“La vida da vueltas, desborda de magia, misterios y sorpresas. El amor no se busca, aparece de pronto, o reaparece después de toda una vida”, escribió Leticia (44) en su cuenta de Instagram al referirse a una relación sentimental que quedó trunca con Stéfano (52) y que ahora tiene la posibilidad de volver a reflotar gracias a las redes sociales.
La última vez que se vieron fue hace 23 años, en Roma, cuando ella era adolescente y se encontraba de viaje por Europa junto a tres amigas. El flechazo fue inmediato y tuvieron una relación tan intensa como fugaz. Fueron cinco días prácticamente de convivencia: estaban juntos desde que amanecía hasta que caía la noche. Forjaron un vínculo tan fuerte que ni el tiempo y la distancia pudo quebrar.
La relación se mantuvo viva a través de cartas y llamados telefónicos, pero después cada uno forjó su propio camino donde ya no había lugar para el otro. Formaron parejas con otras personas, se casaron, tuvieron hijos y con un proyecto de familia a cuestas era imposible que les quedara tiempo para pensarse y extrañarse.
Pero a partir de enero de 2020, cuando el mundo se detuvo y entró en un impasse por la pandemia del coronavirus, el confinamiento hizo que muchas personas se replantearan sus afectos y su futuro; y así fue como a Stéfano, ya soltero, le volvieron las ganas de saber qué había sido de la vida de Leticia.
“Todas las noticias de Italia me traían recuerdos de él y me preguntaba cómo estaría sobrellevando el tema de COVID-19 ya que en Europa estuvieron muy complicados. Pero nunca se me ocurrió contactarlo por las redes sociales. Sí lo había hecho en el ‘98, un año después de que dejamos de hablar, cuando agarré una guía telefónica para intentar rastrearlo sin éxito”, recordó Leticia al ser entrevistada por Infobae.
Stéfano, por su parte, fue más expeditivo. La buscó por Facebook y en mayo del año pasado retomaron el diálogo de manera virtual. “Justo cuando lo estaba pensando insistentemente me llegó su solicitud de amistad”, relató la mujer dando a entender que hubo una conexión casi telepática.
De los mensajes del Messenger pasaron a los audios por Whatsapp y ahora están entusiasmadísimos con las videollamadas. Conversan dos veces por día, a la mañana y la tarde (horario de Argentina) y hay fines de semana que hasta se quedan dormidos al teléfono.
“Lo más divertido fue cuando se le ocurrió empezar a pasearme por la ciudad. Se iba a diferentes lugares y me hacía videollamadas para mostrarme los distintos escenarios en vivo y en directo. Me llamó desde el Coliseo y La Fontana de Trevi, por ejemplo, y ahora quedamos en que la próxima vez lo va a hacer desde el Vaticano”, contó Leticia, quien no deja de sorprenderse por sus ocurrencias.
“Siempre lo consideré una persona muy importante en vida. Dejó una huella profunda y fue la distancia la que complicó todo”, admitió la argentina, que ahora se muestra dispuesta a darlo todo en esta segunda oportunidad a pesar de los 11.000 km que los siguen separando.
Luego de un año y cuatro meses de noviazgo virtual, llegó la pregunta inevitable. “¿Cuándo nos vamos a volver a ver?”, le dijo Stéfano a Leticia sabiendo que por sus compromisos laborales y la crianza de sus tres hijos (de 18, 14 y 11 años) le sería prácticamente imposible viajar a Italia y más con las restricciones aéreas vigentes en el país.
De todas maneras, ella admitió que nunca se planteó volver a Roma y que fue él quien tomó la decisión de venir a Buenos Aires con planes de quedarse a vivir en Argentina. “Yo le expliqué que el país está prendido fuego y sus amigos italianos le dicen lo mismo pero Stéfano no entra en razones. Dice que no le importa, que en Italia también la están pasando mal y lo noto re entusiasmado con venir a verme y arrancar acá desde cero”, señaló Leticia, separada desde hace cuatro años.
El italiano, por su parte, tuvo una hija dos años después de conocer a Leticia pero nunca llegó a casarse y las relaciones posteriores tampoco prosperaron demasiado, salvo la última donde estuvo nueve años en pareja. Hoy su hija tiene 22 años.
“Allá trabaja como empleado de un frigorífico. Es despostador y tiene experiencia en la venta de carnes. Estuve averiguando sobre la posibilidad de que abra un negocio pero la verdad es que necesita mucha plata, como dos millones de pesos, y no los tiene. Así que veremos cómo se las arreglará”, admitió Leticia, quien se desempeña como cosmetóloga tiempo completo y reside en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora.
Pero antes de evaluar cómo se va a ganar la vida, ambos son conscientes de que primero tienen que conseguir un pasaje de avión que finalmente lo aterrice en Buenos Aires. Para ello, la mujer se contactó con Floxie, una tuitera argentina especializada en viajes y turismo, que desde su cuenta @floxie10 se la pasó brindando asistencia a los varados con la publicación de los vuelos aprobados por las ANNAC. “Le pedí que me asesorara dónde y cómo comprar un ticket aéreo de manera segura para que cuando Stéfano llegue al país no tenga problema en entrar”, contó ya que “sería un garrón que le suspendan el vuelo o se lo reprogramen de forma indefinida”.
De todas maneras, eso ya no sería un obstáculo. Hoy están dadas todas las condiciones sanitarias para que el 18 de octubre se levante el cupo aéreo y ya no corra ese riesgo. “Me sugirió que no me apresure a comprar y que espere después del 1 de noviembre a que abren las fronteras para los extranjeros de todo el mundo. Cada vez falta menos para que podamos reeditar nuestra historia de amor”, se entusiasmó Leticia al referirse al “flechazo” que experimentaron la noche del 2 de julio de 1997 al pie de la Fontana de Trevi.
En ese momento, ella estaba tomando champán con tres amigas al borde de la fuente cuando apareció él con un amigo y se sumaron al brindis. Hubo miradas cómplices, risas y mucha química. Ese día surgió una conexión tan fuerte que traspasó las fronteras y a pesar de que hayan pasado más de 20 años los tiene completamente enamorados.
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