Todo empezó por casualidad, hace más de tres décadas en Carapachay. Una tarde, a la salida del trabajo, Ricardo Martínez (67) se comunicó con una casa de venta de artículos para hobbies: les ofreció un tren a escala. Al dueño le encantó el nivel de detalle y precisión que tenía el objeto, y le dijo sin vueltas: “hacé una maqueta entera, así solo no se vende”. Sin perder el tiempo, se puso en marcha. Al día siguiente el teléfono volvió a sonar, ya tenía su primer cliente.
En 2021, ese hobby algo raro es un negocio muy rentable y familiar. Ricardo le transmitió la pasión a sus cuatros hijos, que hoy lo acompañan. Juntos hicieron crecer la empresa United Scale Arts (@unitedscalearts ).
Ricardo hijo (37) como Gabriela (35) , Gabriel (33) y Jorge (31) aprendieron el oficio desde que tienen uso de razón. Con todo ese conocimiento, cada uno lidera un sector diferente en la compañía. Ricardo dibuja las maquetas en la computadora, Gabriela se ocupa de la administración y coordinación, Gabriel es director de arte y Jorge se encarga de la mecatrónica, hace que las piezas se muevan y tengan luz.
“Esta semana viajamos los seis a Hamburgo con una mega maqueta para representar a Latinoamérica”, le cuenta Jorge a Infobae. Está ansioso y tiene sus motivos. Tiene sus motivos: fueron convocados para la atracción turística más popular de Alemania, el Miniatur Wunderland. Se la conoce como “País de las Maravillas en miniatura” y es la mayor muestra mundial de modelismo ferroviario. Este años esperan la presencia del astro del fútbol: Pelé.
“Esta vez llevamos la sección de Río de Janeiro, Brasil. Ocupa 46 metros, y pesa cuatro toneladas. Le construimos un Pan de Azúcar, la playa de Copacabana con agua de verdad y las favelas de la ciudad”, describe. Una parte ya fue enviada por avión en contenedores especiales.
Una obra de tal magnitud, un mini mundo repleto de secretos por descubrir, lleva más de once meses de trabajo y ocupa a unas 40 personas. Tiene materiales de todo tipo, algunos impensados: hierro, vidrio, cables, plástico, maderas orgánicas y pintura ignífuga en cada terminación. Para lograr resultados únicos se necesitan desde carpinteros y electricistas hasta egresados de Bellas Artes. La labor artesanal de casi un año -desde la idea hasta la ejecución- se puede llegar a vender en más de un millón de dólares.
Si bien este es un legado familiar, los Martínez son autodidactas, curiosos y muy obsesivos. “Ese es el secreto del maquetista’', revela Jorge, que admite: “no terminé el colegio secundario porque a los 12 años ya estaba atendiendo el negocio familiar, así que preferí invertir en este proyecto”.
De un hobby al éxito
El padre de Jorge trabajaba en una empresa de electricidad. Los trenes a escala los hacía como un pasatiempo. Hasta que no pudo seguir con sus dos vidas. En 1988 renunció a todo y fundó United Scale Arts.
Pero el gran salto lo dieron recién en 2017, cuando se les encargó una réplica para Miniatur-Wunderland que tuvo lugar en en Nueva York. “Preparamos una maqueta de 111 metros cuadrados y 10.000 kilos que representó a toda América Latina. Esta estuvo ubicada en el ex edificio del diario The New York Times, en Times Square, en la exposición Gulliver ‘s Gate”, cuentan con orgullo.
Cada uno hizo lo suyo. Ricardo estuvo a cargo de la investigación previa. Captó imágenes de Google Maps para diseñar cada edificio. Después se ocupó de los cálculos correspondientes para definir las escalas”. Jorge le dio vida con la animación de las esclusas del Canal Canal de Panamá, una de las obras hidráulicas más complejas del mundo.
La maqueta causó revuelo. “Estaban asombrados con el nivel de detalle, precisión, y eficiencia. Lo hicimos en un cuarto del tiempo que les llevó a ellos”. A partir de ahí, las ofertas no pararon de llegar. La más reciente es la que se instalará en Alemania.
En 2016 se mudaron a Pilar, donde construyeron con sus manos el taller donde hacen todas sus creaciones. “Necesitábamos espacios muy amplios porque si no, las maquetas no entran, así que a pura pala y pico hicimos todo. Cuando nos visitan quedan asombrados por el nivel de precisión y terminación de nuestro hogar”.
“No hay casi empresas que se dediquen a esto”, admite Jorge. “El que hace maquetas por lo general las hace para su casa, oficina o de manera personal. En el exterior es un trabajo artesanal muy valorado por el recurso humano que hay detrás”.
Revela que el secreto del éxito es la dedicación que tienen todos. “Son muy bajas las probabilidades de prosperar si no hay un verdadero amor por lo que se hace. Porque fue un trabajo de hormiga, lo hicimos con mucho esfuerzo “.
Tienen varios desafíos por delante. Después de Río de Janeiro, será el turno de montar la Patagonia, y más tarde la Antártida. Pequeños mundos repleto de detalles enormes por descubrir.
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