Los restos fósiles del maxilar de un mastodonte, animal extinguido hace 8.500 años, fueron descubiertos a orillas del río Carcarañá, a la altura del pueblo santafesino de Andino, y en el lugar, podrían hallarse otros huesos del animal.
El paleontólogo Luciano Rey, del equipo técnico del Patrimonio Arqueológico-Paleontológico del Ministerio de Cultura de Santa Fe dijo que los restos fueron hallados el viernes último por el pescador Claudio Armúa, semienterrados.
Explicó además que “lo que se halló fue una porción de maxilar del cráneo de un mastodonte, con cuatro molares muy bien conservados, y en estos días, vamos a ir al sitio del hallazgo, porque sospechamos que hay más restos de este animal que habitó el pleistoceno pampeano”.
Dijo que al pescador “le llamó la atención un gran molar que asomaba en el agua, tras lo cual, la pieza fue extraída sin ninguna técnica adecuada y al escarbar a su alrededor, se rompió una parte del maxilar”.
“Por lo que pude ver, creo que hay más restos en el lugar, que queda casi en el casco urbano, próximo a un frigorífico en la costa del río”, sostuvo y agregó: “El maxilar de mastodonte ahora fue trasladado al Museo Tito Zuddas de Andino”.
Según Rey “no se puede hacer una aproximación relativa sobre la antigüedad de los restos hallados” -que pesan unos 30 kilos-, aunque los mastodontes “pertenecen a la megafauna de mamíferos que se extinguieron hace unos 8.500 años”. Señaló que alrededor de ese tiempo “se empezaron a extinguir también, otras especies como megaterios, gliptodontes y tigres dientes de sable”.
El paleontólogo santafesino dijo a Télam que el mastodonte “era un animal similar a un elefante, que llegaba a tener unos 3 metros de altura y 6 toneladas de peso”, y a diferencia de los elefantes y mamuts, el mastodonte “poseía colmillos casi rectos”.
Según dijeron los especialistas, los dientes de la dentadura del mastodonte tienen entre 5 y 10 centímetros cada uno y son de un tamaño similar a un puño humano.
Tres días atrás, un equipo de investigadores pertenecientes a la Fundación Azara y CONICET, entre otros organismos nacionales, descubrieron en la región pampeana los fósiles de los últimos teratornos sudamericanos. Estas fueron aves voladoras gigantescas de hábitos carroñeros y predadores que habitaron el continente americano durante casi 25 millones de años hasta su extinción hace unos 12 mil años y sus restos fueron encontrados ahora en Santa Fe, Pehuen Co y en las inmediaciones de Miramar.
Se han reconocido unas siete especies de teratornos, entre ellos Argentavis magnificens, hallado en la década de 1970 en La Pampa. Con un peso estimado en 70 kilogramos y una envergadura alar de hasta 7 metros, Argentavis es el ave voladora de mayor tamaño conocida hasta el momento.
Recientemente un equipo de investigadores argentinos comunicó en la revista Journal of Vertebrate Paleontology el hallazgo de nuevos teratornos en las provincias argentinas de Buenos Aires y Santa Fe, revelando detalles acerca de la evolución tardía de estas aves en América del Sur.
Los investigadores pertenecientes a la Fundación Azara, el CICYTTP-CONICET Diamante, la Facultad de Ciencia y Tecnología-UADER y el Museo Municipal de Ciencias Naturales Pachamama, señalaron que “su presencia había pasado inadvertida por muchos años, algunos materiales fueron colectados en la década del 30, en parte porque se trataba de ejemplares muy fragmentarios y fácilmente confundibles con cóndores… pero hace unos 10 años comenzamos a ver que no se trataba de cóndores, por suerte pudimos hallar nuevos y más completos especímenes confirmando que en realidad eran teratornítidos”.
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