“Todos por Delfi”. Como el de tantos pequeños luchadores que pelean inexplicablemente contra vicisitudes del destino, el lema que identifica la campaña para ayudar a Delfina, de Salta, promueve la acción conjunta, una colaboración colectiva y solidaria. Su madre, Florencia López Palomo, lanzó la iniciativa en medio de un nuevo intento por darle una mejor calidad de vida a la persona que más ama. Finalmente, todo se convirtió en un esfuerzo por concientizar y entregar un mensaje de esperanza de cara a la sociedad.
“Más allá de que sea mi hija, yo la admiro, admiro la fuerza que tiene porque la peleó demasiado hasta el día de hoy”, dice la mujer salteña ante Infobae, entre algunas lágrimas que connotan orgullo y amor en igual medida.
Siempre han ido juntas. A partir de un embarazo que cursó con algunas complicaciones a los 17 años y un parto que debió ser prematuro, Delfina nació sietemesina y en ese contexto tuvo que enfrentar duras batallas. La que más perjudica su día a día es un coloboma de iris y retina, que le provocó la falta total de visión de un ojo y del 45% en el otro. La patología congénita es progresiva. Florencia nunca cesó su búsqueda de alternativas y las consultas a diferentes especialistas. Pero la pandemia empeoró drásticamente el panorama.
Al desgaste que sufrió la menor por el exceso en el uso de las pantallas para continuar su educación virtual como el resto de los chicos del país, se agregó la pérdida del empleo y la obra social, por parte de su mamá. Florencia vio como la sucursal del banco en el que trabajaba en Salta capital cerraba sus puertas durante la cuarentena del año pasado. Ahí decidió solicitar la colaboración que por redes sociales traspasó los límites de su provincia.
“Lanzamos la campaña porque no tenía los recursos para ir de Salta a Mendoza, donde teníamos turno en el Instituto Zaldivar que es muy reconocido. Al quedarme sin mi principal fuente de ingresos no tenía posibilidad de pagar los gastos. Fue dificilísimo conseguir lugar para que la atiendan pero no tenía los pasajes ni nada”, rememora Florencia, y lamenta que por la discapacidad de Delfina “ninguna prepaga la está tomando”.
En ese momento la desesperada madre recibió la cooperación de otra salteña, Rosario Saravia, quien, según detalla, ya había formado parte de colectas similares. Describe el proceso de la siguiente manera: “Ella ayudó a muchos niños en casos de este estilo y me explicó cómo armar la campaña e ir mostrando el avance y el día a día, subiendo fotos y los comprobantes de lo que íbamos haciendo con Delfi”. El pedido inicial era de una donación de $250.
Florencia relata como cada vez más personas se sumaron y “la historia la compartieron algunos famosos, Laura Fidalgo, bailarines de ShowMatch”. Se organizaron peñas solidarias y festivales. Así lograron el objetivo y madre e hija viajaron a Mendoza. Ocurrió hace dos semanas.
Los resultados de los estudios difirieron a los que habían obtenido en Salta, lo cual Florencia valoró como un aporte para seguir entendiendo el cuadro que presenta Delfina. Como la patología se arrastra desde el nacimiento, la niña no tiene desarrollado el nervio óptico, lo cual descarta algunas intervenciones que se realizan en Argentina como el trasplante de retina.
La recomendación fue consultar en dos centros especializados en Estados Unidos, en Los Ángeles y Nueva York, que con otra tecnología podrían brindar una solución. Más allá de eso, la impulsora de “Todos por Delfi” reconoció la “honestidad” del equipo médico mendocino y las sugerencias realizadas. Cambios en los anteojos de Delfina, la atención de un neurólogo y un tratamiento terapéutico con ejercicios visuales podrían estimular sus ojos y mejorar su calidad de vida en el corto plazo.
A la espera de una respuesta positiva por parte de las clínicas norteamericanas para dar el próximo paso y pensar en un hipotético viaje, la madre salteña ve en su campaña una oportunidad para generar conciencia y comunicar valores fundamentales. Aún no es tiempo de reactivar la campaña solidaria, pero sí de agradecer y valorar.
