Fue pasadas las 21 horas del sábado 26 de junio en la zona hotelera de Cancún (México). Sofía Rame caminaba por el hostel donde estaba trabajando desde principio de ese mes, cuando se cruzó con uno de los huéspedes. El hombre, de nacionalidad norteamericana, era alto y de contextura formida. “¿Podemos sacarnos una foto?”, le preguntó.
Acostumbrada a la “buena onda” y el “clima distendido” que se manejaba en el lugar, la joven de 28 años accedió al pedido. “Me levantó, como si fuéramos recién casados, y yo me empecé a reír. Pero de un segundo a otro, me soltó como un papel y me desplomé contra el piso. En el momento no sentí nada, hasta que me quise parar y vi que tenía el pie izquierdo apuntando para abajo”, cuenta Sofía a Infobae, desde Ciudad de México, donde está varada desde el 8 de agosto.
Los que sigue son flashbacks: gritos, un taxi hacia el hospital, una radigrafía y finalmente el diagnóstico. Fractura de tibia y peroné en tres pedazos, luxación y rotura de ligamentos. La operación fue a las 12 del mediodía del domingo 27. “Me colocaron siete tornillos, una placa y dos clavos”, explica y dice que el hostel asumió los gastos de la intervención.
Del barrio porteño de Chacarita, Sofía Rame tiene dos hermanos y es bailarina. A fines de mayo, cuenta, decidió viajar a México con la idea de recorrer el país y juntar algo de dinero. En eso estaba hasta que se cruzó con este hombre que, tras el episodio, nunca se responsabilizó por lo que hizo. “Accionar legalmente es una opción que contemplé, pero es complicada de llevar a cabo. En esto momento no es la prioridad”, dice ella.
Hasta ahora la joven no pudo volver a apoyar el pie y se mueve con muletas. “Me gasté todos mis ahorros haciendo kinesiología. Fueron 18 sesiones donde me pusieron radiofrecuencia y me hicieron masajes de drenaje, porque el pie me quedó super inflamado y lleno de moretones”, cuenta.
Sofía tenía pasaje de regreso para el domingo 8 de agosto. El vuelo de Aeroméxico salía desde Cancún y luego hacía escala en Ciudad de México, para luego aterrizar en el Aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires. Unos días antes, teniendo en cuenta las restricciones de cupo de pasajeros estipuladas por el Gobierno Nacional, se comunicó con la aerolínea que le confirmó el viaje. Sin embargo, cuando llegó a Ciudad de México le avisaron que el vuelo estaba cancelado.
Desde esa fecha, la joven está varada esperando poder regresar. Aeroméxico recién le ofrece un vuelo para el 1° de septiembre.
Desesperada y sola (“todos mis conocidos quedaron en Cancún”), además de llamar casi todos los días al call center de la aerolínea, Sofía se puso en contacto con el Consulado de Argentina en México. “Me consiguieron una pensión donde me quedé unos días, hasta que decidí irme a un hotel porque el lugar estaba lleno de escaleras y era muy peligroso”, dice acerca de la ayuda que recibió.
Antes de saber que su vuelo se había cancelado, Sofía había pactado un turno con un cirujano en Argentina porque necesita una segunda operación en la que le van a retirar uno de los clavos que tiene en el pie. “El turno era para ayer y me lo perdí porque todavía estoy acá. Lo que más me angustia es que no sé si voy a poder volver a bailar”, dice.
Con la intención de ayudarla, dos de sus amigas, Tatiana Machuca y Camila Rey, le armaron una petición en Change Org para visibilizar su situación. “Muchos conocemos a Sofi por ser una persona feliz y ayudar a los demás. Hoy ella necesita de nosotros: sufrió un accidente en México y necesita volver a Argentina para operarse de manera URGENTE”, dice el pedido que, al cierre de esta nota, ya sumaba cerca de 38 mil firmas.
“A esta altura no sé con quién más hablar. Necesito volver a Argentina”, dice Sofía, esperando que Aeroméxico le dé lugar en un vuelo lo antes posible.
En la Argentina, son más de 11 millones de personas las que en algún momento crearon o firmaron peticiones a través de la plataforma Change.Org. Desde dicha ONG explican a e este medio que cualquier persona puede crear por sí misma una petición para reunir firmas y, así, alzar su voz para alcanzar un objetivo. En 2020, 370 ciudadanos lograron el objetivo de su petición, lo que equivale una victoria cada 24 horas. Desde su creación en el país, fueron 2.000 las peticiones que alcanzaron su meta.
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