El Gobierno porteño informó que la Ciudad de Buenos Aires reforzará los controles de alcoholemia en lugares estratégicos con un sistema de “embudo” para encauzar el flujo vehicular tomando varios carriles de las avenidas y así poder verificar un mayor número de conductores.
La estrategia ya fue utilizada en la Nochebuena y Navidad pasadas y permitió incrementar los operativos de 1.795 en 2020 a 2.822 este año.
La metodología utilizada es la denominada “embudo” que encauza el flujo vehicular tomando varios carriles de la avenida para poder verificar un mayor número de conductores y que todos los vecinos que pasan por el lugar lo hagan a baja velocidad, vean de qué se trata el control, y “se genere conciencia en otros conductores”.
Entre el viernes 24 y el sábado 25 de diciembre al mediodía se realizaron 2.822 controles de alcoholemia, de los cuales 29 (1%) resultaron positivos. El caso de mayor gravedad fue un conductor con 2,18 g/l.
En cambio, en la Nochebuena de 2020, se realizaron 1.795 controles con 55 positivos (3%), y en Año Nuevo pasado el total de testeos fue de 2.932, con 35 positivos (1,2%).
La Secretaría de Transporte y Obras Públicas porteña destacó que “desde 2016 a 2021 la cantidad de controles realizados creció más de 163%”, al pasar de 119.772 controles anuales en 2016 a 314.684 hasta el 15 de diciembre de 2021. De ellos, 5.343 resultaron positivos.
La cifra más alta hasta el momento correspondía al año 2018, cuando se llevaron a cabo 302.186 controles en todo el año.
A partir de esta estadística, la Secretaría concluyó que los positivos se mantienen estables en toda la Ciudad rondando el 1,7% y que el dosaje promedio en controles de alcoholemia positivos de 2021 es de 0.88 g/l de alcohol en sangre.
Los positivos de alcoholemia siguen liderados por los hombres con 84.6% y las tres tdrogas más comunes detectadas en controles de estupefacientes se mantienen en 2020 y 2021: cocaína, marihuana y combinadas.
Paso a paso, cómo es el control de alcoholemia en la Ciudad
Para aquellos que todavía no han sido testigos de cómo se desarrolla un control de alcoholemia en la ciudad de Buenos Aires, es necesario saber que el procedimiento consta de tres pasos.
En primer lugar, personal de Tránsito solicitará al conductor la documentación correspondiente para verificar la identidad (licencia de conducir, cédula verde y seguro).
Acto seguido, se le realizará a la persona un examen con equipo tipo alómetro para determinar si hay presencia de alcohol en el organismo.
Por último, a quienes den positivo en el examen alómetro se los someterá a una segunda prueba con alcoholímetro, para determinar dosaje en sangre.
Actualmente, el Código de Tránsito y Transporte de la Ciudad establece como límite máximo tolerado de alcohol en sangre de 0.5 gr/l para vehículos particulares.
En la Ciudad no está permitido ceder el volante, razón por lo cual una persona que da positivo en la prueba de alcoholemia no puede dejar la conducción del vehículo para ser reemplazada por un acompañante.
Días atrás la Legislatura porteña aprobó el Proyecto Integral de Convivencia Vial, bajo el cual se propone inhabilitar a quienes manejen alcoholizados y mejorar el proceso de habilitación de los conductores.
Desde la Secretaría de Transporte y Obras Públicas porteña indicaron que todavía se encuentra en proceso de reglamentación y esperan que entre en vigencia durante las primeras semanas de 2022.
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