El jueves 29 de julio, temprano en la mañana, el grupo de WhatsApp de la familia Orihuela se activó con un mensaje de ‘Buenos días’, al que Antonella (30) solo respondió preguntando a sus hermanos si habían tenido contacto con Adrián Z., su ex marido, también argentino, con quien tenía relación desde 2011. No volvió a escribirles, lo que los sorprendió porque pese a la distancia y diferencia horaria, el intercambio era fluido, sobre todo desde que perdieron a su madre, en diciembre de 2020.
“Antonella siempre mandaba memes, reaccionaba con un emoticón o escribía, pero de otra manera. Y ese día, a las 11:00, escribió: ¿Ustedes hablan con Adrián? Eso nos llamó la atención, primero, y preocupó después porque desde abril de este año la relación con Adrián había cambiado mucho. Pese al dolor por la muerte de nuestra mamá, ella vino con la beba para despedirla, nos contaba que en España estaba bien y que con él se sentía tranquila”, le cuenta a Infobae Ezequiel Orihuela (28), hermano de la mujer al repasar de memoria la última vez que se comunicó con la mayor de tres hermanos.
La incertidumbre se agigantó mientras miraba el horario de última conexión del celular de Antonella, que no volvió a activarse tras ese mensaje; y peor fue al comprobar que Adrián tampoco volvió a usar la app de mensajería. “Mi otro hermano me dijo: ‘Mirá si se pelearon y pasó algo’. Yo le había escrito a él después del mensaje de Antonella. Me respondió bien y mandó una foto de la nena durmiendo, eran las 18:30. Según lo que pude averiguar, quizás para ese momento mi hermana ya estaba muerta”, dice Ezequiel que recién el sábado 31 de julio se enteró de la muerte de su hermana al ver la historia de Instagram de una amiga de ella en la que compartía una captura de una nota realizada por diario español El País que relataba lo acontecido y daba el nombre de su ex cuñado.
Antonella fue victima de femicidio en Terrassa, un pueblo a las afueras de Barcelona, donde la pareja vivía desde 2017. El que fue su marido -según el periódico español- la mató y prendió fuego delante de la beba de 20 meses, y luego se ahorcó con el cinturón en el interior de su auto y a 10 metros de donde dejó el cuerpo. Los vecinos de la zona, alertados por el humo, llamaron a la policía y los bomberos quienes se encontraron con la escalofriante escena.
Desde ese momento, la beba quedó a cargo de la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (DGAIA) de la Generalitat y la investigación está a cargo del Juzgado de Instrucción número 2 de Manresa y está bajo secreto, según publicó El País.
Ahora, los hermanos de Antonella piden a las autoridades nacionales y al Consulado de España en Buenos Aires “que se destrabe el papeleo burocrático y nos ayuden con los recursos para traer a mi sobrina y el cuerpo de mi hermana para poder enterrarla”.
La desesperación de los tíos para poder reunirse con su sobrina
“Estamos en contacto con la psicóloga que atiende a la nena. Nos dijo que habían estado buscando a los familiares de Antonella, pero nosotros somos los únicos que tiene y estamos en Argentina. Allá hizo algunas amigas, pero nunca nos dijo sus nombres, por eso cuando pasaban las horas y mi hermana no respondía nuestros llamados ni mensajes comencé a mirar en sus redes, a ver si podía comunicarme con alguna persona que fuera cercana hasta que una señora me pidió solicitud en Instagram. Acepté enseguida y vi esa historia... Leí que un hombre había asesinado a su mujer, que la prendió fuego y que se ahorcó delante de su hija de dos años, pero no lo asimilé hasta ver el nombre de Adrián, casi me muero”, revive Ezequiel el duro momento en que el supo que su hermana mayor había sido víctima de un femicidio.
El hombre de 28 años repasa la historia de su hermana con Adrián y repite que “no parecía ser un hombre que pudiera hacer lo que hizo, parecía el tipo indicado para ella”, dice y cuenta que desde abril, cuando la pequeña -M. para la Justicia de España- sufrió un accidente casero, las cosas entre ellos cambiaron.
