Al igual que sucede con muchos destinos turísticos de la Costa Atlántica, Cariló atraviesa un verano con niveles de ocupación récord. Según los últimos datos de la Secretaria de Turismo y Desarrollo Económico de Pinamar, la localidad más exclusiva de este distrito está casi al tope: registra un 99 por ciento de ocupación y en el sector hay buenas expectativas de cara a febrero, incluso para su segunda quincena, cuando es esperable una caída en reservas dada la proximidad del inicio del ciclo lectivo (en casi todas las provincias empezarán las clases el lunes 2 de marzo).
“Hasta el 20 de febrero tenemos casi un 100 por ciento y creemos que el nivel de ocupación se va a mantener prácticamente todo el mes que viene. No va a caer como en otros años, teniendo en cuenta que es un período un poco más económico y que en la última semana están los feriados de carnaval”, analizó Ignacio Cattaneo, presidente de la Cámara de turismo de Cariló que, por el contrario, observó una merma en la demanda para marzo: “A esa altura, debería estar más ocupado”.
El mercado inmobiliario de Pinamar cuenta con alrededor de 300 mil plazas turísticas. Claudia Liscio, presidenta del Centro Profesional de Martilleros y Corredores Públicos, apuntó que en Cariló los alquileres comenzaron a agotarse a principios de diciembre y que este verano, al igual que la temporada pasada, hay gran presencia de propietarios, un factor que se advierte sobre la base de la cantidad de casas que entran en alquiler. “Los que se iban al exterior, como a Punta del Este, volvieron a vacacionar acá”, dijo.
El número de ocupación actual pudo haber sido incluso mejor de no haber sido por algunas cancelaciones, producto de la pandemia. Según fuentes de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Pinamar (AEHGP), ya desde las últimas semanas de diciembre se encontraron con turistas que optaron por aplazar las vacaciones ante el aumento de casos de coronavirus, y con otros que contrajeron el virus a último momento y no pudieron viajar.
“Estamos con todos los servicios y los negocios funcionando a pleno, tratando de cumplir al 100 por ciento con los protocolos de COVID-19, pero está complicado el tema. Como pasa en todo el país”, trazó un panorama Cattaneo. Y continuó: “Estamos atravesamos un verano comercialmente más difícil que la temporada pasada. Más difícil de trabajarlo: con más gente, con muchas más complicaciones porque el año pasado no tuvimos tantos caso de COVID como ahora y con muchos más gastos”.
El empresario, también arquitecto, señaló que tanto en el sector de hospedajes como en el gastronómico tuvieron que lidiar con la escasez de recursos humanos (personal de mantenimiento, de limpieza, mozos y demás), un escollo que surgió producto de la ocupación plena. “Lo que pasa es que muchos de los trabajadores que vienen desde Santiago del Estero, Tucumán y otras provincias se encontraron con el problema de que no tienen lugar para dormir. La falta de espacio no fue un tema solo para los turistas, sino también para los que vinieron a trabajar por la temporada”, explicó.
“Ese faltante generó el aumento de los alquileres que, a su vez, le supone al empleador un mayor costo operativo”, amplió.
En otro orden, Cattaneo se refirió a las novedades en el rubro gastronómico en Cariló y resaltó que varios restaurantes típicos del lugar se renovaron para elevar la calidad del servicio, “pusieron calefacción en el exterior o ampliaron los espacios para disponer de más mesas”, también mejoraron las instalaciones internas y las cocinas. En esa línea, mencionó al local de cocina de comida italiana Acqua & Farina, a Camelia Sensi -donde la especialidad son los fondues- y a Demuru Cariló, recién remodelado, que presentó la “cava especial”, un espacio pensado para aquellos clientes que quieren vivir una experiencia diferente, totalmente privado y ambientado, que predispone a los comensales a degustar de un menú de pasos diseñado a medida por el chef Pedro Demuru.
Por otra parte, a los clásicos como Templeton o Jalisco, este verano se sumó un local de Crepa, mientras que Peppe Napoli Rosso agregará a su tradicional pizzería una sede de cocina napolitana que abrirá en los próximos días. Además, en Cariló abrió sus puertas Masse, que ofrece delicias con impronta francesa, como el croissant de dulce de leche o el clásico croissant de limón, el alfajor de coco o la torta opera parisina. Está emplazado en Boyero 1501, donde antes estaba Innsbruck.
Siempre que las condiciones climáticas inviten a salir, el centro comercial de Cariló luce atestado cada noche. Para descomprimir el lugar, Cattaneo comentó que se creará un nuevo centro comercial, a unas 30 cuadras del que ya existe, hacia el lado sur. “Va a ser más exclusivo y brindará mayor calidad en el servicio, lejos del centro siempre colapsado. Ocupará un espacio de 5.000 metros cuadrados donde hoy ya se están construyendo casas”, finalizó el arquitecto. El proyecto del nuevo centro comercial comenzaría este 2022 y se calcula que su construcción demandará un año y medio.
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