Protesta de Greenpeace por los 36.000 durmientes de quebracho que licitó el gobierno: “Es una especie en peligro”

Lo hizo el Ministerio de Transporte de la Nación para reemplazar piezas viejas en ramales del Ferrocarril Belgrano en Chaco y Catamarca. Qué propone la ONG para reemplazar la madera

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Activistas de Greenpeace elevaron un cartel de 24 metros cuadrados para reclamar por el uso de quebracho en la reparación de vías de tren. Foto: Marcela Casarino / Greenpeace
Activistas de Greenpeace elevaron un cartel de 24 metros cuadrados para reclamar por el uso de quebracho en la reparación de vías de tren. Foto: Marcela Casarino / Greenpeace

Cuando los globos se elevaron, la gente ya no pudo mirar para otro lado. El efecto contagio fue inmediato, todos quedaron sorprendidos con lo que veían: un cartel enorme de 24 metros cuadrados con un mensaje contundente: “vías sin matar árboles”.

Por supuesto, pocos entendían lo que pasaba. Sucedió esta semana frente a la estación del ferrocarril General Belgrano, en Retiro, ciudad de Buenos Aires. Adentro, los trenes llegaban y se iban. Afuera, los pasajeros se encontraban con la intervención de Greenpeace, que comenzó una campaña por visibilizar algo que pocos saben: cada durmiente que se utiliza para vías de tren significa un árbol de quebracho menos en nuestos bosques.

“La obra desplegada fue especialmente diseñada para la protesta por el artista Andy K y expresa la crueldad de talar árboles para la fabricación de durmientes, cuando existen múltiples alternativas”, explicó la organización. Según reporte realizado por ellos mismos, en los últimos 8 años se utilizaron más de 2 millones de quebrachos para ser utilizados como durmientes de vías de tren.

Una de las páginas de la licitación del Ministerio de Transporte en la que pide 36 mil durmientes de quebracho para vías del Ferrocarril General Belgrano en Chaco y Catamarca
Una de las páginas de la licitación del Ministerio de Transporte en la que pide 36 mil durmientes de quebracho para vías del Ferrocarril General Belgrano en Chaco y Catamarca

La utilización de madera para este fin es cada día más discutida por el alto impacto que tiene para los bosques, pero la Argentina aún no parece estar buscando alternativas: este mes se abrió una nueva licitación para recambio de vías en Chaco y Catamarca. El pedido concreto es de 36.000 nuevos durmientes de quebracho colorado que se utilizarán para 30 kilómetros de vía (15 kilómetros en Chaco, y 15 en Catamarca). La licitación fue realizada por el Ministerio de Transporte de la Nación y es la N° 28/2021 “Mejoramiento Pesado de Vías en Sectores Varios, Línea General Belgrano, Año 2021”.

La protesta se realizó específicamente frente a la estación del Ferrocarril General Belgrano porque esa es la línea que utilizará los nuevos durmientes. Si todo sigue su curso, la licitación debiera ser adjudicada a mediados de septiembre. Poco parece indicar que no vaya a suceder, pero la protesta de Greenpeace no busca solo evitarlo sino plantear la discusión: en un contexto de crisis ambiental, con aumento sostenido de incendios y reducción permanente del número de árboles en nuestro país, ¿por qué seguimos produciendo en base a nuestros árboles cuando hay otras alternativas?

Madera de quebracho blanco. Desde el año 2013 se realizaron licitaciones para la compra de más de 2,3 millones de durmientes de quebrachos colorado y blanco para la reparación de vías ferroviarias
Madera de quebracho blanco. Desde el año 2013 se realizaron licitaciones para la compra de más de 2,3 millones de durmientes de quebrachos colorado y blanco para la reparación de vías ferroviarias

“En el mundo se usa cada vez menos la madera para hacer durmientes. Básicamente se utiliza mucho hormigón y sintético, que se hace con la cadena de reciclado. El tema forestal está preocupando cada vez más y muchos países que importaban madera para durmientes hoy están dejando de hacerlo. Sucede en Estados Unidos, en Alemania, en India, en Brasil, en México. Y en Argentina inclusive: gran parte de las vías que se están reemplazando se están haciendo de hormigón cuando se hace el reemplazo total de vías. Pero aun se usa mucho durmiente de madera para el reemplazo parcial”, explica Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.

