El cannabis y el debate sobre la prohibición: la mayoría de los argentinos está a favor de legalizar el uso adulto

Un relevamiento de opinión hecho sobre 1.000 personas muestra cómo piensa parte de la sociedad sobre la marihuana y sus diferentes usos. El sábado, el presidente Alberto Fernández se manifestó a favor de abrir el debate por una nueva legislación

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El 58% de los millennials (nacidos entre 1980 y 2000) consultados en la encuesta cree que es mejor legalizar el cannabis (Gustavo Gavotti)
El 58% de los millennials (nacidos entre 1980 y 2000) consultados en la encuesta cree que es mejor legalizar el cannabis (Gustavo Gavotti)

Con la ley de uso medicinal activa y el anteproyecto para fomentar la producción y comercialización de productos hechos en base a la planta con media sanción en el Senado, Argentina se encuentra frente a un debate inevitable: el fin de la persecución penal de los consumidores y cultivadores y la regulación del uso adulto -y privado- de la marihuana.

La discusión, que en mayor o menor medida se da desde hace décadas, tomó fuerza el último fin de semana después de que Alberto Fernández volvió sobre el tema en el II Encuentro Federal de Derecho y dijo que el gran problema para los jóvenes es el alcohol, que es legal, y que frente a la marihuana hay “hipocresía social”: “Es un debate que en algún momento va a haber que dar”.

El Presidente de la Nación también remarcó en esa charla que “el derecho va siempre detrás de la cultura” y que “ahora se abre otro debate, que es sobre el uso de la marihuana, concretamente con fines recreativos”. En ese sentido, una encuesta de opinión realizada con 1.000 ciudadanos argentinos mayores de 18 años da cuenta de que casi 6 de cada 10 (55%) está a favor de la legalización.

De esta forma, queda en evidencia que existe una reconsideración social sobre la planta de cannabis, cuya tenencia para consumo está prohibida por la ley 23.737, sancionada en 1989, una época donde el argumento que monopolizaba la discusión estaba basada en mitos sin evidencia científica: que la marihuana destroza neuronas, que es la “puerta de entrada” a otras drogas, que genera violencia en quienes la consumen y delincuentes.

El relevamiento, hecho por la consultora Kantar de manera online, también indica que 3 de cada diez (28%) consultados no tienen aún una opinión formada al respecto, por lo que sólo el 17% se opone a la regulación del uso y cultivo de la marihuana.

La convicción de que hay que modificar la ley penal de drogas y que el Estado debe darle otro abordaje, sin perseguir ni encarcelar usuarios y cultivadores, es levemente más marcada en mujeres que en hombres, donde la aprobación por la legalización alcanza el 58%.

Miles de personas en una de las últimas marchas por la legalización del cannabis, antes de la pandemia en Buenos Aires (Revista THC)
Miles de personas en una de las últimas marchas por la legalización del cannabis, antes de la pandemia en Buenos Aires (Revista THC)

Quizás por la gran cantidad de información sobre la planta que circula en internet, de acceso prácticamente libre, o porque la revisión sobre la prohibición es un tema de debate en todo el mundo, las nuevas generaciones ya no demonizan el uso de la planta. De acuerdo al estudio, el 58% de los millennials (los nacidos entre 1980 y 2000) consultados cree que es mejor legalizar. En el caso de la generación que le sigue, los centennials (nacidos a partir del 2000), la cifra sube a 62%.

Esa preferencia etaria se espeja en las redes sociales, donde el 71% de las conversaciones sobre la legalización son positivas, mientras que el sentimiento positivo alcanza al 54% en las conversaciones sobre el uso medicinal.

“Es correcta la afirmación del Presidente de la Nación al decir que ‘el derecho va corriendo detrás de la cultura’. Conforme datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el Delito (UNODC), alrededor de 192 millones de personas consumen cannabis al menos una vez al año a nivel global, representando la sustancia ilegal de mayor consumo”, explicó a Infobae Mariano Fusero, abogado e integrante de la organización Reset, dedicada a las políticas sobre drogas.

El especialista coincide con lo que refleja la encuesta: “Se observa una desmitificación creciente en los usos y efectos del cannabis, los cuales estuvieron atravesados por prejuicios acientíficos durante décadas a pesar de ser una sustancia con menor capacidad de daño individual o colectivo que el alcohol y el tabaco”.

En ese sentido, el relevamiento muestra que los estereotipos comienzan a caer por su propio peso. El 46% de las personas ya no limita la asociación del uso del cannabis a un segmento de la población en particular, y la se relaciona mayormente con lo terapéutico (83%) por encima del uso adulto (49%). Y un dato muy interesante: más del 80% de los argentinos consultados considera que el consumo del futuro se enfocará en el alivio no sólo de los dolores físicos sino también de los emocionales.

Más del 80% de los argentinos consultados considera que el consumo de cannabis del futuro se enfocará en el alivio no sólo de los dolores físicos sino también de los emocionales (Matias Baglietto)
Más del 80% de los argentinos consultados considera que el consumo de cannabis del futuro se enfocará en el alivio no sólo de los dolores físicos sino también de los emocionales (Matias Baglietto)

La Universidad Nacional de Quilmes junto al Centro de Estudios de la Cultura Cannábica (CECCA) realizaron una encuesta durante 2020 de la que participaron 60.000 personas. Los resultados están en pleno proceso pero el presidente de la organización, Luis Osler, coincidió en que existe una tendencia en Argentina que va camino a la aceptación definitiva del uso adulto de la planta.

