Aún con la variante Delta de coronavirus circulando en más de 180 países del mundo, los países están progresivamente abandonando la obligatoriedad del uso del barbijo al aire libre, entre ellos Argentina. Sin embargo, la protección que involucra el tapabocas para las vías respiratorias habilita otro tipo de usos y en España le encontraron un beneficio adicional, ante la irrupción de una sorpresiva catástrofe natural de la que el territorio argentino no está exento.
El volcán Cumbre Vieja de La Palma, ubicado en la isla La Palma de Canarias, lleva más de cinco días en erupción al sur de la península ibérica. La estela de destrucción arrasó cerca de 400 inmuebles y obligó a evacuar a unas 6000 personas. Este viernes el fenómeno ingresó en una nueva fase, con mayor expulsión de material piroclástico y una intensa emisión de ceniza. El humo y las partículas, al degradar la calidad del aire, impactan sensiblemente al bienestar y la salud de la población.
“El volcán emite dos tipos de contaminantes. Por un lado están gases tóxicos como el dióxido de azufre y el dióxido de carbono. Pero también son peligrosas las cenizas, sobre todo las de tamaño microscópico, que están compuestas por hollines y distintos tipos de minerales del magma y pueden penetrar en las vías respiratorias”, indicó a el diario El Mundo la neumonóloga Cristina Martínez, neumóloga y coordinadora del área de medio ambiente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
De acuerdo a esta especialista, la exposición a estas sustancias puede desencadenar tos, lagrimeo, picor, irritación de garganta e incluso dificultad respiratoria como broncoespasmos, sobre todo en personas asmáticas o con problemas respiratorios previos.
Ante este tipo de situaciones, el barbijo reaparece como un objeto útil para resguardarse de los efectos nocivos de las emanaciones volcánicas. “Cuanto mayor sea el filtro de estas mascarillas, mejor”, sostuvo la neumonóloga española. Ayer se confirmaba la llegada de cenizas a otras islas de la región, por lo que el comité científico recomendaba el uso de mascarillas.
Con la expulsión de los gases volcánicos, las autoridades canarias siguen de cerca las emisiones de dióxido de azufre (SO2) y de ceniza del volcán. Según Martínez, la exposición a estos contaminantes no debería provocar un problema crónico, si bien su capacidad de daño puede sumarse a exposiciones previas a otros tóxicos.
“Esta situación debería hacernos ver que la contaminación atmosférica es un importante problema para la salud”, sostuvo la experta.
Los volcanes en Argentina
La actividad sísmica es conocida en las regiones ubicadas sobre los márgenes de la Andes. Como en otras latitudes, los gases volcánicos irrumpen como un fenómeno inevitable y tienen la capacidad de alcanzar poblaciones que están hasta miles de kilómetros más allá del foco, dependiendo del viento y la evolución de la erupción. Los volcanes ubicados en Chile, como el Puyehue, son ilustrativos de cómo estas ondas expansivas, cuando se desencadenan, pueden afectar a los habitantes argentinos.
En el territorio nacional, dos de los volcanes activos que son monitoreados de manera permanente son el Lanín y Copahue, ubicados en la provincia de Neuquén, en el límite con Chile. El Copahue se mantuvo en este tiempo en alerta verde, con registros habituales. El 9 de agosto, las cámaras de monitoreo instaladas en las inmediaciones del Copahue detectaron un aumento en la actividad superficial. A raíz de esas modificaciones, las autoridades de Defensa Civil locales llevaron tranquilidad a la población, tras aclarar que se trató de un reporte habitual.
En los años recientes, hubo varias explosiones volcánicas que cubrieron a la Patagonia de ceniza y humo. Una de las más recordadas fue la que se desencadenó el 4 de junio de 2011, en el complejo volcánico Cordón Caulle junto al volcán Puyehue ubicado en Chile. La erupción del macizo expulsó desde sus entrañas millones de metros cúbicos de material que los vientos depositaron, en su mayoría, sobre territorio argentino.
La explosión cubrió a la localidad de Villa La Angostura, que se encontraba a 39 kilómetros. Lo cierto es que de los al menos 38 volcanes activos de la Argentina (aquellos que tuvieron al menos una erupción en los últimos 10.000 años), el Copahue, compartido entre la provincia de Neuquén y la región chilena de Biobío, es el más “agitado” de la actualidad en el país.
En 2015, muchas de las ciudades andinas de Río Negro y Neuquén volvieron a amanecer cubiertas de una capa de cenizas volcánicas dejando un estela de total oscuridad. Esta vez fue por el volcán Calbuco, que hizo erupción dos veces en las últimas 24 horas y podría repetir el episodio en breve.
De los al menos 38 volcanes activos de la Argentina (aquellos que tuvieron al menos una erupción en los últimos 10.000 años), el Copahue, compartido entre la provincia de Neuquén y la región chilena de Biobío, es el más “agitado” de la actualidad en el país. Ante una actividad sísmica siempre latente, la experiencia de la pandemia dejará al tapabocas como un recurso a disposición de los patagónicos.
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