Los Who siguieron sin Keith Moon, Led Zeppelin no sin John Bonham. Obvio que los Rolling Stones pueden seguir sin Charlie Watts, pero dudo en qué camino tomarán,
Me da por pensar que el dolor no es el mismo para Keith Richards que para Mick Jagger o para Ronnie Wood. De verlos abajo del escenario cualquiera se da cuenta que Richards tenía devoción por Charlie, Mick Jagger lo adoraba y Ronnie lo veneraba, eso no es de ninguna manera fácil de sostener. Charlie fue capaz que de conseguir la admiración cariñosa y respetuosa de tipos inmensos. Son caballeros ingleses. Caballeros, ni piratas ni hoolligans ni nada, caballeros. Así que se comportan. Pero cuando aparecía Charlie todo cambiaba.
Son memorables las ovaciones a nivel mundial que generaba Charlie, espontáneas y prolongadas, la envidia de todo político.
Eso no se compra, porque no tiene precio.
Los Rolling Stones están en pleno comienzo de una gira que había comenzado sin Charlie, con Steve Jordan en la batería. El baterista de los Expensive Winos de Keith Richards, un experimentado bajista y baterista que viene batallando desde los Blues Brothers, donde con 20 años integró la banda en shows. También tocó en muchos discos de jazz, el estilo favorito de Charlie.
El jazz fue su gran amor musical, sus discos en ese estilo van desde quintetos y cuartetos hasta big bands. Supongo que este asunto del jazz fue esencial para aceptar que Steve Jordan tome su lugar.
En la crew Stoniana del Voodoo Tour, la gira que lo trajera a Buenos Aires por primera vez, se contaban por decenas las anécdotas de Charlie, el gran Sir.
Había una que lo pintaba de existencia entera.
La noche que terminaba la gran gira del 82, extenuados, dan por finalizado el show con Satisfaction, reciben la ovación final y bajan del escenario en medio de un calor agobiante. Cambiando las camperas por batas, y aflojándose cinturones y botas, se dirigen a las combis que los esperaban para llevarlos al hotel donde los aguardaba una ducha caliente y la gran fiesta con todos los involucrados ya felices y relajados, la fiesta de fin de gira tradicional.
Cuando faltaban unos 6 metros para llegar a la combi, Charlie de repente deja todo y sale corriendo para el lado del escenario sin decir nada. Lo siguen algunos. Keith Richards, algo asustado, también corre atrás de él ignorando por qué estaban yendo tan apurados al lugar que acababan de dejar hacía un rato.
Grande fue la sorpresa de todos los testigos cuando ven a Charlie volver a la batería que todavía estaba caliente, agarrar los palillos que había dejado a un costado, para prolijamente ponerlos alineados sobre el parche del redoblante.
Ahí sí encaró para la combi tranquilo.
Era un tipo que declaraba que salía de gira no por los fans, ni por la bebida, ni por el entusiasmo rocker básico.
En la conferencia de prensa previa al primer show del tour una periodista muy joven les pregunta a los Stones qué los hacía volver a las giras, a más de 100 shows alrededor del mundo en un año, a grabar un disco en vivo. Qué los hacía encerrarse en un estudio durante meses para grabar un disco después de mas de 40 discos editados, si ya eran inmensamente famosos y millonarios, más allá del reconocimiento generalizado. Mick contesta muy polite: ”Lo hacemos por nuestros fans alrededor del mundo”. Keith Richards dice: “Adoro salir a la ruta a tomar unas cervezas rockeando entre amigos”. Ron Wood afirma: “Saliendo de gira conocemos mucha gente y lugares encantadores”. Hasta que le llega el turno de responder al gran Charlie que no titubea ni pestañea para decir: ”Yo salgo de gira porque en mi casa no me dejan tocar la batería”.
Así de genial era siempre, permanentemente. Sin gritos ni estridencias, relajado, ubicado, amigable. Imposible conocerlo y no amarlo.
Casado desde siempre con la presidenta del primer fan club de los Rolling Stones, su esposa que lo acompañaba en las giras siempre, además de su hija y sus nietos, recorrían San Telmo y Palermo con real entusiasmo, compraban arte y cenaban solos.
El mas genuino cool cat del rock.
Charlie Watts era el que contestaba en una revista de modas que prefería estar elegantemente vestido, a estar cómodamente vestido.
Creador de inolvidables discos de jazz tributando a Charlie Parker o estrenando canciones de autores noveles, era un Lord británico de verdad.
Quizás los Stones sigan sin Charlie Watts, pero de lo que estoy seguro es de que no intentarán siquiera reemplazarlo.
Estos tipos no se reemplazan, son fuera de serie, de esas personas a las que Dios le toca la espalda cuando termina de crearlos.
Adiós Charlie Watts, tal vez estamos despidiendo al más grande en algo importante para mucha gente en todos lados.
Y lo de siempre, no llorarlo gritando “¡¡Murió murio !!”, dando patadas a la pared como un salame. Mejor pensarlo siempre diciendo para adentro nuestro “Vivió, vivió, y siempre lo supe”.
Esa es la manera de que Charlie Watts siempre esté tocando la batería de nuestras vidas.