El ancestro evolutivo de los lagartos y serpientes, que completa un eslabón que faltaba a nivel mundial, fue hallado por investigadores argentinos y brasileños en Ischigualasto, en el noreste de San Juan.
Según un estudio divulgado este miércoles, a partir de encontrar su cráneo y mandíbula en extraordinario estado de conservación, los investigadores pudieron presentar al Taytalura alcoberi, una nueva especie considerada la base del árbol evolutivo de las serpientes e iguanas, entre otras especies que viven actualmente.
Las partes halladas “son las más reveladoras para definir las relaciones de parentesco” y, al encontrarse “tan completo y prácticamente sin desinformación lo vuelve un hallazgo realmente extraordinario”, aseguró Ricardo Martínez, investigador del Instituto y Museo de Ciencias Naturales (IMCN) de la Universidad de San Juan.
Los paleontólogos determinaron que el denominado “padre de los lagartos” perteneció al período geológico Triásico, por lo que registra 230 millones de años de antigüedad.
“A partir del tamaño de su cráneo, que tiene unos dos centímetros de largo, podemos suponer que la extensión total de su cuerpo rondaba entre los 15 y 20 centímetros de largo”, indicó Martínez a la Agencia de Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universidad Nacional de La Matanza (CTyS-UNLaM).
El hallazgo de los restos ocurrió en 2001, momento que quedó fotografiado -algo inusual en la paleontología-, y ahora se dio a conocer al mundo a partir de la publicación del estudio sobre Taytalura que se realizó ayer en la revista Nature. Actualmente, los materiales fósiles están en la Colección de Paleovertebrados del IMCN.
Sebastián Apesteguía, director del Área de Paleontología de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara e investigador del Conicet, expresó a la agencia Télam que “a partir de la dirección de Ricardo Martínez y, en aquel momento, de Oscar Alcober, apareció un eslabón que faltaba a nivel mundial”.
“Si bien otros lepidosaurios tempranos se han hallado en rocas de edad semejante en Europa, Taytalura parece ser ancestral a todos ellos en su aspecto y es el primero hallado en el sur del supercontinente Pangea”, explicó el investigador.
Con el trabajo de los últimos 150 años, Argentina demostró ser “una potencia para la reconstrucción de la historia evolutiva de muchos grupos fósiles, tanto de dinosaurios, con una riqueza increíble en plantas, en mamíferos, de serpientes, de ranas”, valoró Apesteguía, y todo parece indicar que Argentina es “un reservorio inimaginado de la historia evolutiva de nuestro Planeta”.
Según publicó el Conicet, Apesteguía afirmó que “estamos acostumbrados a aceptar que la Era Mesozoica fue una edad de reptiles gigantes y por ello quienes buscamos fósiles solemos hacerlo de pie dando por sentado que desde la altura humana veremos sus rastros, pero la mayor parte de los componentes de aquellos ecosistemas eran pequeños, como hoy”
Agregó que “Taytalura nos enseña que nos perdemos información importante buscando animales grandes y también creyendo que porque no se habían encontrado antes fósiles de ese grupo por aquí, el origen de los lagartos se había dado en el hemisferio norte. La naturaleza nos enseña también una lección de humildad y la necesidad de arrodillarse, no solo frente a su maravilla, sino para ver más de cerca”, afirmó el investigador.
En cuanto al nombre Taytalura alcoberi, el término Tayta significa padre en el idioma nativo quechua y Lura es lagarto en el idioma nativo Kakán de la nación Diaguita, que actualmente habita en el noroeste de Argentina.
En tanto, “alcoberi” es en reconocimiento al investigador Oscar Alcober, “quien encabezó con Ricardo Martínez la expedición en la que se descubrió este espécimen y por su contribución al desarrollo de la paleontología del Triásico Tardío”, expresaron.
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