Quince días después de un frustrado atentado en cercanía del Cabildo, que derivó en la detención de Magin del Carmen Guzmán y Héctor Fernando Herrera, la policía detuvo a José Vicente Petracca, de 28 años, acusado de poner una bomba en el Departamento Central de la Policía Federal, el 23 de abril. Pero no logran detener a quien es considerado cerebro del grupo Claudio Adiego Francia.
Según informó la policía, Petracca confesó que: “Antes de colocar el explosivo visitó en dos oportunidades el lugar para conocer su interior y recorrió la planta baja, particularmente la sala de periodistas y luego el primer piso donde se encuentra la jefatura. Pero consideró que eran lugares muy concurridos por la gente, por lo cual se decidió por el segundo piso, estimando que el lugar más adecuado era la entrada a las oficinas de la Subdirección de Investigaciones que no funcionan por la mañana. Allí colocó 4 cartuchos de gelinita y dos frascos de ácido sulfuroso; armó la bomba adosando los frascos a los cartuchos, de manera tal que tuviera 15 minutos para alejarse del lugar. Empleó este lapso en llegar a la estación Sáenz Peña del subterráneo, a tres cuadras del Departamento y allí se hallaba cuando escuchó la explosión.”
El relato de Petracca vuelve a poner de relieve qué tipo de acciones llevaba adelante la Resistencia Peronista. Una violencia que evitaba por todos los medios, producir daños a personas. Como explicó el resistente de La Plata Carlos Villagra: “Nosotros poníamos una bomba, pero pasábamos tres o cuatro veces por la casa en bicicleta para ver que no matara a nadie. Hasta aprendimos donde iba la expansión cosa que nos costó muchísimo.” Sin embargo las cosas no siempre salían como lo planeado, y algunas veces por impericia, y otras por mera fatalidad, hubo casos en que las bombas produjeron victimas fatales.
Junto a Petracca fueron detenidos los tres hermanos Maidana, dueños del taller de Besares 1042 de Ciudadela, donde se fabricaron 1300 carcasas de granadas. Por ultimo el comunicado policial señala que “se está buscando a Tomás Claudio Adiego Francia alias “El Francés” de 34 años nacido en Concepción del Uruguay, alto, delgado, rubio, considerado como enemigo público. El nombrado junto con Magin del Carmen Guzmán, son los cerebros de las células terroristas y principales integrantes del Comando de la Resistencia Peronista cuya figura clave es el ex general Iñiguez.”
Detención del “Bombero loco”
Entre los resistentes que integraban el grupo de Claudio Adiego Francia y Magin del Carmen Guzman estaba Eduardo Fernández Rojo alias “el Bombero Loco” de 35 años domiciliado en Carlos Calvo 2067 . En la información policial se aclara que “nunca fue bombero” sino que ese mote le viene de poner bombas. Las crónicas lo mencionan como el presunto autor de la bomba colocada en el Panteón naval de la Chacarita, el 15 de junio de 1959 y autor copartícipe de muchos otros atentados.
Según la información policial: “El día 11 de noviembre de 1960, fue sorprendido a las 3:10 hs, por el teniente coronel Carlos Delia ayudante de campo del Secretario de Guerra, en el jardín de su domicilio en Conde 1650; y fue herido de 5 balazos por ese jefe militar. No obstante logró escapar, pero poco después, las autoridades de la Comisaría 37, lo ubicaron en la calle Virrey del Pino 3402, donde se había refugiado. Fue trasladado al hospital Pirovano. Sometido a varios interrogatorios el detenido confesó su participación en las organizaciones de terroristas y proporcionó algunos detalles sobre la forma de actuar que motivaron el procedimiento efectuado por personal de Coordinación Federal en la finca de Itaqui 6676.”
Obvio que los “varios interrogatorios” a un herido de cinco balazos, para extraerle su confesión, sabemos que características tuvieron, que no son descritos en los partes policiales.
El polvorín en la fiambrería
Don Jose Malamiuk era el típico almacenero de barrio. Llegado de Misiones, en su fiambrería de Itaqui 6676 de Villa Lugano, vendía al fiado con libreta y daba de vuelto caramelos para los chicos. Su aspecto de gordo bonachón estaba lejos del mote de terrorista con el que salió en los diarios. En el barrio estaba conceptuado como un hombre muy afable y de trabajo.
El 13 de noviembre de 1960, la Policía Federal allanó la fiambrería, y encontró prolijamente acomodados en cajas de cartón, entre hormas de mortadela y ristras de salamines, un surtido polvorín: 25 Kg de gelinita; 200 granadas de mano; carcasas para bombas, municiones de distinto calibre, uniformes militares, y medicamentos que serían enviados al grupo Uturunco de Tucumán. Se encontraron también distintivos de los Uturuncos “tratábase de pequeñas estrellas rojas confeccionadas en metal”. El diario informaba que además tenía varias fotos del “tirano depuesto” y su esposa, y un disco grabado con instrucciones para sus partidarios.
