Reparación económica, regreso del infierno y copetín con amigos: la nueva vida de Carlos Carrascosa

El viudo de María Marta García Belsunce vive su libertad acompañado por sus amigos. Los 19 años que pasó buscando a los asesinos y cómo extraña a su esposa cada día

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Carlos Carrascosa, esposo de María Marta
Carlos Carrascosa, esposo de María Marta

Todas las mañanas, Carlos Carrascosa desayuna en un café de Luján junto a siete amigos. Entre todos, dice, suman 540 años. “En las charlas tratamos de arreglar al mundo”, suele afirmar el viudo de María Marta García Belsunce.

Desde que puede considerarse un hombre libre, trata de disfrutar cada momento. “Mi vida es bastante sencilla. Muy de pueblo. Una vida muy tranquila, una vida que nunca pensé que iba a vivir”, le dijo Carrascosa a uno de sus amigos.

Siente que renació. Que volvió de un infierno que parecía adherido a su destino.

Carrascosa, de 75 años, estuvo preso poco más de siete años y medio por el crimen de María Marta García Belsunce, ocurrido el 27 de octubre de 2002 en el country El Carmel.

María Marta fue encontrada semisumergida en la bañera. Carrascosa declaró que creyó que había sufrido un accidente y se había golpeado la cabeza contra una viga del techo y las canillas.

Pero la autopsia hecha 36 días después de la muerte, confirmó que la mujer, de 50 años, había sido asesinada de seis balazos en el cráneo (uno de ellos resultó ser “el pituto”) con un arma calibre .32 largo que nunca apareció.

En 19 años, el viudo fue condenado dos veces. En el juicio de 2007 por encubrimiento y en 2009 el Tribunal de Casación lo condenó a prisión perpetua por el homicidio.

Recuperó la libertad el 19 de diciembre de 2016, después de que la Cámara de Casación de la Provincia de Buenos Aires lo absolviera de los delitos de encubrimiento agravado y homicidio calificado por el vínculo. El 3 de octubre de 2018, la Suprema Corte bonaerense confirmó ese fallo.

La buena noticia para el viudo de María Marta llegó el 10 de diciembre de 2020, cuando la Corte Suprema dejó firme su absolución.

(Télam)
(Télam)

Es por eso que le reclamó, a través de su abogado Fernando Díaz Cantón, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que condene al Estado argentino con una “adecuada reparación económica”, por el tiempo que que estuvo preso y los 19 años de un proceso al que calificó como “infamante” y que le vulneró su “proyecto de vida”, además de ocasionarle “un daño físico, moral y económico inconmensurable e implica de por sí una violación severa a su derecho a la presunción de inocencia y a la libertad personal”.

En una parte del escrito critica a los medios que lo “compararon con el mafioso Vito Corleone y se lo presentó durante más de una década, como el asesino de su esposa, un ser frío y despiadado”.

¿Cómo pasa sus días Carrascosa? Según pudo saber Infobae, planea publicar su segundo libro. Sería una continuidad de Diario de un inocente: un amor, una causa, una vida, editado por Penguin Random House. “Tres veces estuve preso por un crimen que no cometí”, es la primera frase del libro, que combina su historia de vida con su paso por la cárcel y el caso del crimen de su esposa.

“Si estoy con insomnio me pongo a escribir mi segundo libro. Me cuesta. Lo que escribo lo releo y al otro día lo borro todo. Todavía no estoy compenetrado”, le contó a uno de sus amigos.

Lihuel Althabe
Lihuel Althabe

Todos los días se levanta temprano, sigue la costumbre del desayuno en grupo y al mediodía a veces almuerza con alguno de sus amigos hasta que en la sobremesa anuncia: “Me voy a recluir en casa”.

Allí cumple un ritual que le quedó de su etapa como agente de bolsa: ve los mercados, aunque sin operar, y elabora un informe que le envía a sus amigos interesados en temas económicos.

Después juega a algún torneo de bridge por Internet y hay días en que vuelve al café donde desayuna a tomarse, como le gusta decir a él, “un copetín con la barra”.

Se acuesta temprano. Hay fines de semana en que lo invitan a un campo a comer asado.

Tiene las dos dosis de la vacuna Sputnik y también se vacunó contra la gripe y la neumonía. Además hace un tratamiento con vitamina D y el último chequeo que se hizo dio bien.

Le gusta ver fútbol, tenis y la Fórmula 1. Su regla televisiva es no ver programa periodísticos. “Me hicieron mucho daño”, dice.

A sus allegados les contó que ya sabe a quién va a votar en las PASO y que quiere ser fiscal de mesa.

(Télam)
(Télam)

“Mi vida es bastante sencilla, Luján es como un pueblo con mucha paz. Me han pasado cosas increíbles. Varias casualidades. Una vez me crucé con un hombre que resultó ser el guardia de la Unidad 41 que recibió el fax que confirmaba mi libertad. Otro señor se me acercó y me dijo: ‘Te felicito, ¿cómo hiciste para mantenerte vivo?’. Le conté que tengo un médico excelente. Y resulta que era el mismo médico que atendía a su señora, que había sido compañera de María Marta. Otro día me encontré al primer concesionario del Carmel. Todos los días, o casi todos, me pasa algo así”.

Eso cuenta Carrascosa sobre sus días en la calle. Le ha pasado que varias personas se le acercaron para decirle que creían en su inocencia.

El 12 de noviembre de 2020, en una entrevista con Infobae, se refirió al asesinato de su esposa:

“Mi sueño siempre fue, más que lograr la libertad, saber quiénes la mataron. Siempre creí que fue un homicidio en ocasión de robo y a María la mataron porque los reconoció. Hubo un robo y María reconoció a quienes le robaron. Tengo la seguridad de saber quién es uno de los involucrados. Pero no sé quién apretó el gatillo”.

El matrimonio García Belsunce
El matrimonio García Belsunce

Carrascosa nunca menciona directamente a Nicolás Pachelo, el ex vecino de la familia en el country Carmel, y a los dos custodios Roberto Glennon y José Ramón Alejandro Ortiz, que fueron acusados por el crimen de María Marta e irán a juicio oral. Serán juzgados por el Tribunal Oral en lo Criminal de San Isidro Número 4, integrado por los jueces Osvaldo Alberto Rossi, Federico Guillermo Ecke y Hernán San Martín. Iba a ser en 2020, pero se postergó por la pandemia.

El viudo confía en que “se llegará a la verdad”. “Quiero que se haga Justicia por María Marta. Nunca dejé de extrañarla”.

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