Cantores con pañuelos blancos abrazando sus cuellos, guitarristas con los ojos cerrados y el ceño fruncido, cigarrillos entre los dedos de bronce de “El Zorzal”, flores en ramos y sueltas, fanáticos que hablan en todos los idiomas y cantan con todos los acentos que la lengua dio, se concentran cada año en la esquina del Cementerio de la Chacarita que guarda los restos de Carlos Gardel y de su madre, Berta.
En calle 6 y calle 33 yace el hombre de la sonrisa eterna, que en la década del 20 puso a la Argentina en boca del mundo e hizo de Buenos Aires su cuna elegida y la ciudad que sus seguidores europeos quisieron conocer. Una fatalidad aérea se quedó con su vida el 24 de junio de 1935 cuando el avión en el que viajaba junto a su letrista y amigo, Alfredo Le Pera, y su banda fue impactado por otra aeronave cuando carreteaba en el aeropuerto de Medellín.
Su cuerpo calcinado fue reconocido por la pulsera que llevaba: tenía grabada la dirección de la casa que le compró a su madre, Jean Jaurès 735, en su querido Abasto. Lo que siguió fue un periplo con sus restos iniciado en Colombia el 19 de diciembre de ese año, que constó de viajes en carreta y barcos. Hizo escala en Panamá, donde tras cambiar de embarcación, cruzó el canal y arribó a Nueva York el 7 de enero de 1936. En esa ciudad fue velado durante más de una semana y el 17 de enero fue nuevamente embarcado, finalmente, con destino a Buenos Aires a donde llegó el 6 de febrero de 1936 para ser velado en el Estadio Luna Park. Desde allí una multitud jamás vista, aseguran sus historiadores, acompañaron sus restos hasta el Panteón de Artistas en el Cementerio de Chacarita.
En diciembre de ese mismo año, el cuerpo fue movido a una doble parcela en el mismo cementerio y el 6 de noviembre de 1937, los restos de Gardel volvieron a ser exhumados en una ceremonia intima, encabezada por su madre, para ser depositado en el mausoleo que tiene su estatua.
“Esa noche, por Radio Belgrano, su amigo Armando Defino convocó al acto público para el día siguiente en nombre ‘de la anciana madre del cantor’ . Así, el domingo 7 de noviembre a las 11:00 fue inaugurado el mausoleo en presencia de la madre de Gardel y de una reiterada multitud. Tocó a Francisco Canaro develar el monumento”, contó Walter Santoro, presidente de la Fundación Internacional Carlos Gardel y también estudioso de la vida del cantor.
Como una de las acciones que lleva adelante para mantener viva su memoria, desde esa entidad participó del proceso de restauración del mausoleo donde se espera la llegaba de cientos de fanáticos para el próximo 11 de diciembre, cuando se celebre los 131 años del nacimiento del “Morocho”.
Cómo es el proceso de restauración
En 2017, el arquitecto Claudio Echeverría realizó un informe sobre el mausoleo para la comisión de Monumentos, de Lugares y Bienes Históricos, donde reflejaba el estado en el que estaba y en base a eso se diagramó un trabajo de restauración en tres etapas. Con la primera terminada, en octubre de 2019 se presentó el proyecto para la segunda etapa que se aprobó recién en septiembre del 2021.
Un mes más tarde, se continuó con la restauración del Sepulcro Histórico Nacional (así considerado por el Decreto N° 1.839/2006) que consta de la ampliación de las bocas de inyección de aire, mejora del sistema de extracción de aire, sellado de grietas y fisuras de los techos de las bóvedas linderas y se incorporó una cámara de 90 grados, motorizada, “para que los Gardelianos de cualquier parte del mundo puedan ver lo que acontece en el exterior del mausoleo en tiempo real”, dijo Santoro.
También se está incorporando un código QR para que quienes visten el mausoleo puedan ver y escuchar la historia, a modo de visita guiada, en inglés y castellano; y un video que muestra cómo fue la llegada de los restos de Gardel a su panteón.
El trabajo incluye la totalidad de las piezas de bronce. “Se ha tomado la postura de intervenir lo menos posible en el color actual de las esculturas ya que forma parte de la historia que ha recorrido el mausoleo desde su inauguración y el público debe experimentar el desfase temporal”, reveló.
La restauración comprende la limpieza de la superficie de forma mecánica, con cepillos y bisturí, para eliminar costras, craquelados y suciedad y la utilización de un detergente con pH neutro además una limpieza química para asegurar la eliminación de cloruros dañinos y la posterior aplicación de un inhibidor de corrosión que aplazará la acción de agentes naturales sobre la superficie, según detalló el gardeliano.
En cuanto a la protección del color y el bronce, “se está debatiendo en estos momentos, pero entre los posibles se encuentran: barniz a base de resina acrílica, cera microcristalina o similar. Se evaluarán las propiedades de esos tratamientos y aplicaremos el más adecuado”, agregó el hombre que tomó la tarea de guardar la memoria del cantor.
Luego, ese trabajo se extenderá a las placas. Algunas improvisadas fueron removidas, ya que se les borró el texto de dedicatoria, pero serán entregadas en la comisión Nacional de Monumento, para que allí decidan su destino.
El proceso comprende pintura interior y exterior, y la colocación de una placa de granito en el centro de cada vereda con la leyenda “monumento histórico, no lo dañe”.
Por ultimo, debido a la gran circulación de gente que atrae el Mausoleo de Carlos Gardel, se reparó la vereda de la bóveda lindera a fin de evitar accidentes y mejorar la estética del lugar.
Durante 2022, se llevará a cabo la tercera etapa de restauración que incorporará tecnología: “Se propone la realización de un muro virtual donde el visitante pueda sumar su placa, su comentario y deseo que quiera expresar para que, de esta manera, el muro se haga eterno y cualquier persona del mundo puede visitarlo”, adelantó Santoro.
A ello se agregará nuevas tecnologías de realidad aumentada y se desarrollará una app, que permitirá acceder a un muro virtual, “para que gente de todo el mundo pueda agregar placas conmemorativas virtuales como un ramo de flores virtual y ser parte de mundo gardeliano”, finalizó.
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