Hasta hace tres años atrás Eugenio Manolio (40) y Alejandra Acosta (38) eran dos desconocidos con vidas muy diferentes. Él estudiaba arquitectura naval en Quilmes y ella recorría por el mundo como diseñadora de indumentaria.
“Estaba inmersa en el mundo de la moda. Me pagaban por viajar por las principales ciudades en busca de tendencias”, le cuenta a Infobae. Mientras que Eugenio dedicaba gran parte de su tiempo a realizar el mantenimiento de embarcaciones.
Hasta que un día se cansaron de la ciudad…
“Me escapé de la urbe”, recuerda feliz Eugenio esa decisión que tomó en 2017. Eligió instalarse en Mar del Plata porque quería estar cerca del mar. “Surfeo desde los 20 años, y ya no me alcanzaba con practicarlo cada tanto, necesitaba despertarme y sumergirme en las olas “.
Algo similar le pasó a Alejandra. “Me agotó la profesión demandante, sumada a la vorágine de la Capital Federal. Sin pensarlo mucho renuncié a la estabilidad para dar el volantazo. Me ayudó tener a mi familia en Mar del Plata y mi fanatismo por el mar”.
Una vez instalados, Eugenio no tardó en sentirse como en casa. No solo eso, desarrolló un emprendimiento novedoso: Estado del Mar que registra el oleaje de la Costa Atlántica. “Instalé 20 cámaras de video por los balnearios de Mar del Plata, Pinamar y Santa Clara que brindan las condiciones climáticas, meteorológicas y del mar. Allí la gente recurre antes de ir a surfear”.
Alejandra hizo de su hobby un proyecto personal, Buluc, una marca de accesorios técnicos para surfear -mochilas termoselladas y fundas de tablas. “Tenía como cuota pendiente adoptar esta práctica en mi vida. Hace tres años me metí por primera vez con la tabla en el mar y descubrí todos los beneficios de surfear, no solo físicos sino también para la salud mental. Cada vez que salgo del agua me siento mejor. Es un lujo poder conectar de esta manera con la naturaleza”.
En una de esas tardes de otoño flotando en la tabla a la espera de la ola, se cruzaron los entonces dos desconocidos. Más allá del amor por la práctica, descubrieron que tenían más de un punto en común. Ambos habían logrado buscado un cambio de vida en el mar. “Los dos encontramos en el mar una herramienta poderosa de sanación. Así que pensamos en la idea de poder contagiarla a más personas”, dice Alejandra.
Lo que nació como una amistad, en 2020 se convirtió en un propósito compartido.
El mar conecta, el surf incluye
Durante la década del 70 el surf estuvo prohibido en Mar del Plata. Recién fue liberado en 1979 donde se establecieron zonas de surf en varias playas de la costa, a veces con horarios restringidos. A principios de los 80, el surf había explotado. Desde el 2020 es considerado un deporte olímpico, y el año pasado fue parte de las olimpiadas de Tokio.
“Si bien en los últimos años tuvo un gran crecimiento, la práctica del surf requiere un presupuesto elevado”, dice Eugenio. “El equipamiento -tablas, trajes de neoprene- no es barato, por lo que es una actividad para pocos”. Conscientes de esa problemática quisieron transformar esa realidad.
Alejandra y Eugenio pusieron sobre la mesa sus ideas para hacer accesible el mar. Desde 2020 iniciaron una campaña bajo el nombre #Donatutabla, con el fin de destinar todas las tablas que ya no se usan a distintas ONGs que tienen como objetivo la inclusión social de jóvenes en situación de vulnerabilidad a través del surf.
“Hay chicos que viven a quince cuadras del mar y nunca pisaron la arena. El surf es una herramienta que les da sentido de pertenencia, los aleja del contexto hostil y los invita a un estilo de vida más saludable”, coinciden ambos.
Durante el 2021 lograron equipar a tres escuelas de surf: Olas de Vida, Olas del Alma, y Mar de Playa y Surf. Juntaron 25 tablas, 30 trajes de neoprenes, además de trajes de baño, ojotas y patas de rana. Esta temporada van por más y convocan a donar elementos para el skate. Otro deporte que vive su auge en la Costa Atlántica.
Lele Usuna, el primer deportista olímpico de la Feliz, con su escuela de Quba Surf Club, se sumó para difundir la labor de estos dos voluntarios. También participa Ciudad Inclusiva, una organización sin fines de lucro, conformada por un equipo interdisciplinar de la ciudad de Mar del Plata y de Batán, desde donde se promueve el desarrollo sustentable, el cuidado del medioambiente y la perspectiva de género, dos pilares fundamentales para lograr una sociedad equitativa e igualitaria.
Cómo ayudar:
A través de la donación de equipamiento. Tablas de surf, bodyboard, SUP , trajes de neoprene, pitas , quillas, pata de rana, decks, fundas, patas de rana, balance board, surf skate, Ponchos, guantes de neoprene, botas, capuchas, protector solar, toallas, trajes de baño, ojotas, camperas, buzos, mochilas , alimentos no perecederos, pañales y útiles escolares.
Los puntos de entrega son:
En Mar del Plata : Birdband Surfshop (Almafuerte 341), Quba Surf Club (Escollera Norte), Kikiwai Surf Club (Av. de los Trabajadores 4100), Hops Playa (Félix U Camet 1500), Buluc surftruck (recorrido itinerante), NH Surfshop (La estafeta, Chapadmalal ruta 11km 540).Valeria del Mar: Pinasurf (Av. Espora 1499). Miramar: The Crow Surfshop (Calle 21 N869).
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