El abrazo viral entre dos hermanas que retrata el drama de familias argentinas y uruguayas separadas por la pandemia

Gabriela y Aline son hermanas:. una vive en Concordia, Argentina, y la otra lo hace en Salto, Uruguay. Las separan apenas treinta kilómetros de distancia. La conmovedora foto que forzó, el mismo día de su viralización, la solución del reclamo por la reapertura de los pasos fronterizos

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Gabriela (de espaldas) y Aline
Gabriela (de espaldas) y Aline son hermanas de parte de su mamá Graciela. Les sacaron una foto el sábado a la mañana en el puente Salto Grande, cruce fronterizo entre Concordia y Salto

Hizo la convocatoria en el grupo de Whatsapp de la familia. No apeló a un mensaje personalizado, tampoco manifestó entusiasmo. Sintió que era su deber difundir entre su círculo íntimo la convocatoria organizada para el mediodía del sábado. “Solo lo puse para ver si podían o querían ir a acompañar a los que viven ahí”, contó. No pensó, sinceramente, que alguien asistiría. Aline Garet Reyes, uruguaya nacida en Salto de 42 años, se subió al auto y fue. Era la primera vez que se manifestaba por la reapertura de los pasos de frontera.

“Las veces que hemos ido nunca nos habían permitido llegar a la zona de migraciones. Se ve que esta vez los agarramos desprevenidos o simplemente nos dejaron acercar hasta las vallas”, retrató Gabriela Minutti Reyes, también uruguaya, también nacida en Salto, de 51 años. Aline, sin avisarle que iba, acudió para reforzar la protesta que exigía la recomposición del paso frecuente por el Centro de Frontera Concordia - Salto. Desconocía el protocolo vigente y las áreas de acceso restringidas. Con inocencia y sin nadie que la advirtiera, se acercó a Argentina en búsqueda de alguien.

Ahí la vio. Estaba a solo seis metros de distancia. Le gritó su nombre. Ella respondió y cada una corrió hacia el límite nacional. Son hermanas y hace meses no se veían. Se abrazaron y lloraron. Detrás de Gabriela, en el lado argentino, otros manifestantes documentaron el abrazo. Fue un raptus de emoción rebelde. “Ella por distraída, se fue mandando y viendo si me veía. Justo me acerqué a la valla y la vi. Fue una sorpresa divina. Nos pusimos a llorar nosotras dos y todos los que estaban atrás”, relató Gabriela, quien además de tener una familia binacional es mamá de dos hijos nacidos en cada orilla del río Uruguay: Santiago de 23 años nacido en Salto, e Ignacio de 19 años nacido en Concordia.

La mamá Cristina, los hermanos
La mamá Cristina, los hermanos Aline, Lucía, Eduardo, Irene y Gabriela. Toda la familia vive en Salto menos Gabriela, que también se nacionalizó argentina

Esa foto expresa lo que todos tenemos ganas de hacer porque la situación ya es desesperante, no entendemos por qué. Si ya abrieron las fronteras en Brasil, con Chile, no sé qué pasa con estas fronteras terrestres, no entendemos por qué permanecen cerradas”, contó, indignada, en representación del grupo de residentes argentinos y uruguayos que se ven afectados por el cierre del cruce fronterizo, una medida de restricción a la circulación que comenzó en marzo de 2020 a efectos de contener la pandemia de coronavirus.

El abrazo duró segundos. Duró lo que tardaron los gendarmes en notar que Aline se había infiltrado en un área restringida. Amablemente les pidieron que se separaran. Hicieron lo que anhelan cerca de 300 personas, que quedaron afectadas por las restricciones vigentes en un contexto de apertura generalizada. “Las familias y personas con vidas binacionales de la frontera entrerriana con Uruguay venimos rogando al gobierno municipal, provincial y nacional que se ocupe de nuestra problemática. Se pidió desde un primer momento una flexibilización del tránsito vecinal fronterizo para todas aquellas personas que tuvieran vínculos familiares, laborales, estudiantiles, de salud comprobables”, sostuvo desde sus redes sociales el Grupo Puente Salto Concordia.