En mi nota anterior relaté que cuando Claudio Adiego Francia debió abandonar el departamento de don Cesar Marcos, por producir una explosión en su cocina, mudó su deposito de explosivos a otros sitios, entre ellos la fiambreria de Malamiuk.
Con Malamiuk fue detenida Maria Mercedes Vera, de 28 años (novia de Fernández Rojo), Antonio Antonik y José Enrique Cotela. Según informa la policía buscan a los prófugos: Sebastian Borro, Alfonso Cuomo, y obvio a Claudio Adiego Francia “quien sería el jefe del grupo comando que reporta al General Iñiguez”. Vinculados a los anteriores, siguen prófugos: Óscar Horacio Travi, Jorge de la Iglesia, José León Suárez, Justo Jordán, Manuel Rosado, Horacio Guerrico, Eugenio Siles Nieva, Alberto Horacio Almada, y Abel Menéndez conocido como el “Coronel Müller” persona de confianza del general Iñiguez.
Según los diarios. en dos camiones de bomberos fue trasladado todo el material hallado en la fiambreria, hasta un predio en Larrazabal y la ribera norte del Riachuelo, para hacer detonar los explosivos. El primer estallido correspondió a la voladura de 200 granadas de mano de fabricación casera. Posteriormente se hicieron detonar 25 kg de que gelinita, 50 fulminantes, 6 litros de ácido sulfúrico y 8 cócteles Molotov.
En el marco del plan Conintes, juzgados por un tribunal militar, Jose Malamiuk fue condenado a 12 años de prisión y Eduardo Fernandez Rojo a 19.
El Presidente Arturo Frondizi propone instaurar la pena de muerte
Recordemos que en febrero de 1958, la dictadura de Aramburu llama a elecciones. El peronismo estaba proscripto, y no se podía presentar candidatos. Perón realiza un pacto secreto con Frondizi y le vuelca los votos que le permiten llegar a la Presidencia de la República. El Dr Oscar Alende (futuro jefe del Partido Intransigente, PI) accede a la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires.
Frondizi cumple solo algunos compromisos en materia sindical. Pero, a fines de 1958, por un acuerdo con el FMI, acepta aplicar un plan de estabilización y austeridad fiscal. En enero de 1959, manda una ley para privatizar el Frigorífico Lisandro de la Torre, que implicaba en despido de la mitad de sus 9000 obreros. Este episodio marca el fin del acuerdo con Frondizi, y el retorno del peronismo a las luchas sindicales y a los comandos de resistencia clandestinos. En marzo de 1960 el gobierno impone el Plan Conintes que va a llevar a prisión a mas de 5000 militantes y dirigentes peronistas.
El 30 de mayo de 1960, Frondizi envió al Congreso el proyecto de ley 15.293, que incluía la pena de muerte, para aquellos atentados, que causaren la muerte con su accionar.
En referencia a la pena de muerte el presidente Frondizi expresó: “estamos dispuestos a tomar severas medidas contra el terrorismo, pues es un cáncer social que hay que eliminar” (…), “a los terroristas hay que llevarlos al conocimiento de que tendrán que sufrir hasta las últimas consecuencias de su actitud”. Recordemos que es el mismo Frondizi, que simpatizaba con la Revolución Cubana, y que unos meses después se va a reunir en secreto con el Che Guevara.
Por suerte ni en la oposición, ni en su propio partido hubo consenso para ese punto del proyecto. Si, se modificaron varios artículos del Código Penal que endurecían las penas por actos subversivos.
La posición de los radicales fue expuesta por el diputado Arturo Mathov, dirigente de la UCR del Pueblo, quien manifestó: “Como principio general, estoy en contra de la implantación de la pena de muerte en el país, por cualquier causa. No hay duda de que es necesario, sin embargo, terminar con el terrorismo y, una vía, desde luego, es una legislación adecuada.”
Curiosamente Arturo Mathov había sido el jefe del grupo terrorista que el 15 de abril de 1953 puso varias bombas en una concentración del peronismo en Plaza de Mayo que dejó seis muertos y mas de 90 heridos, entre ellos 19 mutilados. A los Comandos Civiles compuestos por jóvenes universitarios de familias de Barrio Norte, no les tembló el pulso para atentar con bombas en contra gente indefensa, participar como apoyo civil al bombardeo del 16 de Junio (que dejo 309 muertos), y asesinar policías de consigna en las esquinas. Sin embargo los derrotados, los humillados, los proscriptos, los hombres y mujeres de extracción mas humilde, tenían el prurito, “de pasar tres o cuatro veces por la casa en bicicleta para ver que la bomba no matara a nadie.”, como recordaba Carlos Villagra.
Aldo Duzdevich es autor de Salvados por Francisco y La Lealtad-Los montoneros que se quedaron con Perón
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