A pesar de que el río Paraná creció en los últimos días, la perspectiva es “netamente desfavorable” para los próximos meses

El Instituto Nacional del Agua pidió “mantener la captación de agua fluvial para consumo urbano”

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En el río Paraná prevalece
En el río Paraná prevalece una tendencia descendente (REUTERS/Agustín Marcarian)

En la jornada de este martes y los últimos días, el río Paraná creció frente a diferentes ciudades de la provincia de Entre Ríos. Sin embargo, continúa lejos de sus niveles normales, de la marca de aguas bajas, y se mantiene una perspectiva negativa con probabilidad de profundizarse según informó el Instituto Nacional del Agua (INA).

El organismo señaló que la bajante de características extraordinarias “seguirá siendo motivo de especial monitoreo diario” y que a pesar de registrar un “importante incremento en el caudal descargado desde la alta cuenca”, y esperar que el río continúe creciendo “un 35% más que una semana atrás”, para el INA “prevalece una tendencia descendente” en las aguas del Paraná.

Es por eso que el pronóstico al 31 de octubre próximo “es netamente desfavorable, con probabilidad cierta de extenderse en los subsiguientes dos meses, por lo menos”, explicó, y pidió mantener “la captación de agua fluvial para consumo urbano”.

Además aseguró que en el litoral argentino se espera un trimestre con condiciones “levemente deficitarias” de precipitación, mientras que para las regiones de la cuenca del Paraná y Paraguay aguardan un trimestre que evolucione con normalidad.

En tanto, el caudal entrante al delta del Paraná registró un comportamiento descendente durante todo agosto, más pronunciado en la segunda quincena, con un promedio de 8.000 metros cúbicos por segundo, muy por debajo de lo normal.

Y en ese sentido, el INA prevé que las próximas semanas continuará disminuyendo, y la tendencia climática para fines de octubre “no permite esperar una mejora sostenida”.

La bajante extraordinaria, que se espera que se acerque a la peor situación hídrica detectada desde 1944, está afectando la vida ambiental, económica, productiva y social de ciudades a la vera del agua en Entre Ríos.

El caudal entrante al delta
El caudal entrante al delta del Paraná registró un comportamiento descendente durante todo agosto, más pronunciado en la segunda quincena (REUTERS/Agustín Marcarian)

Las alturas actuales ya superaron las marcas de 1971 (0,50 metros), las de 2020 y 1970 (0 metros), y hay que remontarse a 1944 para registrar una situación peor que la actual. Ese año, el río marcó -1,40 (debajo del nivel del mar) metros frente a Paraná, al igual que en Diamante (-1,38), Victoria (-41) y en La Paz (-1,11).

En Paraná, el río creció 33 centímetros y se mantiene hoy con -5 centímetros, lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio en septiembre (2,44 metros) y, aún así, el INA espera un repunte para mediados de septiembre y alcanzará los 90 centímetros, aunque puede subir y superar el metro de altura.

En La Paz, el río Paraná creció 30 centímetros la última semana hasta los 65, pero sigue muy por debajo de los 3,20 metros de límite de aguas bajas y de los 3,37 que la Prefectura Naval Argentina registró como promedio para septiembre entre 1996 y 2020. Allí, el organismo nacional anticipa que la altura permanezca “con oscilaciones, aumentando levemente”, entre los 1,40 y 1,70 metros durante septiembre.

En tanto, en Victoria también aumentó 30 centímetros los últimos siete días y se mantiene en 1,30 metros, lejos de los 2,60 metros de aguas bajas y 2,59 metros menor al promedio de septiembre y se prevé que disminuya a 15 centímetros en promedio durante septiembre, y a -37 en octubre.

Por último, en el puerto de Diamante subió la última semana y presenta una altura de 20 centímetros, muy lejos de los 2,40 metros del límite de aguas bajas y 3,68 menos que el promedio para este mes . En ese sentido el INA sostiene que seguirá descendiendo, con un promedio de -0,40 metros de altura en septiembre y de -0,78 metros en octubre.

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