La municipalidad de la localidad neuquina de El Chocón informó que los restos fósiles de un dinosaurio con una antigüedad de entre 95 y 99 millones de años, hallados en julio fueron rescatados por un equipo de trabajo encabezado por el paleontólogo e investigador del CONICET, Juan Ignacio Canale.
Las tareas de extracción realizadas a la vera de la ruta nacional 237 demandaron 40 días de trabajo para lograr rescatar parte del esqueleto de un dinosaurio herbívoro saurópodo del grupo de los titanosaurios.
Además, se encontraron las extremidades posteriores, parte de la cadera, siete vértebras de la espalda y parte de un brazo que ahora están a resguardo en el Museo Paleontológico “Ernesto Bachman” de El Chocón.
Integrantes del Laboratorio del museo, la Dirección de Turismo de la municipalidad local, la Gendarmería Nacional, la Policía de la Provincia de Neuquén y la comunidad participaron en el rescate.
El paleontólogo Juan Ignacio Canale, informó que “alrededor de los huesos se encontraron varios dientes aislados de dinosaurios carnívoros, probablemente perdidos, mientras se estaban alimentando del mismo” y anticipó que “la cantidad y preservación de los huesos en estudio brindará mucha información novedosa”.
Los fósiles aparecieron a nivel de la roca de la Formación Candeleros de una antigüedad aproximada de 96 a 99 millones de años, entre los que se destaca el Giganotosaurus carolinii, hallado en 1993.
Algunos de los saurópodos titanosaurios más grandes registrados en la historia son los Argentinosaurus y Patagotitan, grandes herbívoros cuadrúpedos, de cuello y cola muy largos y cabeza pequeña.
También a fines de julio y a pocos kilómetros de El Chocón, en el departamento de Los Barrales en Neuquén, un nuevo dinosaurio similar fue descubierto gracias a la bajante del lago.
Los primeros huesos hallados se encontraban cerca de aquel gigante descubierto en tierras pertenecientes a la comunidad Paynemil, a 97 kilómetros de la capital provincial, un yacimiento del período Cretácico de cuando convivieron dinosaurios herbívoros y carnívoros de casi 40 metros de largo o alto.
El Futalognkosaurus es una de las naves insignias de la paleontología de Neuquén. No solamente se encontró, en 2000, el 70% de su esqueleto, sino que su rescate le dio vida al parque geopaleontológico Proyecto Dino de la Universidad Nacional del Comahue en el lago Barreales.
Si bien el paleontólogo Jorge Calvo aclaró que los dinos “no tienen sexo, al menos que haya una evidencia que lo confirme”, lo cierto es que los primeros huesos encontrados se ubicaban a poca distancia desde donde se extrajo el Futalognko, de 30 metros de altura.
En el Cretácico Superior, todo el territorio neuquino era similar a la selva de Misiones, con árboles de más de 40 metros de altura que requería a los saurópodos desarrollar los cuellos de largas dimensiones para alcanzar las hojas de las que se alimentaban.
Era una auténtica tierra de gigantes, aunque también era suelo propicio para que hagan de las suyas los carnívoros megarraptors, cuyos huesos también se encuentran en Proyecto Dino.
Junto con Calvo trabajan los geólogos Federico Narváez y Gabriel Asencio, el técnico paleontológico Juan Mansilla y el colaborador Nicolás Fuentes, quienes se encargan de los estudios tafonómicos, algo parecido a lo que realizan los peritos forenses tras el hallazgo de un cadáver.
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