Después de los reclamos de vecinos a propósito de accidentes viales, mascotas heridas y jardines destrozados en Nordelta, y luego de los pedidos de desalojo de los animales que a su vez dispararon opiniones a favor de ellos, la National Geographic también se hizo eco de la invasión de carpinchos en el country del partido de Tigre y señaló que “están retomando el territorio que perdieron hace más de dos décadas”.
En la publicación, la reconocida revista especializada en temas de historia, cultura y naturaleza, apuntó que el barrio privado fue construido sobre uno de los humedales del río Paraná. “Como tal, es hogar a una amplia diversidad de animales de ecosistemas húmedos, que subsisten de los recursos disponibles desde hace millones de años”, resaltó.
En ese sentido, consideró que “queda claro que quienes invaden el territorio no son las especies que habitan los humedales. Por el contrario, la responsabilidad recae en el desarrollo urbano irresponsable en un entorno natural ajeno a nuestra especie”.
National Geographic mencionó que la especie “pertenece a una familia de roedores latinoamericanos que, además de ser apacibles, se distinguen por ser particularmente amigables con otros animales”. No obstante, indicaron que son muy territoriales: “Cuando ellos -o sus camaradas- se sienten amenazados, no dudan en dejar bien claro a quién le pertenece la tierra”.
Desde su mirada, cuestionó si “la tierra es de quien la trabaja”. “Los animales endémicos del antiguo humedal tampoco tienen posesión de las tierras, pero parece ser que la invasión de capibaras está a punto de cambiar el panorama una vez más”, destacó al evaluar la postura de la población a partir de la difusión del caso.
En esa línea, sostuvo que “a diferencia de lo que pasó a principios del milenio, cuando las obras de construcción del barrio comenzaron, la viralización de fotografías y videos en redes sociales han generado mucho más ruido en todo el mundo. La tendencia en Twitter persiste como una de las primeras en Argentina, y se ha posicionado como las primeras 10 en toda América Latina”.
También valoró la respuesta de diversas organizaciones de la sociedad civil “que se han pronunciado en contra de las acciones que se piensan tomar contra los capibaras del río Paraná”.
De tal manera, concluyó: “Antes desplazados por el desarrollo urbanístico exclusivo e irresponsable, los capibaras están retomando el territorio que perdieron hace más de dos décadas. Aunque los vecinos enardecidos del Nordelta intenten erradicarlos, tienen la presión de la mirada del mundo sobre la espalda”.
“Algunos lo han llamado, incluso, un claro ejemplo de lucha de clases”, finalizó la revista en referencia al nivel adquisitivo de los vecinos del barrio privado.
Similar fue la pronunciación de la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos (SAREM), integrada por científicos de distintas disciplinas, que informó que el complejo urbano Nordelta, efectivamente se encuentra incluido en el área de distribución original del carpincho, particularmente en los “Bajíos Ribereños”, un sistema de paisajes de humedales, perteneciente al denominado “Complejo Litoral del Paraná Inferior”, que constituye uno de los hábitats más aptos para la especie. Esto último, implica que los carpinchos habitaban esa zona previamente a la construcción del complejo habitacional y que sus poblaciones probablemente tuvieron números muy variables en todos esos años.
Los científicos advirtieron que “más allá que pueda tomarse alguna medida que, en el corto plazo reduzca sustancialmente el número de animales presentes, como el traslado de cierto número de carpinchos a diferentes áreas de reserva con recursos y condiciones adecuadas y suficientes (idealmente cercanas y previa realización de los necesarios estudios básicos y cuidados del caso), entendemos que, debido al nuevo escenario generado, circunstancias como la que se están viviendo actualmente volverán a repetirse periódicamente”.
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