Primeras semanas de cuarentena: aburrimiento, incertidumbre, soledad. Giuliana Busetto ni se imaginaba todo lo que vendría para ella después de aquél día en que desempolvó una guitarra y comenzó a practicar. Como tantos jóvenes, ella arrancó a estudiar el instrumento desde muy pequeña pero en la adolescencia lo dejó, lo olvidó. El hastío del aislamiento por la pandemia y una advertencia de su padre la llevó a volver a tocar. Aprovechó el encierro como nadie: en un puñado de meses sus videos reversionando solos y riff de históricos guitarristas estallaron en redes sociales, alcanzó el reconocimiento del guitarrista de Queen, Brian May, del ex compañero de Ozzy Osbourne y actual líder de Black Label Society, Zakk Wylde y hasta de Eros Ramazzotti, superó los 100 mil seguidores en su cuenta de Instagram y llegó a hacer giras por Europa.
Giuliana es hija de Jorge Busetto, el Freddie Mercury de Dr Queen, un reconocido y pionero tributo a la banda inglesa con más de 20 años de actividad y casi mil shows en vivo. De hecho fue Jorge quien le dio a su hija un curioso ultimátum que desató la catarata de éxitos que viene viviendo la joven de 21 años, oriunda de la Ciudad de La Plata. “El año pasado con la cuarentena estaba aburrida, encerrada, y un día mi papá me dice ‘voy a vender todas las guitarras si no las tocas...’”, recuerda en diálogo con Infobae. La advertencia vino acompañada de una sugerencia: practicar y grabar videos utilizando una placa de sonido. Que se escuche realmente bien. Suena irónico pero su gusto por la música comenzó con Justin Bieber; hoy hace temas de Metallica, Iron Maiden, Rammstein, Megadeht y otra decena de bandas del espectro del heavy metal; además de escuchar V8, Hermética, Riff y Almafuerte, del ámbito nacional. Impacta la velocidad, precisión y destreza con la que replica canciones de las más difíciles del género. Giuliana siguió el consejo de su padre y al día de hoy tiene 102 mil seguidores, ofertas de compañías de instrumentos musicales y para tocar en el exterior.
“Estaba en cuarentena, todo el día en mi pieza, y empecé a practicar sin darme cuenta. Los dedos tienen memoria, empecé a acordarme de canciones, de ejercicios que hacía y de ahí no paré”, relata sobre como se fue dando su reencuentro con el instrumento al que en momentos de soledad llegó a definir como su “mejor amiga”. Sus ojos con un dejo de brillo certifican la emoción de su sentir: “Muchas veces necesite un cariño, un abrazo ajeno, no como el de mamá, por ahí buscaba otro tipo de abrazo, había momentos que me sentía sola, estaba mal, tocaba la guitarra y terminaba re contenta”.
En esos meses de aislamiento Giuliana tuvo un crecimiento exponencial a nivel musical que se reflejó en sus redes sociales. Pero más allá de la velocidad con la que transcurrió todo, detrás de ella además de haber clases de guitarra en su infancia, hubo estudios de música, de lenguaje musical, horas y horas de leer partituras. Además de la guitarra, se destaca con el piano.
Los ensayos en su casa pasaron de ser un hobby y se convirtieron en una rutina casi obligatoria como condición del éxito. “No pasa por tocar todos los días” -aclara-, “pasa por dividir el tiempo: si tocás seis horas, dos las dedicas a escuchar música nueva, a ampliar géneros, no solo del heavy metal, escuchar tango, folclore, música vasca, abrir un poco la mente; otras dos tocás lo que te gusta; y las últimas dos de práctica con metrónomo, haciendo ejercicios, y así todos los días”.
Giuliana Busetto llegó a un nivel de responsabilidad que no se permite tiempo para ocio o tener una vida como el común de los chicos y chicas de 20 años. Al día de hoy no puede estar más de dos días sin tocar. Y si bien le costó hacerlo un hábito, no reniega pero sabe que otras actividades no pueden interrumpir su camino: “No miro tele, no miro películas, tampoco tengo novio ni puedo tenerlo, ya lo tengo claro... me saca tiempo”.
“No me cuesta porque no me doy cuenta y se me pasa el tiempo, lo disfruto. Sería una traba. Capáz estoy tocando seis horas y me doy cuenta porque miro por la ventana y es de noche o porque me duele la muñeca”.
