Hace 6 años, Juan Sebastián Martínez (28) dejó su Bogotá natal, en Colombia, para instalarse en Buenos Aires, donde hoy vive en el barrio porteño de Caballito y trabaja como jefe de cocina en una pizzería de Belgrano.
Después de más de un año sin ver a su familia, compró un pasaje a Bogotá y el 14 de junio voló a Colombia por Copa Airlines. Su fecha de regreso estaba prevista para el 28 de ese mes pero, con la entrada en vigor de las restricciones dispuestas por el Gobierno, la aerolínea canceló tres veces el vuelo y aún sigue varado.
“Pusieron las restricciones un poco antes de mi vuelta, así que entendí que me iban a correr la fecha. Esperé unos días para que me habilitaran un vuelo, aquellos que les corresponden a cada aerolínea. Copa Airlines fue una de las últimas a las que les autorizaron los tres vuelos y me habilitaron para volar el 18 de julio”, le dijo Juan Sebastián a Infobae.
Cuando llegó la nueva fecha, se preparó para viajar y se hizo la PCR pero, cuando llegó al mostrador para hacer el check-in, le avisaron que -por segunda vez- su vuelo estaba cancelado.
“Me dijeron que habían tenido un error. Habían llenado mucho el avión y mi vuelo pasaba para el 28 de junio. El miércoles pasado, por tercera vez, me llamaron para cancelar porque no hay lugar”, afirmó.
Un amigo suyo corrió la misma suerte, pero decidió comprar un nuevo pasaje por Aerolíneas Argentinas y pudo regresar. Tuvo que desembolsar el triple del valor del pasaje de Juan Sebastián, un costo que él no puede afrontar y que, además, recién podría traerlo de regreso el 15 de agosto.
“En Copa Airlines, me ofrecieron vuelos libres disponibles para regresar en diciembre. Nadie se hace cargo, ni siquiera del error de haber cargado a más personas en un vuelo y dejarme varado, porque no entiendo cómo -de 120 cupos- no se pueden anotar a 200 personas en un avión”, lamentó.
Hace 5 años que Juan Sebastián se desempeña como jefe de cocina de una pizzería en Belgrano y, justamente, su trabajo es su principal preocupación. A pesar de que ya le avisó a sus empleadores acerca de su situación, teme perder el empleo y se muestra sumamente apesadumbrado.
“Con estas medidas me hacen sentir que salí de vacaciones y que, por mi culpa, voy a perder mi trabajo. Estoy encargado de la cocina y ellos están viendo cómo organizarse de la manera que pueden pero claro, puede ser que aparezca alguien más mientras llegue. A eso, hay que sumarle los 10 días de cuarentena que tengo que hacer. No sé qué va a pasar con mi trabajo.... Estoy desesperado, voy a perder mi trabajo. Necesito volver urgente. Los llamé y les avisé varias veces, pero no sé hasta cuándo me van a tener paciencia”, expresó.
“El 16 de julio tendría que haber llegado a Buenos Aires, para hacer la cuarentena y volver a trabajar. Apenas les avisé a mis empleadores lo que me pasaba, lo comprendieron sin problema pero, claro, me siguen cancelando el vuelo... No me van a pagar el sueldo si por cinco meses no me dejan regresar a la Argentina”, lamentó.
Juan Sebastián se aloja en la casa de su madre, pero debe hacerse cargo de su manutención diaria para tener un plato de comida. Sin embargo, se quedó sin dinero y evalúa la posibilidad de buscar un trabajo temporal en Bogotá, para poder subsistir mientras logra retornar.
“Estoy en la casa de mi mamá, pero no puedo gastar dinero porque los ahorros del viaje ya están terminados. En Colombia, no hay ninguna restricción, no piden PCR para entrar y tampoco necesitás hacer cuarentena al llegar. Solo te piden una declaración jurada para poder ingresar. Si me cancelan el próximo vuelo, voy a tener que buscar un trabajo acá, porque nadie me va a mantener”, dijo.
Respecto a las críticas sobre las personas que viajaron al exterior en plena pandemia, se muestra enojado, ya que lo hizo para reencontrarse con su familia.
“Me molestan las críticas porque viajé por una razón válida: hace más de un año que no veía a mi familia. Además, uno acata todo lo que le piden, como la cuarentena, la PCR... y es lógico que te lo pidan. Entiendo que hay gente que no cumple con la cuarentena y es por ellos que nosotros estamos pagando. Pero también, está el otro lado de la moneda, donde te ponen un montón de trabas... y después toda la gente sale a la calle a festejar por el fútbol, sin ningún control. O, se presta la Casa Rosada para un funeral. Entonces, es todo muy irónico”, expresó.
Juan Sebastián también está preocupado por sus mascotas, un gato y un perro, que quedaron al cuidado de un amigo, pero que ya no puede tenerlos más tiempo.
“Les pido que nos dejen entrar con todos los controles necesarios y estrictos, como los que hacían al principio en la Ciudad, cuando la gente era enviada a hoteles... que claro, ahora en Provincia, los tenés que pagar. Es buscarte el mal por todas partes. Es castigarte por haberte ido. Después, te muestran que personas importantes, que tienen grandes cargos y dinero, pueden volver sin problemas, pero los demás no importamos: “¡Que se arreglen!”, deben decir. Dieron 600 cupos, pero nunca dijeron cómo iban a ser repartidos ¿A quién se le da prioridad? Es como una gran carrera en la que todos llaman al mismo teléfono de la aerolínea y, si conseguís anotarte, te vas. Estuve días enteros llamando y llamando... Ya sé el menú completo del call center”, indicó.
“No me parece mal haber viajado para ver a mi familia. Lo hubiera entendido cuando empezó la pandemia, en el primer año, pero hoy mirás la calle y todo volvió a la normalidad. Entonces, ¿cuál es el problema que venga a ver a mi familia si voy a hacerme la PCR para entrar y voy a cumplir con la cuarentena? La medida es exagerada. Tengo mi vida hecha en Argentina. No le veo un buen panorama con esa competencia de estar viendo qué medida pone el otro, porque así no vamos a llegar a nada bueno. ¿Qué diferencia tiene uno que vuelve en el mismo avión, pero vive en la Ciudad de Buenos Aires, y otro que vive en Provincia? ¿Por qué el primero no tiene que pagar un hotel y el segundo sí? Parece una guerra política. Igual que lo que pasó con las clases, cuando en la Ciudad se habilitaron y en Provincia se negaron, hasta que finalmente, también las empezaron”, dijo.
Juan Sebastián aseguró que las restricciones son un castigo que se dispuso por aquellas personas que no cumplieron con la cuarentena y que no es lógico que, quienes sí cumplen con todas las medidas requeridas, sigan sin poder volver al país.
“Esto es un castigo y estamos pagando porque los que no cumplieron con la cuarentena al regresar. Había gente que no hacía los diez días y me parece un grave error, pero no pueden hacernos pagar a nosotros por los errores de los demás”, sostuvo.
“Hace 6 años, cuando llegué a la Argentina estaba todo genial. Poco a poco, la situación empeoró y, después de todo esto, tengo ganas de irme del país. Mi meta es irme... no dejaría a la Argentina porque me encanta Buenos Aires, pero no podés quedarte si te está yendo económicamente mal. No sé si voy a seguir teniendo trabajo cuando llegue... No sé qué va a pasar, porque no creo que me aguanten más de dos meses sin trabajar. Tampoco, volvería a vivir en Colombia, así que hoy evalúo a qué país podría emigrar”, finalizó.
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