Florencia cuenta el por qué: “La doctora en Mendoza me decía que la mente es muy poderosa, que no intente pensar en que la ceguera puede terminar siendo total, sino que acompañe a mi hija, que la disfrute ahora”. De hecho, cuando terminó la consulta en Zaldivar le dijo a la niña “que en ese lugar no íbamos a encontrar lo que estábamos buscando” y ella lo entendió. Solo quería volver al colegio para jugar con sus amigos.
“Delfi no llegó a desarrollarse al nacer y estuvo un mes internada en neonatología con malos pronósticos. La peleó demasiado. Tuvo displasia de cadera, mordida invertida. Muchas cosas que hay que trabajar con ella y seguir adelante. Pero quiero enseñarle a valorar porque gracias a Dios ella tiene una buena calidad de vida; yo intento darle lo mejor y que pueda llevar una vida como cualquier otra nene”, explica.
De su reflexión decanta lo que hoy transmite a los que llegaron a conocer su historia por la campaña viralizada. Asegura que “todos los chicos merecen una infancia feliz, una infancia con lindos recuerdos” y que por eso “más allá de Delfina es importante ayudar a los niños que lo necesitan”. “Yo le digo a mi hija que ella es una privilegiada por tener un plato de comida en casa”, resalta la madre, que explicita cómo la pobreza y desnutrición trastoca el presente y el futuro de las infancias en el país.
De esta forma invierte los roles. Destaca todo lo que Delfina sí tiene. Su alegría. Sus ganas de crecer, de bailar. Y el camino lo recorren juntas, el aprendizaje es compartido. Florencia admite que antes de ir a Mendoza por la consulta temía que le planteen que su hija podría dejar de ver. Pero ese miedo quedó atrás. Y afirma, con una convicción que atraviesa la comunicación telefónica: ”Hoy quiero darle a Delfina las capacidades y herramientas para que pueda desarrollarse y a la vez ella sea consciente para ayudar a otras personas como me ayudaron a mí. Ella también puede ayudar y es importante que esa cadena no se corte”.
Problemas de visión en bebés prematuros
Para profundizar sobre el tema, Infobae consultó al Dr. Guillermo Monteoliva (M.N. 80.063), Oftalmopediatra y Presidente del Grupo Argentino OROPAR. La Retinopatia del Prematuro, conocida como ROP (por las siglas Retinopathy Of Prematurity), es una afección que puede darse en los nacidos prematuros de muy bajo peso y una corta edad gestacional (en lugar de nacer a las 40 semanas de embarazo, son los que lo hacen entre la semana 24 y la 32). Al ser tan pequeños e inmaduros necesitan muchas intervenciones en la terapia intensiva neonatal y los niveles altos de oxígeno, la poca ganancia de peso, sumado a las transfusiones, entre otras causas, pueden afectar el crecimiento de los vasos de la retina.
Acerca del coloboma de iris, el titular de la subcomisión que pertenece al Consejo Argentino de Oftalmología (CAO) y la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil (SAOI) especificó que “es una falla en el cierre de una fisura cuando se está formando el globo ocular en el embrión, al comienzo del embarazo”. Estos pueden ser típicos o atípicos, dependiendo de su localización, al igual que parciales o totales. A su vez, pueden involucrar diferentes partes del ojo, como el nervio óptico y la retina.
Por último, según el especialista, para la patología puede indicarse un “lente de contacto pigmentados para mejorar la pupila y la entrada de luz” o la corrección quirúrgica en algunos casos. Se debe evaluar necesidad de anteojos y cuando se padece de un solo lado colocar un parche en el ojo que mejor funciona, para estimular la visión y evitar la ambliopía u “ojo perezoso”. “Se debe contar con la mayor cantidad de información ocular clínica en formato electrónico e implementar un abordaje interdisciplinario, comparando estudios e imágenes a lo largo del tiempo para tomar las mejores decisiones”, finalizó.
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