La coincidencia fue trágica, pero lo que vino después generó emoción y un mensaje de superación para los trabajadores y propietarios del bar Bodega de Lomas de Zamora, en la provincia de Buenos Aires. Es que el mismo día en el que el local celebraba su primer aniversario un violento incendio cambió la historia, aunque también le dio origen a algo inesperado: un fenómeno solidario que le permitió al lugar reabrir en tiempo record.
El último miércoles 15 de diciembre, el resto bar ubicado en la zona de Las Lomitas había pautado festejar su primer año con un evento al que estaban invitadas aproximadamente 500 personas. La cita era a las 20, pero entre las 18.30 y las 19 ocurrió lo que nadie esperaba. “La vida nos cambió en un ratito: porque nos fuimos a dar una ducha después de laburar desde las 9 de la mañana para la fiesta y en diez minutos se incendió el lugar”, contó Martín Giamberardino, uno de los propietarios.
“Me fui y volví al instante por la noticia. Cuando lo hice ya habían llegado los bomberos”, recordó en diálogo con Infobae el hombre que se encontró con la peor postal. “El calor era terrible, también el ahogo por todos los gases que se generan. Nunca había vivido un incendio así de cerca. Aparte es algo que no se podía combatir, porque el fuego es como el agua: dos cosas que no se pueden frenar. Las llamas fueron tomando una dimensión terrible y cada vez llamaban a más bomberos. Pensábamos que no se iba a apagar más”, recordó Giamberardino.
Aquella tarde el fuego se originó en el bar luego de que se propagara el incendio del encofrado de toda una losa ubicada en una obra en construcción lindera. “Estaban todos trabajando en la cocina y en otras áreas. Pero por suerte, cuando vieron el fuego desde el patio, se alertaron y salieron todos enseguida. Esa reacción permitió que no existiera riesgo de vida para nadie”, detalló el empresario.
Durante el incendio, los trabajadores y propietarios del local reaccionaron para ayudar a los bomberos. Pero no fueron los únicos. “A medida que iba llegando al evento, la gente invitada fue muy solidaria con nosotros. Llegaba vestida de fiesta, de agasajo y se puso a ayudarnos a sacar desde el agua que había quedado después del trabajo de los bomberos, hasta los sillones que se habían quemado. En un momento éramos más de cien personas trabajando para que no se arruine tanto el lugar. Todos nos ayudaron”, recordó Giamberardino.
Toda la ayuda de esa noche del miércoles 15, sumada a la de los días posteriores, le permitió al lugar reabrir con atención al público en una parte del predio el mismo sábado siguiente. “Son 30 empleados, más toda la gente que se acercó a darnos una mano entre amigos, conocidos, vecinos… En un momento éramos más de 40 personas trabajando como para sacarlo adelante”, detalló el empresario en relación al promedio de personas que ayudó en los días posteriores al incendio.
En la semana siguiente también llegó la ayuda de colegas. “Se acercaron porque sabían que se había prendido fuego todo el mobiliario del frente y nos proveían sillas, mercadería, gaseosas, fiambres, todo lo que necesitábamos. Nos emocionó”, contó Giamberardino y agregó al respecto: “Seguimos sorprendidos por todo el apoyo que nos llega”.
“Cuando pasó fue un momento feo, porque no sabíamos hasta dónde se iba a extender el fuego. Te genera impotencia y tristeza, porque cuesta mucho abrir un local”, comentó Pablo, gerente del restaurante Pertutti, que facilitó sillas para la reapertura. “Si fue duro para nosotros ver lo que sucedía, no quiero imaginar lo que fue para ellos. Todos estamos en la misma, porque una cosa como esa le puede pasar a cualquiera. Son colegas nuestros y los conocemos desde hace mucho tiempo”, analizó el hombre que trabaja a pocos metros del lugar. “No los vemos como competencia, sino como colegas. Y siempre que se pueda colaborar, lo haremos con quién lo necesite”, aclaró Pablo.
“Fue una combustión muy violenta que terminó por propagarse a una parte del bar”, contó Gustavo Liuzzi, jefe de Bomberos de Lomas de Zamora.
Al bar se le quemó parte del techo de la estructura principal y todo el mobiliario de afuera: mesas y sillas. Fue tal la intensidad del incendio en la obra en construcción que el fuego también alcanzó a un edificio con departamentos que se encuentra del otro lado. Allí se produjo otro foco en el sexto piso y las llamas dañaron la mampostería y paredes.
“La gente del bar y también los de la obra en construcción estuvieron muy agradecidos con los Bomberos. Además, todos los vecinos del edificio colaboraron mucho cuando los tuvimos que evacuar y no volvieron a ingresar a sus casas”, recalcó Liuzzi.
Cuando el fuego logró ser apagado por completo y solo quedaron las cenizas, los socios se reunieron y se vieron las caras. “Después de que nos bajó la adrenalina y el estrés que vivimos, nos abrazamos y nos dijimos: ‘Estamos vivos, esto es todo material y lo vamos a sacar adelante’. Podría haber sido algo mucho peor, como se vio en las imágenes”, contó Giamberardino el sobre la charla con Hernán Palazzo y Gustavo Beleni.
“Yo estaba ciego en ese momento y para mi no había nadie en la calle. Pero después me mostraron fotos y había gente por todos lados queriendo ayudar. Había gente en la esquina queriendo pasar la valla que habían puesto los bomberos para dar una mano. Había familiares y hasta gente invitada al evento queriendo pasar pero los bomberos no los dejaban obviamente por un posible riesgo de derrumbe. Después, cuando se autorizó el paso, no paraban de ingresar. Al otro día sucedió lo mismo, desde vecinos hasta colegas”, insistió Giamberardino en su relato.
Durante el incendio, socios y trabajadores reaccionaron para ayudar a apagar el fuego. “Estábamos metidos adentro del local y todos nos gritaban: ‘¡Salgan de ahí, se van a asfixiar!’. Pero queríamos cuidar algo que nos costó tanto construir, porque veníamos de una pandemia”, señaló el empresario. Ahora, el local usa la palabra “renacer” y la imagen de un Ave Fénix para ilustrar la nueva etapa del bar.
La solidaridad que le permitió al local reabrir en poco más de una semana tiene diversos orígenes y algunos de ellos están claros para los propietarios:. “La gente le tomó mucho cariño al lugar en este año. Había gente que lloraba, porque nosotros somos de Lomas de toda la vida. La gente nos conoce y lo que hicieron fue algo que nos emocionó”.
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