“A reunir la tropa”, se propuso Javier Alejandro Lopez (52) , ex soldado del Grupo de Artillería GAM 6, allá por noviembre de 2018. Con una pandemia de por medio y mucho trabajo de reconexión, tres años más tarde cumplió parte de su deseo.
El pasado 6 y 7 de noviembre convocó a 30 de los 250 compañeros de la clase 69, entre soldados, suboficiales y oficiales a su quinta de Escobar. El plan original era hacer la reunión en la Guarnición de Junín de Los Andes, esa misma que estuvieron conviviendo en 1988, mientras hacían la Colimba. El GAM 6 es una unidad de Artillería del Ejército Argentino perteneciente de la VI Brigada de Montaña.
Por las restricciones de la pandemia, Javier trasladó el al GAM 6 a su hogar.
Hace tres años que López -hoy padre de cuatro- intenta mantener vivo al grupo que se conoció en 1988. “Éramos adolescentes desconocidos que nos convertimos en familia gracias a la experiencia única de convivencia que tuvimos en el sur. Tres décadas más tarde ese sentimiento sigue intacto”, cuenta Javier, a Infobae. “Nos gusta decir que somos hermanos de diferentes madres”.
Cerca del mediodía, Javier los recibió con un asado en su residencia. “Veníamos organizándolo desde hace meses con llamados, videollamadas e ideas. Habían una gran expectativa. Verlos en vivo fue fuerte. Estamos todos iguales, aunque más arrugados, pelados y gordos”, admite con una sonrisa.
Allí rememoraron viejas anécdotas: “¡Las travesuras que no nos hacíamos los unos a los otros! Como atarnos los borcegos al pie de la cama para no poder salir a horario, o untar con crema de afeitar las almohadas. Todo era sano”.
Además, reafirmaron la jura a la bandera argentina, así como lo hicieron en el Ejército Argentino.
Un acto solemne
Con la marcha de la artillería sonando de fondo, Javier entró desfilando con la bandera argentina. Sus escoltas fueron los soldados Fabián Costa, y José Ferreira, soldados. El resto de los integrantes los esperaba en formación.
El teniente Coronel De la Guarda dio un breve discurso de agradecimiento por la convocatoria, y se encargó de tomarle el juramento de fidelidad a la bandera. “Este escudo lo llevo en la sangre, y así quiero que sea por siempre”, admite Lopez.
Cada uno recibió un diploma realizado por el anfitrión donde se leía “recuerdo del reencuentro de tropa del GAM 6 de Junín de los Andes, Neuquén”. Además, se llevaron un vino tinto con el escudo y la historia de la unidad de la Artillería.
El acto simbólico quedó grabado y plasmado en imágenes que hoy forman parte del extenso álbum que guardan los compañeros. Porque más allá de los encuentros sociales, Javier lleva la importante tarea de rastrear a sus ex compañeros por las redes y nutrir un grupo de Whatsapp : “La sucursal Gam 6″. “Encontré gente en Córdoba, Neuquén, Entre Ríos, Chaco... ahí empezó el intercambio de fotos actuales, la presentación de la familia. Es hermoso”, cuenta.
Javier no descansa, su misión es estar en contacto permanente .”A las cinco de la mañana activo el grupo, los despierto con el mismo saludo: ‘Buen día tropa, buen día camaradas”. Y a cualquier fiesta patria la festejan el doble.
“Es que el Ejército me dio mucho -añade-. No solo amigos, sino que la instrucción de primer nivel que recibí me permitió tener ser el electricista que soy hoy. Todo lo que tengo es gracias a eso”, reconoce. Pero aún tiene un sueño por cumplir. “No quiero morir hasta llevar a todos mis compañeros al cuartel. Sé que pronto lo voy a lograr”. Mientras tanto, el próximo encuentro ya tiene fecha pautada: será antes de fin de año, en la misma sede, con el mismo sentimiento de camaradería.
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