“La situación responde a varios factores, como la información que circula o las legislaciones en otras partes del mundo, pero sobre todo el principal motivo es el escandaloso fracaso de la prohibición y sus nefastas consecuencias en la vida de los ciudadanos comunes, que ven afectadas a diario su salud, sus derechos y su libertad”, explicó el abogado.

“Hoy en día la regulación de la marihuana se encuentra en manos de las redes ilegales de abastecimiento, las cuales buscan ganancias sin reparar en la calidad tóxica de las sustancias que venden, promoviendo la venta a menores de edad, el acercamiento de las personas que consumen cannabis a otras sustancias ilegales más dañosas, la corruptibilidad policial. Una regulación legal en manos del Estado permitiría controlar quién produce, en qué condiciones, bajo qué requisitos y controles de calidad, quién vende, en dónde, bajo qué condiciones, quién se encuentra habilitado para comprar, neutralizando la venta a los adolescentes”, agregó Fusero.

“La solución no es andar persiguiendo a los que se fuman un porro”, dijo el presidente Alberto Fernández (Matias Baglietto)
“La solución no es andar persiguiendo a los que se fuman un porro”, dijo el presidente Alberto Fernández (Matias Baglietto)

El sábado pasado, Alberto Fernández abrió las puertas del debate sobre el tema al contrastar el daño que hace el alcohol en los jóvenes respecto del que puede generar el uso de cannabis. “Tenemos que vencer y poner en debate una cuestión que tiene que ver con la hipocresía social en la que vivimos. Hay una parte nuestra que soporta cierta hipocresía. Que la marihuana es tóxica no está en tela de juicio. Pero también el tabaco es tóxico y también el alcohol es tóxico. Y sin embargo hay toda una industria montada detrás del tabaco y el alcohol donde lo tóxico pasa a un segundo plano. El mayor problema que sufre nuestra juventud en materia de adicciones no es precisamente por la marihuana, es por el alcohol. Nuestros jóvenes se dañan y dañan su físico antes que nada por el alcohol. Ahí está montada toda una industria que es muy difícil de cuestionar”, enfatizó el Presidente, aunque ya se había manifestado a favor de un cambio de la legislación, como en junio de 2019, cuando dijo que “la solución no es andar persiguiendo a los que se fuman un porro”.

Para el activista Nico Milione, presidente de la agrupación porteña Acción Cannábica e integrante del colectivo Cannabis al Congreso, “es positivo que el Presidente abra el debate” ya que “saldada la deuda con los usuarios medicinales y la producción tanto de cáñamo como de cannabis medicinal, nos podemos enfocar de lleno en la despenalización y la regulación para uso adulto”.

Hay que sacar a la marihuana de la lista de estupefacientes y hay que ver cómo encarar el proceso legislativo a partir de estos dichos. Hay varios proyectos en el Congreso con estado parlamentario para llegar a este punto por lo que nos genera muchas expectativas, sabemos que esto recién comienza”, auguró Milione.

Emilio Ruchansky, periodista e integrante del Acuerdo por la Regulación del Cannabis en Argentina, agregó: “Estamos desarrollando un proyecto de regulación legal basados en aspectos de salud pública. Nos interesa salir de la discusión de si la marihuana es buena o mala y pensar que lo malo es la clandestinidad. Es la tercera sustancia psicoactiva consumida en país y no es un mercado menor. Hablar en término de mercado es pensar en regulación para sacarle el negocio en las mafias como se hizo en Canadá y en Uruguay y estados de EE.UU. Es positivo que se abra el debate, la regulación tiene que ser consensuada entre miradas de la seguridad, la producción y la justicia social”.

El mercado del cannabis está regulado en Uruguay, Canadá y 16 estados de EE.UU. (Nicolás Stulberg)
El mercado del cannabis está regulado en Uruguay, Canadá y 16 estados de EE.UU. (Nicolás Stulberg)

Efectivamente, son 16 estados de los Estados Unidos que ya regularon el uso adulto (y 33 que lo hicieron, además, con el uso medicinal). Además, Canadá y Uruguay legalizaron todos los usos y México espera sancionar la ley en el Senado antes del final de 2021.

La reconversión de la mirada sobre el cannabis no es exclusiva de Argentina. En Estados Unidos, primer país en prohibir la marihuana en 1936 (después de Egipto, que lo hizo en 1884) y propiciar desde allí la prohibición global a lo largo de todo el siglo XX, el apoyo a la legalización creció exponencialmente en los últimos 20 años.

Según una encuesta de Gallup de 2018, el 53% de los votantes del partido republicano y el 75% de los demócratas, estaban a favor de la regulación. Además, 8 de cada 10 estadounidenses de entre 18 y 34 años también apoyan la legalización.

En uno de los discursos más lúcidos sobre la temática, el ex Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, remarcó que era un deber descriminalizar las drogas porque, un mundo libre de drogas es una ilusión: “Las drogas son infinitamente más peligrosas sin las dejamos en manos de los criminales, a quienes no les importan la salud ni la seguridad. La regulación legal protege la salud”.

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