El problema no es solamente el uso de madera, sino la especie particular que se utiliza. El quebracho colorado o blanco es una especie nativa que está en peligro y su tala, sea cual sea el motivo, genera una degradación del bosque que muchas veces es el paso previo al desmonte. También se utilizan otras maderas, todas mayormente provenientes del norte del país, de la región llamada “el Gran Chaco”.

“Según información oficial, están obteniendo un durmiente y medio por cada árbol. Esto implica que a veces obtienen uno y a veces dos. Pero la información que recabamos nosotros hablando con productores forestales es que generalmente se saca apenas un durmiente por quebracho porque cuesta mucho encontrar quebrachos de gran porte, y cada vez se tienen que meter más monte adentro para acceder a ejemplares grandes que puedan dar dos durmientes. Y hablamos de árboles de 60 años, de crecimiento lento”, explica Giardini a Infobae.

Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace
Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace

La ONG a su vez difundió un informe detallado en el que da cuenta de la situación del quebracho en el país. Primero fue declarado como “Árbol Forestal Nacional” en 1956, sin embargo, en las últimas décadas pasó a considerarse “En Peligro” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. El reporte detalla: “Se estima que en el norte de Argentina, a mediados de la década de 1940 se llevaban talados 350 millones de quebrachos colorados para la extracción de tanino y la elaboración de durmientes de ferrocarril, postes, leña y carbón. Su sobrexplotación provocó, durante esos primeros 75 años, la degradación de 10 millones de hectáreas de bosques chaqueños”.

No es un tema ajeno al gobierno, de hecho, ya hay un acuerdo firmado entre el Ministerio de Ambiente y el de Transporte de la Nación, en el cual se plantea el fomento del reemplazo del durmiente de madera por los de sintético reciclado, pero no tiene objetivos concretos ni plazos. ¿Por qué aun no se hizo una transición completa? La respuesta siempre está en los costos. Según dice Giardini, las alternativas no necesariamente son más caras.

“Si el durmiente de madera es más barato es justamente porque muchas veces se oculta el valor ambiental y el valor de los trabajadores. Hay mucha informalidad laboral y ambiental en esa industria. Si se hiciera de manera transparente y sustentable, los durmientes de madera serían mucho más caros. Y ni hablar que hay que sumar a eso cuánto vale un bosque, porque su valor en términos climáticos y de biodiversidad es altísimo y no tiene precio”, explica.

Imágenes del desmonte en la Argentina tomadas por Greenpeace. La ONG  reclama una red ferroviaria que abandone los durmientes de madera y los reemplace por hormigón o sintéticos
Imágenes del desmonte en la Argentina tomadas por Greenpeace. La ONG reclama una red ferroviaria que abandone los durmientes de madera y los reemplace por hormigón o sintéticos

Según el informe de Greenpeace, en Argentina el sector forestal se caracteriza por presentar una importante informalidad en su producción y comercialización, y el 30% del volumen total de la madera de bosques nativos que se comercializa es ilegal.

“Se calcula que Argentina perdió en las últimas tres décadas cerca de ocho millones de hectáreas de bosques, de las cuales el 80% estaban en el Gran Chaco (Salta, Santiago del Estero, Chaco, Formosa). Es uno de los lugares con más deforestación del mundo en los últimos treinta años”, agrega Giardini antes de terminar la entrevista. La cantidad de números que tiene en su cabeza es abrumadora, y apenas escucharlo ayuda a entender la importancia de los globos que, mientras se elevaban frente a la estación Retiro, hacían que cientos de personas se enteraran de que, todavía, cada vez que cuidamos nuestros trenes descuidamos nuestros bosques.

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