Brigadistas forestales nacionales y de diferentes jurisdicciones junto a personal de las provincias de Entre Ríos y Santa Fe trabajaban desde ayer para combatir y controlar por tierra y aire nuevos incendios que se registraron en islas del delta del río Paraná.
Los puntos de alerta fueron detectados en islas de la jurisdicción de la ciudad entrerriana de Victoria, frente a Villa Constitución; en las islas Lechiguanas, frente a San Pedro, y al este del puerto de la ciudad de Santa Fe.
Desde el Gobierno de Entre Ríos explicaron que el humo y las cenizas generadas afectan la región metropolitana de Santa Fe y ciudades aledañas, pero también las vías fluviales de la zona.
Para combatir los focos ígneos se establecieron dos comandos de operaciones, uno en el puerto de Santa Fe y otro en la localidad bonaerense de San Pedro, y los trabajos se dividen en dos zonas con un ataque indirecto, realizando líneas de cortafuego para contención, y con brechas de arroyo a arroyo y una cuadrilla abocada a la operativización de la información y evaluación de las condiciones meteorológicas. Los equipos cuentan con la colaboración de un helicóptero del Ejército Argentino.
Trabajan en el lugar personal técnico, operativo y logístico de Protección Civil y también de Salud de Santa Fe, brigadistas forestales de la provincia, de la Administración de Parques Nacionales, una embarcación de Prefectura, un avión hidrante y un helicóptero del Ejército.
Personal de Defensa Civil y del Plan de Manejo del Fuego de Entre Ríos, que cuentan con otro helicóptero para sobrevolar el perímetro e informar las dimensiones de los mismos, también se encuentran en la zona.
Ante la situación, la secretaria de Ambiente de Entre Ríos, Daniela García, dijo que la bajante extraordinaria del río Paraná, la ausencia de lluvias y el cambio climático provocan que haya mucho material combustible en las islas y advirtió que “toda la zona está en peligro de nuevos focos de incendios”, por lo que “hasta noviembre se mantendrá el alerta”.
Finalmente, García llamó a realizar “acciones cotidianas que cada uno, desde su lugar, puede hacer para cuidar el recurso del agua” como “minimizar su consumo, evitar el derroche y no prender fuego” en los alrededores.
El Gobierno de Entre Ríos recordó que aún se encuentra vigente la prohibición de realizar cualquier tipo de quemas sin autorización ya que pesa sobre la zona una medida cautelar del Juzgado Federal de Paraná que rechaza de manera “absoluta acciones humanas con capacidad de alterar el medio ambiente”.
Durante 2020, los incendios en esa zona provocaron graves daños y gran cantidad de humo y cenizas que cubrieron a varias ciudades, por lo que la provincia de Entre Ríos inició causas judiciales al considerar que fueron generados para “obtener rebrote como forraje para el ganado, limpieza de la zona y pesca y caza”. En ese momento el gobernador Gustavo Bordet decretó la emergencia ambiental por “la degradación de los humedales y los efectos negativos en la salud”.
A su vez todo ocurre en el contexto de la bajante histórica del río Paraná, que en los últimos días descendió en la capital de Entre Ríos a -46 centímetros (debajo del nivel del mar) y se aleja de sus niveles normales y de la marca de aguas bajas, por lo que se espera que la tendencia continúe en los próximos meses.
Además, seguirá manteniéndose con alturas negativas en Diamante, La Paz, Victoria y Paraná al menos hasta octubre.
Esta bajante extraordinaria, que se pronostica que se acerque a la peor situación hídrica desde 1944, afecta la vida ambiental, económica, productiva y social de las ciudades a la vera del agua en Entre Ríos.
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