Félix Delor, empresario francés, visitó Mar del Plata a principios del siglo XX y en su recorrido se enamoró del paisaje local. Según los historiados las vistas le recordaban a su lugar natal: la Normandía, en Francia. Decidido a pasar los veranos en la Feliz, imaginó allí su refugio familiar. Así, le encargó al arquitecto francés Gastón Mallet, la construcción de una casona para disfrutar y dar grandes banquetes.
En 1918 quedó en pie Villa Normandy, sobre la actual Avenida Colón, una joya arquitectónica que parte del patrimonio marplatense. La locación no fue elegida al azar: se hizo en el barrio La Loma Stella Maris por el terreno en elevación desde donde, en ese entonces, se llegaba a ver el mar.
En 1991, el edificio fue declarado Monumento Histórico Arquitectónico Provincial. En los últimos años, el predio pasó por distintos locatarios. Entre ellos, funcionó en el lugar el Consulado de Italia. Luego albergó oficinas públicas, y hoy tiene su sede una empresa de seguros.
Sin embargo, el patio con pérgolas diseñado para las tres hijas de Delor -uno de sus espacios más emblemáticos- estaba abandonado. De esta manera el empresario gastronómico marplatense Juan Pablo Citaddini quiso devolverle el espíritu de época con una propuesta novedosa: un café saludable, el Bon Jus.
Citaddini puso en marcha la puesta en valor del sector exterior donde antes funcionaba como garage de los Delor. Durante el proceso de la obra respetó la estética original. “Mantuvimos toda la estructura original, desde los techos de ladrillos hasta las bachas de época. Solo realizamos actualizaciones y una amplificación para brindar un buen servicio”, contó durante la visita de Infobae.
El café tiene además un espacio con mesas al aire libre para desayunar, almorzar y disfrutar de un brunch. “Se colocaron en la zona de las tres pérgolas, cada una correspondía a las hijas del matrimonio”, agregó.
Un chalet gemelo
Delor le pidió al arquitecto Mallet un chalet similar a los del pueblo normando donde nació. Y este lo logró con exactitud. Victoria Gazzanego, a cargo de las caminatas guiadas por los barrios iconos de la Feliz explica que Villa Normandy tiene su gemela en Francia. “Se trata de Villa Frenda, un antiguo chalet de 1910 que se sitúa en Houlgate, un balneario exclusivo de la Belle Epoque”. Este fue un hallazgo del guionista Alejandro Machado, investigador amateur, creador del blog Arquitectos Franceses que deshace la historia.
Ambas villas no sólo tienen similitudes en su estructura sino también en su terreno: están en esquina y guardan las mismas dimensiones y la misma cantidad de plantas (cuatro).
La fachada también es similar con sus postigos de madera y sus remates de cerámica esmaltada que responde al estilo pintoresquismo que tiene como principal característica el uso de texturas, el falso pan de bois y morteros. La versión local tiene una torre más en el centro de la edificación. Y la torreta que se deja ver por Viamonte es cuadrada mientras que la original es triangular.
En el interior de la casa funciona, además, una compañía de seguros. Donde estuvieron el garage y la sala de máquinas, como ya contamos, está el café pet friendly con un menú natural saludable con jugos naturales prensados en frío, ensaladas y opciones veganas.
Pero ese no es el único ambiente de la mansión que Citaddini busca revivir. En el subsuelo, donde estaban las habitaciones de las institutrices de las hijas de Delor, fue transformado en un restaurante que en enero abrirá sus puertas. Ya tiene nombre: Angkor. Y ofrecerá platos cocinados en Kamado, hornos utilizados en China y Asia.
La ambientación también responde al estilo de la época. “No hubo intervenciones de obra: el piso de granito, las paredes de piedra Mar del Plata y el techo de ladrillo, son originales. Instalamos uno paneles de vidrio donde habrá diseños de la ciudad en el siglo XX. Queremos transmitir una experiencia diferente que viaje en el tiempo”, concluyó Citaddini.
Fotos: Mey Romero
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