“Mi hermana nos había hecho una videollamada mientras él se preparaba un té. Al rato la nena no sé qué quiso hacer, pero en una travesura tocó la mesada donde había una taza con agua caliente que se le cayó encima y le generó quemaduras en la carita y cabeza. Se escuchaban los gritos de él insultando a mi hermana, culpándola de lo que había pasado, entonces ella cortó la llamada, eso nos preocupó mucho”, admite y lamenta el no haber podido hacer nada. Desde ese momento, para Adrián mi hermana pasó a ser una mala madre y comenzaron a pelear. Creo que lo que él vivió de niño (su mamá lo golpeaba) le despertó algo extraño y no sé, habrá pensado que mi hermana se convertiría en ese tipo de madre aunque ella era una excelente mamá, jamás podría ser violenta, menos con la beba. No nos criaron en la violencia y como a él sí, se ve que ese accidente le despertó algo... Son conjeturas mías porque no dejo de pensar en qué pudo pasar”, admite con dolor.
Luego de ese accidente casero la situación de la pareja se agravó. Mientras la beba estaba internada por la quemadura, Adrián inició acciones legales contra la mujer y quería el divorcio. “Él tenía la intención de sacarle la nena a mi hermana, que sufrió violencia psicológica y verbal durante toda la internación de mi sobrina. Cuando ya estaban en la casa, la agarró fuerte del brazo y la empujó, por lo que mi hermana llamó a la policía, pero al no verle heridas solo tomaron la denuncia como un caso de violencia verbal y nada más”. Esos hechos de violencia generó la primera denuncia por violencia doméstica de Antonella ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
Tras ello, la mujer pidió a las autoridades que su marido fuera desalojado de la casa, pero como la propiedad estaba a nombre de él, la Justicia le permitió quedarse, advirtiéndole que si se iba, haría abandono de hogar. “La Justicia la obligó a vivir bajo el mismo techo que el hombre que la agredía”, sentencia Ezequiel.
Desde ese momento, los casos de violencia verbal, psicológica y física aumentaron, al punto en que Antonella pidió el auxilio policial tres veces en una semana y solo una la llevaron a un refugio de mujeres, lugar que debió dejar al amanecer. “Mi hermana no se podía irse de la casa sin decirle a él a dónde iba y no podía llegar más allá de las 10 de la noche, vivía en una prisión”.
Los hermanos de Antonella sostienen que “el crimen pudo haberse evitado” y por eso ahora reclaman auxilio. “Desde el Consulado dicen que entre todo el papelerío pueden pasar quince días o tres meses. Necesitamos acortar esos tiempos por la nena, que necesita a su familia. Creemos que ella vio cómo el papá mató a la mamá y cómo se mató él”, dice quebrado Ezequiel y consternado, cuenta que aún “no llegó la confirmación oficial de la Policía de la Generalitat de la División de Investigación Criminal (DIC), de España, que certifique que el cuerpo hallado es el de mi hermana.
Hasta el momento, los investigadores informaron que en la noche del jueves 29, Adrián Z. habría ingresado el cuerpo de la mujer al auto y luego a la niña. Tras ello, manejó con maniobras peligrosas buscando, quizás, volcar el coche y hacer pasar el femicidio por un accidente de tránsito, según los datos recabados entre los vecinos que llamaron a la policía varias veces.
Cita del diario El País del 30 de julio último: “poco después de las dos de la madrugada del viernes, irrumpió un vehículo a gran velocidad. El conductor empezó a derrapar, a acelerar y a dar vueltas sin sentido mientras encendía y apagaba las luces”. El estruendo despertó a un matrimonio vecino que avisó a la policía. “No había aparecido ningún agente cuando, una hora después, desde las ventanas —no se atrevieron a salir por miedo— el matrimonio vio ‘una gran llamarada de fuego’ en unos matorrales junto a la carretera. Era el incendio provocado por el hombre después de matar a su mujer para carbonizar el cadáver de la víctima. El mismo coche en el que él se quitó posteriormente la vida y en el que quedó la hija de ambos, de dos años, con quemaduras leves”, describe el diario español.
Los hermanos de Antonella piden ayuda económica para viajar a buscar a la beba y traer el cuerpo de Antonella. Reciben colaboración en la cuenta con CBU: 0720014488000003281440, alías or.eze.or o mediante la opción virtual https://www.paypal.me/ezeorihuela7
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