El hombre que estuvo a punto de matar a Perón y el inútil intento de suprimir los símbolos justicialistas: la Resistencia Cultural

El decreto 4161, de 1956, ordenaba borrar todo vestigio del peronismo. Los métodos que usaban los militantes para burlar la ordenanza. Además, la confesión de quien tuvo al presidente derrocado en la mira y por qué no disparó

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Perón en lancha hacia la
Perón en lancha hacia la cañonera que lo llevó a Paraguay

El 27 de abril de 1956 el dictador Pedro E. Aramburu manifestó: “... La finalidad primera y esencial de la revolución libertadora ha sido derrocar el régimen. Hemos triunfado en la lucha armada. Ahora, debemos suprimir todos los vestigios de totalitarismo, para restablecer el imperio de la moral, la justicia, del derecho, de la libertad y de la democracia”. Aramburu alerta que, más allá del triunfo militar se debía lograr la desperonización del país. Años después Massera repetirá un argumento similar frente al tribunal que lo juzga: “estamos sentados aquí porque si bien triunfamos en el terreno militar, perdimos la guerra psicológica”.

“Apoderarse de la memoria y el olvido es una de las máximas preocupaciones de las clases, de los grupos, de los individuos que han dominado y dominan las sociedades históricas.” La frase pertenece al historiador francés Jaques Le Goff y está incluida en la tesis de Catalina Scoufalos.

En los considerandos del Decreto 4161, el instrumento jurídico para “desperonizar” decía: “el régimen depuesto, se valió de una intensa propaganda destinada a engañar la conciencia ciudadana para lo cual creo imágenes, símbolos, signos y expresiones significativas, doctrinas, artículos y obras artísticas: Que dichos objetos (…) constituyen una afrenta que es imprescindible borrar …”

Los militares “libertadores” y los partidos políticos que los acompañaban desde la Junta Consultiva equiparaban al peronismo con el fascismo italiano y el nazismo alemán y pretendían utilizar las mismas recetas que se usaron en Europa.

avion con Cristo Vence
avion con Cristo Vence

¿Porque no fusilaron a Perón?

Dentro de esta idea de asimilar al peronismo con el fascismo y el nazismo, era de suponer que el destino de su líder debió ser el mismo de Mussolini, fusilado y exhibido colgado de los pies junto a su amante Clara Petacci . O el de Hitler, incinerado junto a su esposa Eva Braun en el bunker de la Cancillería. Hasta 1955, ya habían sucedido varios complots para asesinar a Perón. Incluso los 308 muertos de la masacre del 16 de junio en Plaza de Mayo, fueron considerados “daños colaterales” en el intento de matar a Peron. Pero, el 19 y 20 de septiembre en días de su derrota, Perón no estaba dispuesto a dejarse matar, y es probable que su ex amigo Eduardo Lonardi, no tuviese la decisión de fusilarlo.

Quien si pensaba matarlo era el almirante Isaac Rojas -que en sus memorias se quejó de los comandos civiles por no irrumpir en la embajada paraguaya y hacer justicia por mano propia- y dispuso que una formación de torpederas, bloquease una posible salida de la cañonera, y que fuera hundida si quisiera escapar.

Un buque torpedero. Desde uno
Un buque torpedero. Desde uno similar quisieron matar a Perón, pero la orden no llegó a tiempo

Francis W. Whamond “el Duque”

Esta anécdota, la contó mi amigo Martin Gras, militante peronista sobreviviente de la ESMA y creo que todavía no ha sido escrita.

