El “descubrimiento” moderno del uso terapéutico del cannabis, una práctica ancestral registrada por primera vez en el herbario chino Pen Tsao Chin de hace 5.000 años, pero escondida durante el último siglo bajo el mantel manchado de la prohibición, hizo que la construcción de ciertas “verdades” inculcadas sobre la planta de marihuana en estos años se deconstruyera. Con la ley de uso medicinal, la sociedad reconsideró el cannabis y volvieron a disputar el espacio de la superficie otras certezas: no todo el que la usa tiene problemas, la prohibición y la persecución policial no lograron reducir ni el consumo ni el mercado negro, la puerta de entrada a otras drogas es la casa del dealer y la única puerta que abre la marihuana, en este estado de ilegalidad, es la del calabozo.
Se vio en al menos las últimas diez marchas por la regulación realizadas cada mayo y noviembre de todos los años en la Buenos Aires de la pre pandemia, y en el resto del país. Decenas de miles de personas marcharon desde Plaza de Mayo hasta el Congreso para pedir un cambio en la ley de drogas que deje de perseguir al consumidor y ponga atención y recursos en el negocio narco y, en todo caso, en aquellos que tienen problema con el consumo. Según datos de la ONU el 9% del total de los usuarios de drogas sufre algún tipo de adicción.
Argentina atraviesa un momento de revisión integral. En 2020 el Ministerio de Salud nacional creó un registro (el Reprocann) para legalizar a los usuarios y cultivadores medicinales y a los médicos que indican la sustancia. Meses atrás, el Senado le dio media sanción al proyecto de ley del Ministerio de Desarrollo Productivo que permitirá activar la industria del cannabis, no sólo para producir “medicamentos”, también textiles, materiales de construcción, papel y otros. En ese camino de reconsideración, el presidente Alberto Fernández se manifestó en varias oportunidades a favor de dar un debate para cambiar la ley de drogas y dejar de perseguir al usuario de cannabis.
La expresión del Presidente es un reflejo de lo que pasa en todo el país. La imagen la devuelve la encuesta nacional sobre cannabis más grande jamás hecha, a cuyos resultados preliminares tuvo acceso Infobae este viernes. Participaron más de 64 mil personas de 16 hasta 92 años desde Jujuy hasta Tierra del Fuego y, de las respuestas informadas hasta ahora, la más contundente es la que indica que del total de consultados, el 82,4% (52.325 personas) le da un uso adulto, también llamado recreativo. Además, el 13,5% consume cannabis con fines medicinales propios, el 3,7% tiene marihuana para el uso terapéutico de un tercero y el, 0,4% para su mascota.
La encuesta se hizo online, entre el 11 de noviembre y el 11 de diciembre de 2020 a personas mayores de 16 años que viven en Argentina. El trabajo fue realizado por la revista de cultura cannábica THC, el Centro de Estudios de la Cultura Cannábica Argentina (Cecca) con el acompañamiento de la Licenciatura de Historia de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).
“El universo de estudio de la encuesta es la población residente en Argentina mayor de 16 años que durante los últimos 12 meses usó cannabis por cualquier motivo. Como se trata de una población sobre la cual no abundan datos empíricos, se trata de un estudio principalmente exploratorio y con una vocación comprensiva. El relevamiento de datos se realizó de manera virtual mediante un cuestionario anónimo que indaga sobre indicadores objetivos, es decir, aquellos que refieren a prácticas o hábitos, pero también indicadores subjetivos como son las opiniones y percepciones”, explicaron los organizadores, impactados por el nivel de participación, que en general, en este tipo de encuestas, no supera los dos mil consultados.
Sin embargo, en esta encuesta, cuyos resultados completos estarán a principios de octubre, en coincidencia con la víspera de la segunda Expo Cannabis de Buenos Aires, que se realizará a mediados de mes en la Rural, obtuvo 64.646 respuestas; la mayoría fueron de la provincia de Buenos Aires (25.914) y de la Ciudad Autónoma (11.643). Si bien hubo respuestas en todas los distritos del país, también se registró alta participación Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Neuquén, Tucumán y Santa Cruz. En la Patagonia, por caso, es donde hubo mayor densidad de respuestas en relación con los habitantes.