La viralización de la fotografía y el ruido mediático de las manifestaciones aceleraron la concreción de nuevas medidas adoptadas por Migraciones. A última hora del lunes, las autoridades nacionales informaron la apertura de cuatro nuevos corredores seguros de ingreso al país: el Aeropuerto Internacional de Tucumán, el centro de frontera Posadas - Encarnación, Paraguay, y Bernardo de Irigoyen - Dionisio Cerquería, Brasil, ambos en Misiones, y el centro de frontera Concordia - Salto. Además, anunciaron un ingreso más sencillo con la eliminación de la declaración jurada electrónica para tránsito vecinal fronterizo.

Cerca de 300 personas integrantes
Cerca de 300 personas integrantes de familias binacionales exigían la reapertura del paso fronterizo entre Salto y Concordia

Gustavo Bordet, gobernador de Entre Ríos, había prometido el 5 de octubre de este año una reapertura inminente de los tres pasos de frontera que la provincia tiene con Uruguay. “Confiamos que en breve podamos tener habilitadas las fronteras, para lo cual estamos tratando de definir cuáles son los protocolos, que son de Nación. Nosotros queremos que ese protocolo se pueda adaptar a los residentes entre ambas ciudades -se trabajaría como una burbuja-, lo cual estamos terminando de definir y ajustar con el gobierno nacional, pero es inminente que podamos abrir los pasos fronterizos”.

Gabriela Minutti Reyes es uruguaya, nacida en Salto, nacionalizada argentina. Vive en Concordia, provincia de Entre Ríos, hace 25 años. Cada vez que puede cruza el Puente Internacional Salto Grande que se erige sobre el río Uruguay y une la ciudad en la que nació con la ciudad en la que vive. Sabe que al ser uruguaya nativa y tener familia en su país de origen puede atravesar la frontera y recorrer solo los 30 kilómetros que la separa de su destino. Durante 19 meses, entre marzo de 2020 y octubre de 2021, para volver a ingresar a Argentina debía someterse y pagar un PCR en Uruguay, comprar un pasaje de avión o de Buquebus, entrar por Buenos Aires y recorrer 1.200 kilómetros hacia su casa.

Manifestantes del Grupo Puente Salto
Manifestantes del Grupo Puente Salto Concordia reclamaban un protocolo viable para el cruce frecuente entre ambas ciudades

“Entregamos nombres y apellidos de las personas que visitamos las dos ciudades frecuentemente. Hay gente que tiene a familiares viviendo del otro lado, no es cruzar para hacer compras. Hay gente que vive en Santo y trabaja en Concordia o al revés, y que todos los días iba y venía. Hace más de un año que esa gente no tiene trabajo”, resaltó Gabriela para evidenciar una situación irregular que, en línea con la caída de los contagios y la reapertura de actividades, se percibía absurda e improcedente.

No sólo nos obligan a viajar tantos kilómetros -declararon a comienzos de mes a través de un comunicado los afectados por el bloqueo del paso fronterizo-, sino que además el gasto económico que implica es imposible de costear para la mayoría de las personas en esta situación. Es una locura que después de un año y siete meses no haya una solución para nosotros, quienes tenemos vínculos comprobables. Sólo pedimos volver a abrazar a nuestras familias, madres, padres, hermanos, hermanas, hijos, hijas, esposos, esposas, novios, novias, sobrinos, abuelos, nietos. Queremos poder retomar nuestras actividades laborales, de estudio, nuestros tratamientos médicos, cobrar haberes. ¿Hasta cuándo estirarán nuestro sufrimiento y angustia? ¡Exigimos una solución ya!”. La solución, finalmente, llegó. Bastó una foto conmovedora entre dos hermanas para sensibilizar.

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