella la que entiende todo, me traduce y habla. Es una genia cómo domina el idioma”, cuenta Andrea. “La verdad es que todos los argentinos que están acá se portaron y se están portando muy bien con nosotras, no puedo parar de agradecer eso”, completa.

Mientras tanto, desde otra habitación de la residencia, el embajador cuenta su visión. Llegó a la embajada en septiembre del 2020 y dice que recién hace poco comenzó a recuperarse la vida cultural de la ciudad, después de meses de pandemia. (Ahora mismo, de todas formas, Londres está rodeada de casos positivos, a razón de más de 100 mil por día en todo el país).

Milagros y Andrea, su mamá,
Milagros y Andrea, su mamá, en una de las salas de la residencia argentina en Londres.

“Me contacté con Andrea, la mamá de “Mili”, para decirle que si no tenían lugar donde hospedarse en Londres podían quedarse en la residencia”, cuenta el embajador.

“Además, coordinamos para que use también parte de la residencia para sus ensayos, porque hasta el 16 de enero tiene que seguir entrenando y teniendo clases, muchas de las cuales las hace por zoom con su profesora de Tucumán”, agrega. En efecto, el gran día será el domingo 16, cuando “Mili” rinda su examen ante el jurado del Royal Ballet.

“Estoy muy nerviosa porque cada vez se acerca más la audición. Pero tengo que estar tranquila. La audición es una clase de ballet en la que hay maestros evaluando. Es igual a la audición que hice en el Colón hace años, en la que nos tomaron flexibilidad, se fijaron en las medidas del cuerpo, y en la última nos evaluaron danza improvisada con música. No sé exactamente cómo será esta vez, pero sé que es como una clase”, cuenta Milagros desde su cuarto en la residencia.

Otra embajadora: Milagros con la
Otra embajadora: Milagros con la bandera argentina en uno de los emblemáticos puentes de Londres.

Para ella es todo como un largo sueño cumpliéndose de a poco. “La residencia es muy hermosa. Todos son muy agradables, gente muy buena. Hay un señor, Alejandro, con quien vemos ballet por las tardes, es un fanático de la danza”, cuenta. Y entonces llega la pregunta de rigor: ¿con qué soñás ahora? “Mi sueño es que salga todo bien y poder ingresar como alumna regular al Royal Ballet”, dice, sencilla e ilusionada.

“Mili” está muy contenta y agradecida… Pero la verdad que en algún punto es una obligación mía: un embajador está para promover la cultura de su país. Y realmente es una oportunidad única para la chica y para nuestra cultura. Ya hay un caso similar: acá está Mariana Núñez, una argentina que es primera bailarina del Royal Ballet, y también vino a los 14 años a audicionar como “Mili”. Hizo toda su carrera en el cuerpo estable”, cuenta el embajador.

Este es su segundo destino en Londres. Estuvo desde el 1998 al 2005 como Secretario de la embajada, ahora volvió con el cargo mayor. Recuerda que pudo ver varias veces al Royal Ballet, y que lo impresionó mucho. Pero en este segundo destino aún no le fue posible, sobre todo por la pandemia. Un dato alentador: Mariana Núñez entró al cuerpo de baile real del Reino Unido cuando él estaba en la embajada. También estaba su mujer, Alessandra Viggiano, hoy la encargada de la sección cultural de la embajada y una de las mayores promotoras para que “Mili” pueda ser parte de la vida cultural londinense.

-¿Cómo recibe en general Londres a los extranjeros? Imaginemos que sale bien la audición, ¿qué podría esperar “Mili” de la ciudad?

-Bueno, Londres es una ciudad súper cosmopolita. Vas por la calle y escuchás hablar un montón de idiomas, de nacionalidades. Es como Nueva York en ese aspecto, es difícil que te llame la atención ver a un extranjero. Así que imagino una ciudad muy fácil para alguien que llega. Por otro lado, en el caso de Milagros estaría en un ambiente profesional sumamente propicio porque es una institución muy prestigiosa y educativa.

-¿Cuál es el lugar de la residencia para la misión diplomática?

-La residencia es un lugar de trabajo. Yo lo tomó así. La usamos todo el tiempo para reuniones, eventos, desayunos, actividades culturales, exposiciones, milongas… Abrimos la casa a la comunidad. Vivo acá, en uno de los pisos del edificio, pero el resto se usa para la promoción de nuestra cultura, nuestra economía y lo que se necesite.

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