La muerte de Paula Martínez había dejado un manto de misterio de cara al futuro, pero finalmente el caso seguirá su rumbo: el juicio por la violación en grupo que denunció la joven de 23 años de Florencio Varela se llevará a cabo en las fechas del 2022 que estaban predeterminadas.
Según le aseguraron a Infobae fuentes cercanas a la familia Martínez, el abogado de Paula, Daniel Giaquinta, recibió la notificación de que el 11 de febrero de 2022 habrá una audiencia preliminar del juicio contra los cinco acusados por la violación ocurrida en diciembre de 2016.
Asimismo, el inicio del juicio se mantiene estipulado para finales del mes de marzo. Hay seis acusados por la violación grupal. Cinco de ellos ya fueron detenidos y todavía hay un prófugo por el que se ofreció una recompensa de 4 millones de pesos por su paradero. Al momento del hecho, los imputados tenían entre 29 y 40 años
En abril de 2021, el juez Diego Agüero resolvió elevar a juicio oral el caso por la violación en grupo, medida que había sido requerida por la fiscalía en 2019.
Al menos dos de los cuatro imputados ya detenidos fueron acusados por los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada por la participación de dos o más personas en concurso real con abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos o más personas.
Durante su fallo, el juez Agüero afirmó: “Entiendo que Paula Martínez resultó víctima de violencia de género, ya que las conductas antes descritas por parte de varios hombres, que las desarrollaron basándose en una desigualdad de poder basada en el género, han causado, daños, sufrimientos físicos, sexuales y psicológicos en la mujer víctima de víctima de violencia de género, ya que las conductas antes descritas por parte de varios hombres, que las desarrollaron basándose en una desigualdad de poder basada en el género, han causado, daños, sufrimientos físicos, sexuales y psicológicos en la mujer víctima de autos”.
El caso volvió a ganar repercusión en las últimas 48 horas, cuando el cuerpo sin vida de Paula Martínez fue encontrado en el salón de la casa de ella en una escena que pareció haber sido un suicidio.
Walter, el tío de la joven de 23 años, que vivía en otra casa dentro de la misma finca de la chica, encontró el cadáver de su sobrina, que presentaba signos de haber muerto por ahorcamiento. El abogado Giaquinta indicó que, según el informe preliminar de la autopsia, Martínez murió por fractura de cuello, compatible con esa mecánica de ahorcamiento.
Si bien el suicidio es la hipótesis que suena con mayor fuerza, la familia, a través de su abogado, pidió a la Justicia que se investiguen todos los detalles del lugar, ya que aducen haber recibido amenazas durante los últimos cinco años de esa pesadilla.
Sandra Zapata, la madre de Paula, rompió su silencio el lunes por la noche y expresó su dolor y su rabia por el desenlace desgraciado de la vida de su hija.
“Estoy destrozada, me abandonaron todos. Ella se quedó sola y así terminó, pedí ayuda a todo el mundo porque ya no podía ayudarla, más que estar ahí con ella. La mataron en vida, son asesinos, como todos los violadores, y ahora la terminaron de matar. Ellos la llevaron a esto”, fueron las palabras de Sandra, en declaraciones al canal Crónica TV.
La madre también indicó que su hija sufría desde hace meses un cuadro grave de depresión y bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico.
“¿Cómo pretendían que ella tuviera una continuidad si ni siquiera podía salir de mi casa? Yo tengo un Renault 12 viejo que se cae a pedazos para andar con mis hijos y mis nietos, porque si salíamos caminando nos cruzaban en la calle. Ella, por su condición de salud, no podía salir; le estaban haciendo un tratamiento por videollamada”, se lamentó Sandra.
Y continuó: “Lo único que quiero decir es que sé que ahora ella está en paz y ya no con esa tortura psicológica. Yo voy a luchar para tratar de conseguir prisión perpetua para estos asesinos. Hasta ayer luché para mantenerla con vida. Y no pude”.
La pesadilla de Paula Martínez comenzó el 10 de diciembre de 2016, cuando ella acudió a la fiesta de cumpleaños de una vecina.
“Estaba con mi mamá y mi papá en mi casa, y vino la sobrina de los dueños de la casa de enfrente, con la que jugábamos cuanto éramos chicas. Una semana antes del cumpleaños, ella me pidió trabajo, yo era telemarketer en Ford, y le dije que sí, que me dé su currículum. Me dijo que sí y aprovechó para invitarme a la fiesta de cumpleaños”, explicó la propia Martínez años atrás.
Paula comentó que la vecina fue a su casa a insistirle tres veces que fuera al cumpleaños porque en las primeras dos oportunidades ella se había negado, ya que no tenía relación con ese grupo.
”Cuando voy, el primo de ella, uno de los violadores, me dio una bebida que yo creo que ahí estaba la droga. De ahí en adelante empecé a sentirme mal, mareada, se me acerca otro de los violadores, que es el que me habló y me volvió loca toda la noche, y desde ahí recuerdo poco y nada”, contó luego.
Paula contó que luego fue trasladada a una esquina, donde luego los presuntos violadores la subieron a una camioneta Traffic blanca. “Yo recuerdo que eran más de cinco (personas) porque vi sombras y siluetas pero no sé quiénes son. Los únicos que reconozco son los cinco de la foto (que tenía en su mano).. En mis recuerdos sé que eran más, pero no sé quiénes son”.
Se estima que al menos diez hombres participaron de la violación en grupo a Paula Martínez durante un período de tres horas. Ella sólo pudo identificar a seis de ellos, todos eran conocidos de la joven de Florencio Varela.
Después de ese episodio, la vida de Paula Martínez se convirtió en una auténtica tortura. Mientras luchaba y pedía ayuda para que se pudiera celebrar el juicio contra los abusadores que pudo identificar, también aseguró que debió soportar todo tipo de hostigamiento y amenazas por parte de las familias de los acusados.
En su testimonio del lunes, la madre de Paula indicó que las amenazas de las familias de los acusados llegaron hasta a pasarle con un auto a toda velocidad al lado del hijo mayor de Paula, de 7 años, cuando paseaba en bicicleta.
“Desde hacer roncar una moto en la puerta de mi casa hasta pasarse el rastrillo de la máquina de cortar pasto por los testículos, haciendo gestos. Todas las mujeres parientes de ellos defendiendo a los violadores, filmándome a mí con todos mis chicos y los de ella, hostigándonos, pasando por nuestra calle, gritándonos ‘putas’, ‘drogadas’”, explicó Sandra.
En la mañana del martes, familiares y conocidos despedían los restos de la joven en la cochería El Colonial, en Florencio Varela.
Con información de María Laura Balonga y Joaquín Cavanna
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