El Charly García más generoso y los melenudos de Crucis, la banda que produjo porque amaba su música

Hoy me detendré en un Charly que todos conocemos, escuchamos y admiramos: el productor de discos ajenos, elevador de nuevas mentes y gargantas hacia el Olimpo reservado a los grandes. Esta es la historia de cuatro jóvenes prohibidos por la dictadura, cuya música era un viaje único y que pocos entendieron

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La banda Crucis : Gustavo
La banda Crucis : Gustavo Montesano, el líder del grupo en Voz y bajo; el tecladista Aníbal Kerpel; Pino Marrone, uno de los mas refinados guitarristas del panorama argentino del la época; y Gonzalo Farrugia, baterista uruguayo

Este sábado no, el sábado que viene Charly García cumple sus primeros 70 carnavales.

De chicos mientras escuchábamos rock sinfónico en el tiempo que nos quedaba entre el club, la novia, Starsky y Hutch y la secundaria, algunos de los muchos Charlys que terminaríamos conociendo iban tomando forma.

Ya en ese corto tiempo, mientras iba de Sui Generis a PorSuiGieco el duque bicolor iba mutando un poco en cada disco, en cada show, consultado por cualquier periodista, siempre sorprendía con algo.

Octubre es el mes de su cumpleaños, y este Octubre estará seguramente plagado de homenajes, tributos, quizás hasta alguna calle o alguna plaza se bautizará con su nombre,todos mostrarán su foto con Charly y demás.

En lo personal hoy me detendré en un Charly que todos conocemos, escuchamos y admiramos: Charly García productor de discos ajenos, elevador de nuevas mentes y gargantas hacia el Olimpo reservado a los grandes -de su mano Los Abuelos de la Nada o Los Twist llegaron a las ligas mayores-, tal vez el Charly más generoso y divertido.

Los Abuelos, Los Twist, Fabiana Cantilo, Suéter -seguramente me olvido de algunos-: a todos García les abrió las puertas de los Gran Rex llenos y la fama genuina. A ese montón de chicos, literalmente chicos, plenos de talento y ganas de cambiar sus mundos propios, los ayudó en el primer paso hacia el plan maestro de cambiar al mundo en su total circunferencia.

Crucis - Balance

Lo que jamás olvidaré fue su primer producción, contemporánea casi al proyecto bellamente efímero de PorSuiGieco y podría decirse en las antípodas justamente.

Estoy hablando de Crucis, banda y disco epónimos de avant garde rocker en los 70.

Crucis era un cuarteto integrado por jóvenes debutantes quitando al baterista que justamente es el hilo rojo que une a la banda con PorSuiGieco, con Charly.

Eran: Gustavo Montesano, digamos el líder del grupo en Voz y bajo; el tecladista Aníbal Kerpel; Pino Marrone, uno de los mas refinados guitarristas del panorama argentino del la época; y Gonzalo Farrugia, baterista uruguayo que tocaba en Psiglo y que participó de las sesiones de grabación del disco PorSuiGieco.

Crucis era un cuarteto integrado
Crucis era un cuarteto integrado por jóvenes debutantes quitando al baterista que justamente es el hilo rojo que une a la banda con PorSuiGieco, con Charly

La brillante trayectoria de esto cuatro chicos los llevó lejos, geográfica y artísticamente hablando, logrando más reconocimiento en España y en USA que acá mismo.

Es conocida desde siempre la historia acerca del primer disco de Crucis, también producido en 1976 por Charly recién terminado su dúo con Nito Mestre y Sui Generis y antes de armar su Máquina de Hacer Pájaros.

Habían nacido como banda un par de años antes pero fue un memorable show en el teatro Astral el de la consagración.

En lo personal los había visto unos meses antes en un cine teatro de Villa Urquiza del que olvidé el nombre pero donde cada tanto íbamos los sábados en la función de trasnoche a ver un rato Woodstock.

En ese mundo sin videos ni festivales internacionales la única forma de ponernos a modo rocker en pandilla era participar de algún recital que los amigos militares permitieran. Plan B era salir con amigos a los cines en la Avenida de Mayo que ponían en el mismo horario la peli de Led Zeppelin The songs remain the same o Woodstock.

Cuestión que en ese antro tocaba Crucis y algún amigo me llevó. Ignoraba todo sobre ellos pero cuando salí del show era su mas acérrimo fan.

Todo Tiempo Posible

Hacían montón de música instrumental y solo un par de temas cantados, lo cuál elevaba más esas letras ambiguamente hermosas me permitía quedarme un tiempo mirando a esos cuatro melenudos enfundados en overoles amarillos como si fueran empleados de vialidad nacional pero llegados del espacio por los juegos de luces y el volumen al que tocaban.

En el del Astral no estuve, pero quien afortunadamente sí estuvo fue Charly García dicen que invitado por Gonzalo Farrugia, que había cruzado a García en las sesiones de PorSuiGieco. Gonzalo llega a Crucis cuando todavía estaba Jose Luis Fernández, aclaro esto porque después ambos graban con Charly el disco en vivo Música del Alma en un cuarteto que completaba David Lebón, todo esto un año antes de formar Serú Girán.

Charly tiene eso, se involucra tanto con sus producciones que acaba fagocitándose parte de ellas.

De Los Abuelos de la Nada incluye a Andrés Calamaro, Gustavo Bazterrica y Daniel Melingo en su banda, de Los Twist mueve al Gonzo y a Fabiana Cantilo.

