“No quiero que le pase a la hija de nadie lo que me paso a mí”, le dijo Thelma Fardin al juez brasileño que escuchó su testimonio durante cuatro horas. Ella declaró que, en Managua, el actor, que en ese momento tenía 45 años, la beso en el cuello y le dijo “mira como me pones”, cuando ella tenía 16 años.
Su relato fue contundente y desgarrador. “Él era quien tenía que evitar hacerlo, no yo quien tenía que evitar que lo hiciera”, marcó la diferencia entre la responsabilidad de un agresor mayor de edad, famoso, con un rol paternal y la culpabilización a una víctima menor de edad. Y remarcó: “No me correspondía a mi frenarlo, él era el que tenía que frenar cuando le dije no”.
La audiencia comenzó a las 14:15 y la defensa de Juan Darthés, en principio, intento dilatar y postergar el juicio. El magistrado no aceptó las dilaciones, pero si la mayoría de los pedidos procesales de los abogados del actor. Los planteos de la defensa se extendieron y la audiencia recién comenzó a las 16:30. El testimonio de Thelma se extendió -casi hasta las 20:30- durante cuatro horas. En principio dio su testimonio y, después el defensor de Darthés, le realizó preguntas.
La jornada se extendió más de lo previsto y no pudieron declarar otros testigos. Por eso, los que estaban citados para el 30 de noviembre van a declarar el 1 de diciembre. Y la mayoría de quienes estaban convocados para hoy fueron postergados hasta nuevo aviso. Una posibilidad es que la próxima audiencia sea convocada para enero.
En el caso de Dignity (Calu Rivero) se va a realizar una excepción y sí va a declarar porque ella está trabajando en Milán y se generó un espacio para que pueda declarar en el consulado argentino en Roma. Por ese motivo, a pesar que las otras convocadas a declarar el 1 de diciembre, fueron pospuestas, ella va a declarar ya que su testimonio es crucial para la causa y se armó un esquema diplomático y judicial en Italia para que pueda declarar.
Mientras que Anita Co no va a poder declarar a pesar de la expectativa que tenía por haber sido denunciada por Juan Darthés y sobreseída por la justicia. Sin embargo, su testimonio –que fue fundamental para que Thelma Fardin decidiera hacer su denuncia porque relató una escena muy similar a la que ella vivió en Nicaragua- se prorrogó.
La nueva audiencia todavía no está fijada, pero lo más probable es que sea convocada para enero. La resolución judicial (que puede ser absolución o sentencia) no tiene fecha prevista pero podría darse entre enero y febrero del 2022. La defensa intentó estirar los plazos, a pesar que siempre dijeron que si no se presentaba a la justicia era porque no confiaba en el sistema judicial nicaraguense.
La causa no puede tener publicidad por un concepto legal brasileño que es el sigilo (creado para proteger a las víctimas de violencia sexual) y, como fue iniciada de oficio por un fiscal brasileño, ni Thelma Fardin, ni su abogado, Martín Arias Duval van a poder presenciar el resto de las audiencias, ya que no son querellantes en Brasil.
Hasta ahora Juan Darthés no pidió declarar. No estaba previsto y no se sabe si lo pedirá aunque tiene el derecho de hacerlo. Él pudo escuchar el testimonio de Thelma Fardín. Pero no pidió, hasta el momento, dar su versión de los hechos. Solo se mantuvo al lado del abogado que intentó generar la idea de que se trata de una fantasía de la actriz.
El Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad presentó un escrito para poder presenciar las audiencias. El magistrado rechazó el pedido y expresó que no se necesitaba la intervención de otros organismos para preservar los derechos de la víctima. A pesar de eso, las preguntas de la defensa fueron permitidas y Thelma Fardín -aún con llanto, la voz marcada por la angustia y, en algunas ocasiones, sin aire- contestó todos los interrogantes que le hicieron.
Ella se retiró a las 20:42 del lugar de la declaración, vía virtual, desde Buenos Aires, la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), de la Procuración General de la Nación, donde se habilitó una sala de audiencias por zoom.
El interrogatorio sobre la víctima fue claramente revictimizante y ella lloró durante muchas ocasiones. En todo momento le dijo al juez que quería hablar y terminar de declarar. El magistrado permitió todo tipo de preguntas sobre la víctima. Sin embargo, la defensa de Darthés parecía cruel y arcaica. Incluso, de una era anterior al #MeToo #Time´sUp y a #YoTeCreoHermana. Casi todas las preguntas la cuestionaban por no haberse podido defender a los 16 años cuando era adolescente. Ella replicó: “Él tenía que evitar hacerlo, no yo evitar que él lo hiciera”.