Cuenta Martín: “unos meses después de mi secuestro y estadía en la ESMA, se me acerca a charlar el Duque; un oficial de marina de más edad que los demás, quien era el encargado de prisioneros en el grupo de tareas. Le decían el Duque; porque mientras todos vestían de jeans, el tipo cargaba cierto aire de abolengo, usando riguroso saco oscuro, corbatas y camisas de seda. Me dice “mire Gras yo estaba retirado, pero ahora estoy aquí combatiendo. ¿Y sabe porque Gras, volví como voluntario al servicio? Porque estoy pagando mis culpas. Porque todo lo que ha pasado los últimos 20 años en Argentina, fue mi culpa. Yo soy el culpable de todos los males de este país”. Martín escuchaba en silencio, pensando “este es un hijo de puta, pero culpable de todos los males...parece mucho…” El Duque seguía su monologo, y se iba alterando cada vez más, en su discurso. “Sabe que Gras, le voy a contar a Vd. cual fue el gran error de mi vida, del que siempre me arrepiento. Yo era el oficial a cargo de torpedos del destructor, cuando el tirano estaba en la cañonera Paraguay. La cañonera se empieza a mover y yo pido autorización por radio “objetivo a 150 yardas, torpedo número uno listo, solicito autorización para disparo…objetivo a 190 yardas torpedo numero dos listo, solicito autorización para disparo”. El Duque cada vez se posesionaba más en el relato y movía nerviosamente el dedo pulgar hacia arriba como destapando algo (luego me enteré que el botón de disparo está cubierto con una tapita que se levanta con el pulgar) cuenta Martin. Y seguía Whamond ante su atónito prisionero “torpedo tres listo” “solicito autorización…” . Martín ponía su mejor cara de circunstancia. “Y se fue...y la autorización no llego nunca...se da cuenta Gras...si yo desobedecía y disparaba terminaba con todos los males de este país...pero no lo hice...y por eso estoy acá...después de retirarme de nuevo estoy acá, para pagar mi culpa”.

En 1951 el ministro de
En 1951 el ministro de Salud Pública Ramón Carrillo muestra la maqueta del Hospital Nacional de Pediatría

La destrucción de edificios “contaminados” de peronismo

La “Revolución Libertadora” intentó que ninguna huella material del “régimen depuesto” quedara a salvo de la destrucción. Algunos edificios fueron demolidos y otros cambiaron de destino o de función ; se destruyó considerable material perteneciente a los policlínicos de Avellaneda y San Martín y a la Fundación. Las 208 Proveedurías Eva Perón fueron clausuradas con la consiguiente pérdida por putrefacción de una importante cantidad de alimentos de primera necesidad. La ciudad estudiantil fue ocupada por la Comisión de Rehabilitación del Lisiado y el Hospital Obrero de Nueva Pompeya fue adjudicado a la Fuerza Aérea.

De Hospital de niños al “Albergue Warnes”

En 1951, por iniciativa del Ministro Ramon Carrillo, Perón decidió construir lo que por ese entonces sería el hospital de niños más importante de Latinoamérica y uno de los más completos del mundo, capaz de acoger a miles de pacientes. En 1955 faltaban solo doce meses para terminar la obra que la “Revolucion Libertadora” decidió suspender y condenar al abandono.

Con los años, la estructura sin terminar del enorme edificio, se convirtió en una villa techada que llego albergar 600 familias. Finalmente en 1991 fue demolido.

Derrocado Perón, los militares no
Derrocado Perón, los militares no continuaron con la construcción del Hospital de Niños. Más adelante se lo conoció como Albergue Warnes y fue demolido en 1991

No está claro, que agravio a la moral y la república significaba un hospital de niños modelo. Pero la decisión fue clausurarlo y dejarlo destruir. Mucho más promocionada fue la destrucción del “Palacio Unzué” constituido en Residencia Presidencial desde 1942.

Por suerte Florencia Peña no había nacido. Pero Evita si.

El “Palacio Unzué”, ocupaba el predio de Avenida Libertador y Austria, donde actualmente está la Biblioteca Nacional. Eva Perón trabajó en la Residencia Presidencial, una vez que el cáncer que la afectaba, le impidió trasladarse a sus oficinas de la Fundación, que funcionaban en la actual Legislatura porteña. Durante su convalecencia, numerosos seguidores habían estado en vela en los portones de la residencia, dejando imágenes, velas y cartas; y luego de su muerte el lugar alcanzó proporciones místicas, mientras Perón seguía viviendo allí.

Sorprende releer la historia, y encontrar hoy, los mismos discursos de odio, carentes de originalidad, con argumentos de moralina mojigata de los años cincuenta y lenguaje de cómico de cabaret de zona portuaria. Sin duda el gorilismo antiperonista atrasa 60 años.

En noviembre de 1955, se iniciaba la campaña para demoler la Residencia Presidencial, hecho que se concretó en 1956. La revista “Ahora” la planteaba en estos términos: “La residencia presidencial debe ser destruida. La residencia presidencial, fue un templo pagano, donde se saciaron las más increíbles voracidades de los sensualistas decadentes, que corrompieron el alma y el cuerpo de tantas víctimas sometidas, mediante el oro y las joyas a los caprichos tortuosos del poder. Ningún presidente constitucional y democrático debe mancharse utilizando esa mansión de lujo y de oprobio, porque allí se respira aún el ambiente hediondo y contagioso que alentó a las ruindades del rey de las pochonetas. Estas son las razones que nos mueven a lanzar públicamente la iniciativa que nos ocupa. Hay que higienizar al país y nada mejor para ello, que comenzar por hacer escombros esa cueva de estafadores..”