Todos ellos le deben mucho a Charly, Dani Melingo cuando habla de él lo refiere “El Maestro”. Farrugia giró bastante con Charly mientras que José Luis Fernández fue el bajista de La Máquina de Hacer Pájaros, el gran palacio del rock sinfónico que construyó El Maestro para dejar joyas musicales a la posteridad como las eternas Que se puede hacer salvo ver películas, Hipercandombe y Como mata el viento Norte.

Apostilla al margen.

Pero para que haya margen tiene que haber hoja. La hoja hoy es Crucis.

Crucis dejó 11 canciones, 3
Crucis dejó 11 canciones, 3 de ellas cantadas, en dos discos y tuvieron que irse del país. El primero Crucis de 1976 producido por Charly García, y Los Delirios del Mariscal de 1977 producido por Jorge Álvarez

Después de esa noche en el Astral, donde Crucis termina saliendo hasta en revista Gente, Charly decide producirles su debut discográfico.

Creo que esa noche en el Astral estaban todos los que escuchaban Crucis. Ignoro qué capacidad tenía el teatro, pero lo que sí sé es que Crucis no era lo más popular que se escuchaba en Buenos Aires. No se pasaban en la radio. En mis comienzos como musicalizador los conductores y productores me decían:

-Pibe, no pongas canciones de Crucis, canciones instrumentales larguísimas, solos de guitarra, de bajo, de teclados, eso no es radial, no funciona así. Por algo los Beatles hacían canciones de 3 minutos...

Yo contestaba:

-Tienen una canción que es cantada.

Me decían ya al borde de las lágrimas:

-Bueno, con una letra que no la entienden ni ellos...

Así estaban las cosas amigas y amigos. Difícil expresarse a través de la música con semejantes zapallos al aire. Sobre todo aclarando que uno de los más populares y exitosos programas que tuvo Rock&Pop FM en los 90 lo condujo El Mariscal Romero, legendario disc jockey y conductor español instalado en la Argentina del 1 a 1, que se llamó Los Delirios del Mariscal, título elegido por él mismo, extraído del segundo disco de Crucisi.

Crucis dejó dos discos y algunos videos que hoy se pueden ver en YouTube pero no muestran ni la mitad de lo que estos pibes generaban en vivo. Verlos era un viaje que te depositaba en cualquier lado que no conocieras. No diría que eran experiencias sensoriales, pero eran algo muy semejante a eso.

Fríamente hablando, Crucis dejó 11 canciones, 3 de ellas cantadas, en dos discos y tuvieron que irse del país. El primero Crucis de 1976 producido por Charly García, y Los Delirios del Mariscal de 1977 producido por Jorge Álvarez, otro legendario, ambos con arte de tapa de Juan O. Gatti, el mismo que hizo las portadas de Artaud y de Pappo’s Blues Vol III. Vale decir que hablo de obras de arte. De masterpieces.

En total no llegan a ser 70 minutos de música de alto vuelo, eso les alcanzó para quedarse con el cetro de ser lo mas elevado musicalmente hablando del rock sinfónico en español.

El primer disco abre con quizás el único tema difundido en las radios de la época, Todo tiempo posible. Y tal cual decían los bodoques con una letra que ni ellos entendían. Decían ellos. Sabiendo en que terminó todo después cuando Babilonia Buenos Aires se llevó todos los sueños jóvenes puestos, es más comprensible.

“Todo tiempo posible yo estaré con vos

Como un grito en el valle de fraternidad

No pienses que mi mal no me hace mal

Soy ávido de luz cada vez más”

Crucis duró un año más y ya en el 78 corridos por las autoridades, prohibidos en las radios e inhabilitados para hacer shows, volaron de verdad.

Yo no sé mucho de ellos, la verdad es que lamentablemente jamás me crucé con ninguno. Cuando salimos nosotros a las calles ellos ya no estaban acá. Lo que nadie supo explicarme es por qué los fastidiaron tanto, para qué los prohibían, de dónde tomaron argumentos para perseguirlos hasta el hartazgo.

“Nena nunca te olvides de esta situación

Es un poco jugar a lo normal/ficción

No, no abriré las puertas a la verdad

Aunque detrás de ti está la luz”

Demasiados rastros perdidos en esta historia. Crucis terminó en días del mundial.

Gustavo Montesano trató de retomar su derrotero musical uniéndose a Alejandro DeMichele (Pastoral) con un disco New Wave que pasó desapercibido, de ahí cruzó el océano recalando en Madrid donde forma Ole Ole, grupo abanderado del pop español de los 80 con una joven Marta Sánchez en la voz líder. Y jamás volvió a la Argentina.

Pino Marrone fue a USA, en principio a continuar sus estudios de guitarra hasta que se puso a tocar con monstruos del jazz como Jim Hall o Joe Pass.

Aníbal Kerpel se fue a otro lugar de USA y aún hoy es el partner de Gustavo Santaolalla, cansándose de ganar premios y laureles con sus bandas de sonido.

La suerte de Gonzalo Farrugia fue distinta, se radicó unos años en México, formó familia y enseñó percusión hasta que volvió a su Montevideo natal donde se suicidó en 2009 después de transitar algunos desequilibrios anímicos.

Crucis es parte de nuestro pasado para los que lo vimos, un paso adelante en nuestra percepción musical que jamás agradeceremos lo suficiente.

Tal vez en algún momento se rescate su música, su aporte al rock en español, su compromiso estético, su espíritu inquieto que como banda los llevó a lo más alto de la consideración popular, hasta su limitada poesía.

Lo que jamás se podrá rescatar de ninguna manera es el viaje que nos trasladaba a lugares cerebrales únicos a partir del show y siguiendo por unos días más en nuestros cuartos de adolescencia.

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