Hubo respuestas de varones (66,8%), mujeres (31,8%) y diversidades (1,3%); estudiantes (universitario, 45%; secundario 36,7%; y terciario (17,52%), personas que buscan trabajo y jubiladas; de todos los niveles educativos y de todos los niveles de ingreso; personas que viven en zonas urbanas y otras que viven en zonas rurales. La mayor parte de las respuesta provino de personas de entre 16 y 24 años (48,9%) y milennials, de 25 a 39 años (42,9%).
“Todo esto permite afirmar que el cannabis es un fenómeno transversal en la medida que atraviesa horizontalmente todas las variables que se miran habitualmente para analizar la sociedad”, explicaron a Infobae los organizadores de la consulta.
Entre las sorpresas que trae el relevamiento y los resultados preliminares está el uso medicinal para mascotas, que fue respondido afirmativamente en todas las provincias del país, excepto en La Rioja y Tierra del Fuego.
Desde luego, en todas es por amplia mayoría el uso adulto no medicinal el más frecuente. En la región del AMBA la proporción de uso “recreativo” alcanza al 84%, mientras en las provincias de la Patagonia representa al 76% de las personas que usan cannabis.
El uso medicinal oscila entre el 10 y 20 por ciento en todas las provincias. Donde mayor aplicación de la terapéutica cannábica para uso propio se registra es en La Rioja y Formosa, con algunos decimales más del 20%. Y donde menos es CABA, con el 10,9 por ciento. La provincia que registra mayor uso medicinal para terceros es Santa Cruz, con 7,2%, posiblemente porque sea donde haya menos cantidad de cultivadores solidarios y mayor demanda en relación con la población. Y Neuquén, con 1,4%, es la que registra mayor uso del cannabis para mascotas.
En el informe preliminar no hay datos sobre cultivo personal. Se verán probablemente en las próximas semanas, explicaron los organizadores del sondeo, con información detallada de tipos de cultivo, si es en exterior o interior, en maceta o en tierra. También habrá información sobre las formas de acceso al cannabis, lo que podrá marcar cuánto influye todavía el negocio clandestino, y las edades y género de quienes llegan a la marihuana por es vía o la del autocultivo. Y sobre los usuarios que tuvieron problemas legales por consumir o cultivar.
“Por el lado del uso o ‘recreativo’ o no medicinal, vamos a proveer información acerca de para qué, cuándo y con quién prefieren usar cannabis. En lo que respecta al uso medicinal, la encuesta cuenta con datos sobre los principales tratamientos que realizan las personas y en qué medida cambió su calidad de vida”, explicó.
Los organizadores, especialmente los integrantes de THC y Cecca, asumen que el resultado completo de la encuesta ofrecerá “evidencias acerca de las personas que usan cannabis en Argentina, al tiempo que permitirá ver cuáles son los mecanismos sociales de regulación ya existentes. Y, ante todo, ayudará a entender de qué manera y en qué sentidos el cannabis y su uso son parte de la sociedad argentina”.
A principios de agosto este medio difundió también una encuesta de opinión -hecha sobre un universo de 1.000 consultados- que da cuenta de que casi 6 de cada 10 (55%) mayores de 18 años está a favor de la legalización.
El relevamiento, hecho por la consultora Kantar de manera online, también indica que 3 de cada diez (28%) consultados no tienen aún una opinión formada al respecto, por lo que sólo el 17% se opone a la regulación del uso y cultivo de la marihuana.
La convicción de que hay que modificar la ley penal de drogas y que el Estado debe darle otro abordaje, sin perseguir ni encarcelar usuarios y cultivadores, es levemente más marcada en mujeres que en hombres, donde la aprobación por la legalización alcanza el 58%.
De acuerdo al estudio, el 58% de los millennials (los nacidos entre 1980 y 2000) consultados cree que es mejor legalizar. En el caso de la generación que le sigue, los centennials (nacidos a partir del 2000), la cifra sube a 62%.
Esa preferencia etaria se espeja en las redes sociales, donde el 71% de las conversaciones sobre la legalización son positivas, mientras que el sentimiento positivo alcanza al 54% en las conversaciones sobre el uso medicinal.
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