Empujados por la crisis económica, la falta de oportunidades laborales, la inseguridad, el desencanto por la clase política y la incertidumbre que la pandemia acentuó, cada vez son más los jóvenes de los sectores medios urbanos que deciden emigrar en busca de una vida mejor.
Se llevan sus ilusiones y sus ganas de progresar, y se muestran dispuestos a salir de la zona de confort para aventurarse en un camino cargado de expectativas y nuevos proyectos. Cada uno tiene sus razones, pero en el caso de Pablo Herrera Macucha (23), su padre Wilfredo generó un verdadero revuelo en las redes al revelar el motivo de su partida.
“Este país con tanta corrupción no le garantiza nada”, posteó Wilfredo Herrera en su cuenta de Facebook el 1 de septiembre junto a una foto donde se lo ve abrazado a su hijo, pero sin sonrisas en sus rostros porque a su entender Argentina “no le garantiza nada”.
En diciembre de 2019, una encuesta realizada por el Instituto de Ciencias Sociales y Disciplinas Proyectuales (INSOD) de la UADE, aseguraba que más de la mitad de los jóvenes de clase media querían irse del país. Pero hoy en día, la cifra es superior: 6 de cada 10 estudiantes universitarios quieren irse de Argentina reveló un reciente informe divulgado en PPT, el programa de Jorge Lanata. Así, la “fuga de talentos” es todavía mayor que en 2001 cuando 4 cuatro de 10 pensaban en emigrar.
“Es muy triste lo que está pasando con los jóvenes y mi señora, que acompañó a Pablo desde Salta hasta el aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, pudo vivirlo en carne propia”, contó Wilfredo Herrera a Infobae. “Ella no podía salir de su asombro al ver tantas familias en la misma situación, de padres despidiendo a sus hijos. Era todo un mar de lágrimas”, describió el salteño, quien decidió compartir en su muro los sentimientos que lo invadieron cuando vio partir a su hijo hacia Dubai.
“Otro argentino que se va, pero por sobre todas las cosas otro hijo que se me va al otro lado del mundo, en busca de un sueño, en busca de un futuro mejor, un futuro que este país con tanta incertidumbre, corrupción no puede garantizar a nadie y menos a los jóvenes, suerte hijo querido, te amo un montón, algún día y si Dios quiere volveremos a estar juntos para ser la flia que debemos ser, dios bendiga tu nuevo camino”, posteó Wilfredo una vez que Pablo se subió al avión y su mensaje se hizo viral.
No es la primera vez que este hombre pasa por una situación similar. Años atrás le había tocado despedir a su hijo mayor, Facundo, que con apenas 21 años decidió instalarse en ese mismo país árabe para perfeccionarse en su profesión y abrirse camino en el mundo de la gastronomía.
“Fue su hermano quien lo terminó de convencer y le mandó el pasaje tres semanas atrás. Lo increíble de todo esto es que tres días antes de viajar le dio la buena noticia de que le había conseguido trabajo como barista en un hotel cercano al Grosvenor House Hotel, donde él se desempeña como chef”, detalló Wilfredo.
Antes de tomar esa decisión, Pablo había intentado forjarse un porvenir en Argentina. Justo antes de la pandemia había inaugurado un café en Salta Capital pero con las restricciones se le hizo imposible pagar los $22 mil mensuales de alquiler y tuvo que cerrar. “Si bien no era mucho, para un chico que recién empieza se le hizo muy cuesta arriba. Así que tuvo que ganarse la vida haciendo desayunos a domicilio cuando él había estudiado la carrera de barista en Colombia”, se lamentó Wilfredo al recordar lo frustrante que fue dar por finalizado ese emprendimiento.
El barista es un experto o especialista en la fabricación de café, así como también de té y de una gran variedad de bebidas relacionadas a ambos. En los últimos años se convirtió en una profesión muy artística, donde muchos compiten para perfeccionar el sabor y apariencia de una taza de café. “Lo positivo de todo esto es que Pablo se va a trabajar de lo que él estudió. Él quería dedicarse a eso, no quería hacer otra cosa. Sino se quedaba en Salta”, remarcó acerca de la excelente posibilidad que se le presentó en Dubai.
Mientras Wilfredo y su mujer intentan reponerse de la tristeza que les generó tener que despedir a otro hijo, él trata de contener las lágrimas y apuntalar a su compañera de vida; que es la que más sufre el “nido vacío”. Por eso, ya está planeando que pueda ir a visitarlos para fin de año.
“Es casi imposible que viajemos los dos porque el pasaje es muy caro. A Pablo se lo compró Facundo y pagó 300 mil pesos solo por el viaje de ida”, precisó. “Yo prefiero que vaya ella, que es la que más padece tenerlos lejos”, admitió.
Con sus hijos instalados a más de 14.000 km de distancia, Wilfredo recordó que ellos “quisieron emprender acá pero no pudieron por todas las trabas que se le presentaron”. Y concluyó: “Tengo 53 años y toda mi vida resuelta. Pero considero que soy argentino por accidente porque si tuviera la opción de volver a nacer elegiría hacerlo en otro país, como Bolivia o Uruguay, porque la corrupción y los malos políticos que nos tocaron no nos dejaron progresar”.
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