El ocelote vuelve al Iberá: cómo es el proyecto de conservación y reintroducción de la especie

El proyecto para traer de vuelta al tercer mayor felino de América consolida al Iberá como el programa de reintroducción multiespecie más ambicioso del continente

El ocelote vuelve al Iberá (Fundación Rewilding Argentina)

El ocelote, el tercer mayor felino de América y uno de los más bellos, será reintroducido en los Esteros del Iberá, en la provincia de Corrientes, mediante un programa que llevan adelante el gobierno provincial y una fundación privada que busca consolidar al Iberá como el programa de reintroducción multiespecie más ambicioso de América.

Si bien hasta el momento en Argentina no hay un estudio sobre la especie que identifique cuántos individuos quedan en el país, se encontraron especímenes que aún sobreviven en el extremo noreste de la provincia de Corrientes, especialmente en el límite con Misiones y la cuenca del Aguapey.

En el Iberá, sus registros históricos son escasos y el último ocelote observado en el Parque fue un macho fotografiado en 2015 por una cámara trampa colocada por Fundación Rewilding Argentina.

Para lograr con esta especie lo conseguido con el yaguareté, la fundación inició el programa de conservación. “Hace una semana llegó a los corrales Balam, con su collar, y una vez que sea libre podremos saber dónde está gracias a ese gps de monitoreo”, explicó Marisi López, coordinadora de Parques y Comunidades del Proyecto Iberá.

El ocelote puede habitar montes secos, selvas húmedas, ambientes más abiertos, con abundante agua o desérticos (Matías Rebak)

Esta especie es considerada vulnerable a la extinción. “Esto indica que aunque no se redujo por completo tampoco hay una población saludable que nos indique que sobrevivirá en el tiempo. La categoría lo muestra como muy frágil y vulnerable, por eso decidimos iniciar este programa y actuar antes de que sea tarde”, agregó la experta.

El ocelote habitaba desde el sur de Estados Unidos hasta el centro-norte de Argentina, pero en los últimos 150 años perdió gran parte de su área de distribución debido, principalmente, a la caza en busca de su piel para tapados y por la destrucción de su ecosistema. En nuestro país el ocelote quedó relegado a selvas y montes del norte.

Siendo adulto, el ocelote puede alcanzar los 16 kilos y se caracteriza por su pelaje de manchas alargadas y con forma de ocelos (ojos totalmente negros).

El programa que devolverá al felino a Corrientes

Balam es un macho joven que se encuentra en los corrales de pre-suelta, cerca del Paraje Uguay, que fueron construidos especialmente para rehabilitar y luego liberar a los primeros individuos que se suman al proyecto, todos ellos provenientes del cautiverio.

Iberá. Traslado de Ocelote (Augusto Distel - Rewilding Argentina)

“Lo estamos monitoreando en su nuevo espacio, eso le llevará unos días. Seguimos sus movimientos, vemos que come y cuando veamos que todo está bien se le abrirán las puertas de los corrales”, explicó López.

Con el tiempo, será el turno de los otros ocelotes que ya se encuentran transitando el período de cuarentena y se unirán pronto a Balam. Ellos vivían antes en el establecimiento La Peregrina, en Buenos Aires.

El complejo de corrales de pre-suelta es una obra de gran envergadura donde los animales provenientes de cautiverio deben adaptarse progresivamente a la vida en libertad, lo que incluye el desarrollo de sus habilidades de caza. Diferentes especies de aves que forman parte de la dieta de los ocelotes serán provistas en estos corrales. El ocelote puede habitar montes secos, selvas húmedas, ambientes más abiertos, con abundante agua o desérticos.

Como mesodepredador mantiene un control poblacional sobre sus presas y en su dieta hay una gran variedad de animales que abarcan desde pequeñas aves, roedores y reptiles hasta mamíferos del tamaño de una corzuela.

Corrales de presuelta Ocelotes (Juan Pablo Vallejos - Rewilding Argentina)

Gracias a un programa similar encabezado por la fundación, el yaguareté —el felino más grande del continente americano— está regresando al Iberá a través de un proyecto de la Fundación Rewilding mientras que el puma, el segundo en tamaño, está volviendo poco a poco por sus propios medios.

Su recuperación es importante porque viene a recuperar el ecosistema del Iberá. Se está trabajando mucho por tener un ecosistema completo y funcional, es decir con todo su elenco faunístico presente porque cada uno tiene un rol fundamental en el ecosistema. El ocelote ayuda a regular la población de los animales más pequeños. Además, tendrá un rol desde lo turístico cuando se lo pueda ver caminando en un hábitat natural”, aseguró.

En un futuro, las especies pueden encontrarse y estar en armonía; y más a futuro convivir.

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