Hugo Queija (60) tiene una prestigiosa carrera en la música, donde se destaca como cantante, compositor y, además, toca distintos instrumentos como el piano, la flauta traversa, el clarinete, el bajo y algo de guitarra. Hasta que empezó la pandemia, integró la banda Parampará junto a Leo Andina, pero cuando empezó la cuarentena las cosas cambiaron y decidió que era hora de abrirse paso por su cuenta.
“No nos juntamos más, no grabamos y no ensayamos más, así que por primera vez, empecé a hacer cosas como solista. Este disco de folk, “Desde este lado del mar”, es fruto del año de encierro de 2020 y lo grabé en mi casa. Toqué la mayoría de los instrumentos -salvo las guitarras que se las pedí a Leo Andina y a Gonzalo Campi- pero lo hice solo en mi casa. Refleja lo que nos pasó, tanto en 2020 como en este año: en algunos momentos con un poco de humor y, en otros, con bastante depresión pero llegando a un equilibrio y con un costado esperanzador”, le contó Hugo a Infobae.
El músico expresó que la pandemia se puede tomar como un final o como una oportunidad para descubrir cosas nuevas.
“Para mí, fue descubrir que sólo y en mi estudio podía hacer muchísimas cosas para las que antes pedía ayuda, o daba por descontado que las tenía que hacer con otros colegas. La pandemia me hizo dar cuenta que hay muchas cosas que se pueden hacer, desarrollar, aprender, estudiar y crecer... Eso no se corta y se puede seguir haciendo. Además, tenés la oportunidad de seguir estudiando. Soy profesor y en la pandemia me puse a estudiar clarinete, un instrumento del que pensaba que había que tener contacto con un colega para que te enseñe la técnica, porque la teoría musical la tengo. Pero finalmente no necesité un maestro al lado: hoy tenés todas las puertas abiertas para estudiar lo que se te ocurra y aplicarlo en lo que hacés”, explicó.
Hugo dice que la pandemia le hizo darse cuenta que puede ser autosuficiente en muchas cuestiones relacionadas con su carrera en la música, algo que marcó un antes y un después en la profesión que abraza con profunda pasión desde hace varias décadas.
“Si en 2019 alguien me decía que 2020 iba a ser el año de la composición y del multi-instrumentismo, no lo hubiera tomado en serio. La pandemia hizo que pudiera mirar dentro mío y darme cuenta que tenía un montón de herramientas para desarrollar, sin necesitar la ayuda de otro: desde la técnica de la grabación, la edición y hasta el armado del estudio. Fue un aprendizaje y me di cuenta que se puede, porque esas herramientas están al alcance de cualquiera”, aseguró.
Cuando era chico, Hugo tenía un tío que -apenas terminaba de cenar- se ponía de pie y cantaba ópera. Esa fue una de las tantas vivencias musicales que lo marcaron desde pequeño y que lo incentivaron a seguir perseverando en su vocación.
Durante su niñez, cantó en varios coros hasta que llegaron los musicales “Hair”, “Company” y “Dentro del bosque”, entre muchos otros, donde brilló no solo como músico sino también como actor.
Pero llegar no fue fácil y hace cuatro años que se dedica full time a la música, después de haber dejado varios empleos que le permitían solventar sus gastos, mientras seguía detrás de su gran pasión.
“Durante muchos años, tuve otros trabajos y, cuando me quedaba tiempo libre, en vez de ir a jugar al fútbol me iba a hacer música. Son elecciones. Después, le fui restando horas al trabajo formal y le sumaba horas a la música. Es una decisión que se puede llevar a adelante. Unas de las canciones de este disco se llama “Sin red” y tiene que ver un poco con eso: con las decisiones que tenés que tomar en la vida y que, a veces, te tenés que tirar sin red. Hay que jugársela, porque sino es un tema que te queda pendiente. Y, ¿sabés qué? La vida es muy corta para dejar pendientes”, finalizó.
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