En la reserva de Punta Tombo, uno de los atractivos naturales de la provincia de Chubut, ocurrió un hecho insólito que tuvo como consecuencia la matanza de cientos de pingüinos. Los guardafaunas se percataron de lo que había pasado este lunes, cuando en una inspección ocular de rutina, se corroboró el desastre ambiental que se había producido.
Las autoridades del Ministerio de Turismo de Chubut denunciaron que el dueño de un campo lindero al icónico paraje turístico avanzó con la construcción de un sendero. El camino, que se extendía desde la propiedad hasta la costa, se realizó “sin autorización” y “con una máquina de alto porte”, según informó la fiscal a cargo de la denuncia, Florencia Gómez. La funcionaria judicial graficó la magnitud del daño. La obra “enterró a todos los nidos de pichones de pingüinos” que encontró a su paso.
Junto al accionar negligente, el propietario tomó la decisión incluso de ir un paso más allá al poner en riesgo a la fauna autóctona. Durante la realización del camino, “el cercado se electrificó, lo que hizo que muchos de los pingüinos adultos mueran electrocutados”, informó Gómez a ADN Sur.
La escena se produjo en un campo lindero a Punta Tombo, pegado con la reserva. La hipótesis inicial apunta a que el acusado buscaba facilitar su acceso a la playa. “Creemos que era para tener un acceso directo a la costa, pero para eso habría que tener una autorización previa y un estudio para analizar el impacto ambiental, que es lo que se generó: un daño irreparable”, agregó Gómez.
La fiscal confirmó que se enviará una comisión integrada por efectivos policiales y personal de investigaciones para realizar este martes el allanamiento del predio, junto del secuestro de las pruebas. Del operativo participarán también guardafaunas, funcionarios del Ministerio de Turismo provincial y biólogos y miembros de Conicet-CENPAT.
De acuerdo a las actuaciones iniciales, la fiscal Gómez evalúa imputar al dueño del campo por violar la Ley de Maltrato Animal. “A lo largo de la investigación iremos evaluando si se le imputa otro delito. Estamos realizando toda la investigación preliminar para saber la magnitud del impacto”, consideró Gómez.
En tanto, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible nacional, que conduce Juan Cabandié, confirmó que presentará una denuncia penal para investigar lo ocurrido. La presentación por maltrato animal será en conjunto con la provincia de Chubut.
“Vamos a denunciar penalmente a los responsables de la matanza de pingüinos que se produjo en Punta Tombo. Este daño ambiental es irreparable”, sostuvo Cabandié. Asimismo, informó que viajó a Chubut “la Brigada de Control Ambiental del Ministerio para inspeccionar el campo donde ocurrió este delito”.
Una zona de atractivo natural y turístico
El Área Natural Protegida Punta Tombo está ubicada 100 kilómetros al sur de la capital del Chubut. En septiembre quedó habilitada al público ante la llegada de las primeras mangas de pingüinos de Magallanes, después de dos años sin recibir visitantes por la pandemia.
La reserva, con una superficie de 210 hectáreas, alcanza a ser la más poblada del continente con más de un millón de pingüinos cuando la familia se completa. Además de estos animales, coexisten en la zona una variada fauna de aves marinas, como los cormoranes, gaviotas cocineras, gaviotas australes, gaviotines, skuas y ostreros; y mamíferos como guanacos, maras, zorros, piches y peludos y otros carroñeros atraídos por los huevos.
En el paraje es conocido el “Sendero de la Pingüinera”, que posee 3 kilómetros de ida y vuelta, con diferentes miradores para observar, fotografiar y disfrutar del paisaje frente al mar y en medio de los nidos. Es uno de los atractivos turísticos de la provincia de Chubut y de Puerto Madryn, junto al avistaje de la Ballena Franca Austral.
El paisaje natural se destaca por la llegada de pingüinos, que vienen “por mangas” a la reserva para dar inicio a la temporada de apareamiento, incubación y adiestramiento de las nuevas generaciones.
Los primeros pingüinos en visitar la región son los machos, que comienzan de inmediato a reacondicionar sus nidos. Luego aparecen las hembras, que en pocas semanas colocan sus dos huevos. Tras 40 días de incubación compartida con el macho, suelen vigilar el nacimiento los pichones.
Para los turistas, el paseo junto a los ejemplares de “Spheniscus magellanicus” (su nombre científico) tiene características recreativas, debido a que son muy sociables y permiten que se les tomen fotografías, filmen o contemplen desde muy cerca.
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