El Almirante Isaac Rojas, pese a haber sido quien personalmente ordenó la demolición, manifestó en sus memorias hallarse arrepentido “por haber privado a la ciudad de una construcción artística e histórica por el sólo hecho de haber sido “mancillada” por la presencia de Eva Perón”.

El magnífico Palacio Unzué demolido
El magnífico Palacio Unzué demolido por orden de Aramburu y Rojas, que mas adelante se arrepentiría. Hoy, allí, está la Biblioteca Nacional

La desaparición del cuerpo de Evita

Para la dictadura, el cuerpo de Evita custodiado por la CGT, era un grave problema. Su tumba cualquiera fuera el lugar donde estuviese, se iba a convertir en sitio de veneración y peregrinación de los peronistas.

Entonces, Aramburu tomo la decisión de hacerla desaparecer. El 22 de noviembre de 1955, el jefe de la inteligencia militar (SIE) Carlos Moori Koenig ingresó con un grupo de oficiales a la CGT, tapó el ataúd y lo retiró en un camión. El ataúd deambuló durante un año por distintos escondrijos. La Marina, propuso cremarla, o lanzarla al fondo del mar. Terminar con sus restos para siempre. El Ejercito en cambio, era proclive a una sepultura cristiana, pero fuera del país. En enero de 1957 se decidió su traslado y entierro en un cementerio de Milan, bajo el nombre falso de María Maggi de Magistris. Acompañaron su traslado el jefe de la inteligencia militar, el coronel Héctor Cabanillas y el coronel Hamilton Alberto Díaz, presentado como “Giorgio Magistris”, el viudo.

Evita en el Palacio Unzué
Evita en el Palacio Unzué

Borrar la memoria por decreto

El Decreto 4161 fue promulgado el 5 de marzo de 1956 y derogado recién el 18 de noviembre de 1964. Fue un experimento de supresión político cultural, que duro (sin éxito) ocho años. Quienes no lo sufrimos no cobramos dimensión de la violencia que contenía. Supongamos que hoy estuviese penado por ley tener en casa una foto de Alfonsin, Cristina o de Macri. O ser detenido por llevar en la solapa un pin de tal o cual partido.

Decía en su Articulado: “Queda prohibida en todo el territorio de la Nación: “la utilización de la fotografía retrato o escultura de los funcionarios peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera peronista, el nombre propio del presidente depuesto, las expresiones «peronismo», «peronista», » justicialismo», «justicialista», «tercera posición», la abreviatura PP, las fechas exaltadas por el régimen depuesto, las composiciones musicales «Marcha de los Muchachos Peronista» y «Evita Capitana» o fragmentos de las mismas, y los discursos del presidente depuesto o su esposa o fragmentos de los mismos…”

La demolición del Palacio Unzué
La demolición del Palacio Unzué

El que infrinja el presente decreto-ley será penado:

a) Con prisión de treinta días a seis años y multa de m$n: 500 a m$n. 1.000.000;

b) Además, con inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la condena para desempeñarse como funcionario público o dirigente político o gremial.

La Resistencia Cultural

La Resistencia Peronista tuvo varias facetas, las luchas gremiales, los comandos clandestinos, los intentos de golpe militar-nacionalista, y la resistencia cultural que fue la “madre” de todas las demás. Esto, la dictadura lo tenía bien claro, había que eliminar el peronismo de la cabeza del pueblo. Pero el pueblo resistió y uso toda su imaginación y creatividad para mantener viva su memoria y su fe en el retorno de Perón.

La palabra Perón

Uno de los primeros volantes de la resistencia decía: “Escribir en todos los minutos del día y de la noche, el nombre de Perón, en todos los ámbitos del país, utilizando lápices, tiza, pintura, carbón, cal. Y resaltar con su nombre, nuestro reclamo en todas las paredes, en las oficinas, en las fábricas, en la calle, en los medios de transporte, en los negocios, en los clubes, la consigna: Queremos a Perón. Concurrir en grandes grupos a las reuniones públicas y gritar ¡Perón! ¡Perón! en todas partes, en fábricas, en canchas de fútbol, hipódromos, cines, teatros y en cualquier parte donde haya gente reunida.”