Thelma también remarcó que él era un adulto y ella casi una niña que lo conocía desde los 14 años, cuando entro a “Patito Feo” y que los hechos sucedieron en la última escala de la gira de la obra teatral, en Nicaragua, cuando tenía 16 años. Pero además que él era un actor famoso, conocido y con poder y ella una adolescente que había sido actriz juvenil en una serie que había llegado a su fin.
También contó que después de la gira tuvo stress, neuralgia y que tuvo una depresión que la llevo a quedarse acostada en el sillón de su casa durante mucho tiempo. Le repreguntaron porque dijo que había sido feliz en “Patito Feo” y ella contestó que sí había sido feliz en la serie, pero que la denuncia se basa en el último día de la gira centroamericana.
La estrategia de la defensa fue cuestionarla por no pedir ayuda, por no denunciar antes y por hacer pública su denuncia. Las leyes sobre abuso sexual cambiaron del 2009 al presente y en el 2015 se sancionó la la Ley Nº 27.206, de Respeto a los tiempos de las víctimas de delitos contra la integridad sexual que considera, a partir de ese momento, la imprescriptibilidad de los delitos de violencia sexual porque una víctima puede tardar en denunciar y eso no quita validez a los hechos.
El juicio se lleva adelante en Brasil. Pero, de todas maneras, cuestionar el momento de la denuncia, desde las normas argentinas, es un argumento que no solo está en desuso, sino que ya no es válido para el Código Penal argentino. En el mundo la pregunta “¿Por qué no denunciantes antes?” habla peor del que la formula que de la que la contesta.
La consigna #Time´sUp (el tiempo es ahora) que fue el lema de las actrices que se vistieron de negro contra los abusos sexuales en Hollywood muestra que, en todo el mundo, la liberación de las palabras de las mujeres posibilitó decir lo que antes no se podía decir. Por lo tanto, ese cuestionamiento de la defensa tendría que haber inhabilitado a todo un movimiento mundial, no solo a una víctima.
Por ejemplo, marzo del 2020, Harvey Weinstein fue sentenciado a 23 años en la prisión de Nueva York por un acto sexual criminal contra la asistente de producción Mimi Haley, en 2006, y de violación en tercer grado contra la aspirante a actriz Jessica Mann, en 2013.
La denuncia de Thelma Fardin se realizó en diciembre del 2018 en Managua en relación a un hecho del 2009 que es juzgado en el 2021. Si la defensa de Darthés se aplicara al caso de Harvey Weinstein la víctima del 2006 no tendría razones para declarar tanto tiempo después y el productor emblemático del #MeToo debería estar libre. Pero no lo está.
La justicia puede considerar prescripta una causa. Pero en este caso la causa no está perimida y la justicia brasileña consideró que las pruebas recogidas en Buenos Aires y Managua eran suficientes para darle curso. Ahora juzgar a una víctima por realizar una denuncia tiempo después es una vara que ya no se utiliza en el derecho moderno y que es tomada por perimida en sentencias como la de Weinstein.
El juez brasileño aceptó los fundamentos de un caso con intervención de Nicaragua, Argentina y Brasil. También revalidó la jurisdicción para realizar el juicio contra Darthés que en Argentina dijo que quería estar a derecho, judicializó a Dignity (Calu Rivero) y Anita Co y no aceptó ir a Nicaragua a donde está imputado por violación agravada y tiene una orden de captura de Interpol.
Otro de las estrategias de la defensa fue investigar a la víctima y juzgarla, por ejemplo, por una foto en una discoteca. El método es similar al que usaron los acusados el caso conocido como La Manada, en España, imputados por abuso en una fiesta de San Fermín y que generaron un amplío repudio por poner un detective privado para investigar a la víctima y pretender quitarle validez a su denuncia por salir sonriente en fotos en redes sociales.
Pero los antecedentes de acusar a la víctima no tienen buenos resultados a la vista. El grupo de cinco hombres conocidos como La Manada fueron condenados por abusar sexualmente de una joven de 18 años, en 2016, en la fiesta de San Fermín. La audiencia de Navarra los había condenado por abuso sexual. El fallo fue repudiado en España por negar el carácter de violación. Finalmente el Tribunal Supremo consideró que se trató de una violación múltiple y subió la pena de 9 a 15 años.
Juan Darthés está acusado de estupro agravado. El artículo 213 del Código Penal brasileño dice que esta figura implica “Obligar a alguien mediante violencia o grave amenaza a tener relaciones carnales o a practicar o a permitir que con ella se practique otro acto libidinoso”.
La violencia puede ser física o psicológica. Y si la víctima era menor de 18 años en el momento de los hechos la pena puede ir de 8 a 12 años. El artículo 22 contempla que la pena se puede aumentar si autor tenía autoridad sobre la víctima.
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