El click que le demostró el alcance de todo el tiempo que estaba dedicando se lo dio Brian May. Giuliana publicó un video tocando un solo de él y el guitarrista de Queen la comenzó a seguir en Instagram. Al poco tiempo le reaccionó a una storie. Ella no lo podía creer. “Otro día estaba mirando tele y me habla un flaco que tiene 4 millones de seguidores, me fijo a ver quién es y le digo a mi mamá ‘quién es este, ¿lo conocés?’.... era Eros Ramazzoti”, dice entre risas por no saber quién era el cantante italiano. “Ahí fue cuando pensé que algo bien estaba haciendo, una cosa es que mi papá me diga cosas y otra cuando empezás a ver frutos externos de gente que admirás”. Más adelante Zakk Wylde le dio like a una canción que Busetto interpretó del líder de Black Label Society.
Además de sus dotes con la viola, tiene un particular encanto por el cual se ha convertido en una suerte de influencer de la guitarra. Sí, por más que el término vaya a contramano de los ideales del under del rock que lucha por no volverse comercial, Giuliana se dio cuenta que al tiempo mucha gente empezó a decirle que empezaron o volvieron a tocar la guitarra por ella. Comenzó a inspirar.
Tampoco cae en el canto de sirenas que pueden significar miles y miles de fans. “Las redes sociales me gustan pero para aprender, lo tengo claro; no puedo pasar más tiempo con el celular de lo que toco la guitarra”: otra de las máximas de Giuliana. Exponerse en el mundo virtual es terreno fértil para los haters, sin embargo ella no le da importancia a las críticas que pueda recibir. “Si te vas a largar a llorar por cualquier comentario malo, qué gracia tiene... yo vengo a hablar de la guitarra y de música, no hablo de política, de religión, no va al caso porque es algo mío, personal”, remarca con firmeza. Siente que exponerse de otra forma, es “ganarse el odio gratuito de mucha gente”.
Detrás de Giuliana está su papá, Jorge Busetto. El que le regaló su primera guitarra criolla Gracia, y el que la motivó a que suceda todo lo bueno que está transitando, hoy le maneja parte de las redes sociales, la asesora con ofertas y promociones que recibe, con reconocidas marcas que se acercan para aprovechar la explosión de esta joven de 21 años. Una suerte de manager en medio de su irrupción.
Jorge Busetto es médico cardiólogo pero está curtido con cientos y cientos de shows sobre su espalda que realizó liderando Dr Queen, la banda tributo que fundó hace dos décadas, prácticamente a la par del nacimiento de Giuliana. Hoy padre e hija comparten escenario en recitales que realizan en distintos lugares de la Argentina pero también trascendiendo fronteras. “Cuando empecé con mi papá hace 2 años estaba re tímida, no estaba acostumbrada, no me podía soltar. En 2019 mi papá me dice en una prueba de sonido de una gira ‘tirate al piso….’ mmm me da vergüenza pero bueno voy a hacerlo, y desde ese día sentía que me comía al público”, recuerda. En su incipiente carrera ya realizó cuatro giras por España y una en Colombia. Además fue parte de los shows por el aniversario de La Plata en 2019 ante miles de personas.
Con su papá y el resto de la banda siente un clima de tranquilidad y profesionalidad que ve difícil de conseguir en gente del palo y de la misma edad: “Cuesta encontrar músicos que tengan 20 años y no se coman la película de que el rock es cerveza, salir de fiesta y drogas, yo no tengo ese pensamiento, no puedo ensayar con alguien que te cae borracho. Lo más difícil es encontrar alguien con actitud arriba del escenario, que sea estrella frente a 10 personas o 100 mil”.
A la vez se enfrenta a los prejuicios sobre que una mujer integre una banda con hombres: “Hay quienes te quieren levantar, quienes te quieren para vender más entradas, y no, no da.... quereme porque toco bien”.
Sensible pero decidida, inconformista con su performance pero agradecida de “tener todo”. Todo lo simple y realmente importante: “Tengo una familia, una pasión, y estoy sana”. Qué queda por delante para esta joven fan de Nita Strauss... dice que un próximo paso será sacar un disco con temas propios.
- La pregunta es tan banal como importante y muchos ni siquiera lo tienen claro: ¿Qué soñás?
- Mi sueño, sueño, sueño, sería triunfar con mi música, hacer que a mucha gente le llegue, cambiar los pensamientos de las letras que se transmiten hoy en día en música mas comercial como el reguetón, no es todo salir y tomar. Es tener una familia, amigos, compañeros, valorar eso. Mi sueño sería estar en un estadio y que mis papás estén ahí, como para decirles `mirá papá, mirá mamá lo que logré, siendo yo, sin estar a costa de nadie’”.