Clarín: el anuncio del Decreto
Clarín: el anuncio del Decreto 4161 prohibiendo los símbolos peronistas

Mi mujer nacida en un hogar antiperonista de un pueblo en Santa Fe, recuerda que, durante muchos años los obreros del frigorífico, al pasar frente a su casa, gritaban ¡Viva Peron! Era un acto de resistencia diario, gritar frente a la casa de un reconocido antiperonista.

Panfleto en papel de estraza

El papel estraza, es ese papel blanco, donde los almaceneros envolvían las compras antes de que llegaran los “super” y los “hiper.”

Según relata Marcos Flores en su libro: “Cada casa era una unidad básica, pero a la vez un refugio, cada casa era un fortín de la resistencia peronista, y cuando los militantes dicen cada casa, agregan ‘no exagero, ocho de cada diez casas de La Matanza, funcionaba de esa manera’(…) Si tenían que salir corriendo, o esconderse se podían meter en cualquiera de ellas. (…) Familias enteras totalmente involucradas escribiendo panfletos a mano, en papel de almacén, compraban dos kilos de papel, los cortaban a cuchillo para darle forma de volantes sobre los que escribían a mano Viva Perón”

Cuenta Jorge Rulli: “Yo sacaba de las pizzerías las servilletas de papel de estraza; las juntaba y después en casa, con letras de sello, armaba frases como “Perón o muerte” y cosas así. Después cada dos o tres días, los tiraba desde el Puente Pacifico.

La VP del símbolo del vencedor a bandera del vencido

Todavía se discute si los dedos en V son un invento de Churchil y por lo tanto un gesto colonialista. Pocos conocen que la P dentro de la V fue el mayor ejemplo de creatividad de la Resistencia Peronista, al convertir un símbolo del enemigo en su identificación más famosa. Recordemos que los aviones que bombardearon Plaza de Mayo llevaban una cruz dentro de una V, que significaba Cristo Vence. Ese símbolo pobló las paredes los días de la libertadora. Algunos o muchos peronistas a la vez, con un medio circulo convirtieron la cruz en P y así quedo plasmado Peron Vuelve.

La flor "no me olvides",
La flor "no me olvides", símbolo de la resistencia

Uno de los lideres resistentes de la época, César Marcos, señaló: “Todo fue anormal, como fue anormal, absurda, alucinada, la odisea de la Resistencia. Éramos pigmeos que debíamos luchar contra gigantes (…) Unos cuantos locos sueltos comenzamos a escribir en las paredes y a llenar los mingitorios de grafilis. Claro que no éramos ni Lugones ni Borges, pero crearnos un logo tan fascinante y poderoso como el perfil de los primitivos cristianos”

Una actividad muy común fue marcar monedas con un cuño con la VP. Miles de monedas circulaban así por el país. Jorge Rulli menciona que se encontraban VP en las tapas de cerveza Quilmes, que los obreros hacían como sabotaje. Y recuerda otro hecho muy curioso: “en la guía telefónica que se acababa de editar, había una dirección de la “Comisión Pro Premio Nóbel al General Perón”; obviamente la dirección era trucha, pero alguien lo puso en la guía.”

La flor de “No me olvides”

Hoy día no es una flor muy vista. Es una flor azul muy pequeñita, que tiene una cualidad particular, se adhiere fácilmente a la ropa. Dicen, que empezó alguna vendedora de flores a colocar en la solapa de los compañeros esa florcita que se transformó en símbolo secreto de los resistentes.

El testimonio de un resistente recuerda: “Era una florcita chiquita. La llevabas en la solapa… Y claro, ibas por la calle, si tenías un nomeolvides, te mirabas con un nomeolvides, una sonrisa y seguías”

Una moneda de 50 centavos
Una moneda de 50 centavos de 1954 con el cuño Perón Vuelve

Las letras de canciones y radios clandestinas

Cuenta una resistente :”Había una canción de moda en esa época, se llamaba " Ya no estás a mi lado corazón “. La había adaptado un compañero y decía: “Ya no estás a mi lado General, extrañarnos tu sonrisa y tu voz, Y si ya no puedo verte, peronista hasta la muerte, seguiré cantando yo”.

También había varios tangos modificados, como “Fumando espero” que decía: “fumando un puro me cago en Aramburu y si se enoja también me cago en Rojas ...”

Evoca Avelino Fernández en un testimonio: “En el barrio nuestro había una radio que salía todas las noches con la marcha peronista. La revolución libertadora no la podía ubicar, porque la instalaban todas las noches en un lugar distinto. La libertadora rodeaba manzanas, quería detectarla, y no podían. Fue la obra de cuatro o cinco muchachos. Ésa era una de las formas de resistir.”

El Proletario , “el Descamisado en difícil”

La militancia y algunos intelectuales peronistas, se ocuparon de editar varios diarios y revistas, algunos de vida efímera. Entre otros podemos mencionar: El Grasita, Norte, El Guerrillero, Nueva Argentina, Trinchera de la Juventud Peronista, Chuza, Palabra Prohibida y El Descamisado.

Con “El Descamisado” paso una cosa curiosa. Luego de la detención de su director Manfredo Sawady, se vieron forzados a cambiar su nombre por “El Proletario”. En su número 2, se explica la razón del cambio: “un día después de la aparición del primer número de “El Descamisado” detuvieron a nuestro Director. Por supuesto, de un modo u otro, el hecho era previsible. La sola mención del nombre “Descamisado” trajo como consecuencia la detención. (..) Se afirma que si lo cambiamos no se pondrá obstáculos a su aparición. Pues bien, como el contenido es más importante que la forma, y para poder seguir en la calle aceptamos. En adelante tomamos el nombre de “El Proletario” que es como decir el “descamisado en difícil”.

"Palabra Prohibida", un diario de
"Palabra Prohibida", un diario de la Resistencia Peronista

Para la dictadura el adjetivo de contenido marxista proletario, no era censurable. En cambio, el adjetivo descamisado, creado por la prensa gorila y resignificado por Evita, según el Decreto 4161, constituía “una afrenta que era imprescindible borrar”

Los altares y homenajes a Evita

En el pueblo había crecido una veneración religiosa a Eva Perón. En las casas humildes su “estampita” ocupaba un lugar junto a la Virgen preferida. Con su ritual de velas encendidas, los altares, podían encontrarse en infinidad de sitios públicos donde antes estuvo su busto, en espacios de fábricas, en plazas, etc..

Los altares dedicados a Eva
Los altares dedicados a Eva Perón se multiplicaron en las casas

El resistente Héctor Saavedra, cuenta un episodio en el frigorífico Lisandro de la Torre, sucedido a los pocos días del derrocamiento de Peron: “Pese a que el establecimiento estaba rodeado por tropas del Ejército, un grupo de obreros, mientras esperaba que comenzara su turno para entrar a trabajar decidieron “hacer algo” como respuesta al derrocamiento de Perón: llevar una palma de flores al busto de Eva Perón, que aún no había sido retirado del lugar. “Me vieron entrar con la palma y estaba todo el mundo asomado desde los cuatro pisos para ver, ya estaba el ambiente. Cuando vieron que pasé el busto de San Martín y que doblé, ya se me habían sumado varios más. Empezaron todos a gritar: ¡Peeerón! ¡Peeerón!, Pusimos la palma, hicimos un minuto de silencio y desaparecimos. No nos pasó absolutamente nada.”

Durante la huelga metalúrgica de 1956, en la fábrica Siam al levantarse la huelga, ya era fin de diciembre. La patronal buscando quedar bien le regalo un pan dulce a cada obrero. Algo típico de los años de la Fundación Eva Perón. Un delegado recuerda: “Decidimos colgar todos los panes dulces en la alambrada perimetral de la fábrica como señal de protesta, lo tomamos como una burla de la patronal hacia nosotros.”

Bueno, quedan muchas más historias que contar de pequeños y grandes gestos. Los primeros diez años de la Resistencia Peronista, todavía no han sido suficientemente estudiados y valorados. Ese intento de borrar cultural y políticamente al peronismo no tiene muchos parangones en la historia argentina y latinoamericana. Intento que choco, contra la dura y persistente respuesta de todo un pueblo. Y que, no solo no prosperó, sino que al cabo de los años sumo nuevas generaciones al peronismo que ni siquiera habían conocido a Perón en el gobierno. Dieciocho años después el que llamaban “tirano prófugo” resulto elegido por tercera vez presidente con el 62% de los votos.

Las fuentes de esta nota son tres excelentes trabajos académicos que recomiendo: la tesis de Catalina Scoufalos, “El Decreto 4161. La batalla por la identidad”, la tesis de Ruben A Polese “La resistencia obrera en el partido de Lanús”, y el libro de Gerardo Medica “El perfume de los almendros”.

Aldo Duzdevich es autor de Salvados por Francisco y La Lealtad-Los montoneros que se quedaron con Peron.

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