“Gracias, gracias, gracias”, decía un mensaje de WhatsApp que Eugenia López (42) recibió en la medianoche de este miércoles. Ese fue el primer mensaje que escribió Marcos, un hombre con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) al que conoció de manera virtual en marzo pasado cuando inició un pedido para poder adquirir una computadora adaptada a un dispositivo especial que se maneja con los ojos para que su madre pudiera comunicarse. Al ver la noticia, la esposa del hombre la contactó para saber cómo hacerse del mismo sistema y desde ese momento entablaron un vínculo donde primaba el diálogo constante y el apoyo mutuo frente a la enfermedad de sus seres queridos.
Poco después de ese pedido, Eugenia consiguió dos computadoras, pero Rosita, su madre, no pudo darle mucho uso y debido al avance de la enfermedad murió el 4 de junio pasado.
Pese al dolor por la pérdida, Eugenia tuvo tiempo de pensar en ayudar y repartió las computadoras: la primera le llegó a una pequeña de 9 años con parálisis cerebral que vive en Córdoba y la otra fue la sorpresa más esperada: en la noche del miércoles 14 la llevó a la casa de Marcos ante la emoción de Claudia y los 4 hijos del matrimonio.
“Luego de saber que mi mami falleció, Claudia me pidió que le guardara la computadora porque la quería comprar para su esposo, pero desde el primer momento pensé en regalársela... ¿Cómo iba a venderla si la recibimos por la ayuda de muchas personas? Marcos me recibió con los ojos llenos de lágrimas”, le dice a Infobae.
Aún más agradecida está Claudia, y cuenta que Marcos está muy feliz y que se adapta muy bien a la computadora con la ya se comunica con sus amigos y hasta pudo escuchar al compositor cuartetero Carlos “la Mona” Jiménez. “Esto le cambió mucho el ánimo porque está constantemente haciendo cosas. No tenemos palabras para agradecer, Eugenia es un ángel para mi”, dijo.
La historia de una mujer solidaria
No es la primera vez que un gesto solidario de Eugenia llega a los medios nacionales. En 2018, cuando trabajaba en una cadena de café, recibió un CV escrito a mano de manos de un chico que, por falta de dinero, no lo pudo imprimir y no solo logró que esa búsqueda laboral se viralizara en las redes sino que consiguiera empleo. También ayudó a recibir una beca y asegurarse un futuro trabajo a un nene cuyos padres son trabajadores ambulantes y ella lo veía estudiando en la vereda, al lado de ellos. Por eso, cuando fue ella la que pidió ayuda la encontró pronto.
“Después de lo de mi mamá, cuando volví de Villa Dolores, nos contagiamos de COVID-19 y le pedí a Diego, el hombre que hace toda la instalación que por favor llevara la compu a Julieta, la nena de Córdoba, porque no quería que perdieran más tiempo. Él la preparó y se la llevó. Con la esposa de Marcos, Claudia, hablo desde que mi pedido salió en Canal 12 cuando me contó que su marido tiene ELA y que también necesitaba un dispositivo similar al que yo había pedido y conseguido para mi mamá. Así comenzamos a conversar más seguido sobre cómo estaba mi mamá, cómo era su evolución, sobre las dudas que genera esta enfermedad... Siempre hubo contacto telefónico hasta anoche (por este miércoles) cuando caí de sorpresa en la casa y llevé la compu”, resume Eugenia y explica que la visita se concretó luego de varios idas y vueltas para coordinar el encuentro aunque nunca había anticipado que les llevaría de regalo el dispositivo por el que la familia y amigos estaba ahorrando dinero.
“Fuimos con Diego a llevársela, él es de la empresa que se encarga de estos dispositivos, y como es un ser tan maravilloso y pura bondad se quedó hasta las 23.30 adaptando la máquina a los ojitos de Marcos y le enseñó a usarla”, explica la madre de dos niñas de 12 y 9 años.
A Diego Obregón (48), licenciado en Sistemas, lo conoció por un amigo en común que tenía ELA y que recibió uno de los tantos dispositivos que arma para escribir usando los ojos. “Hace más de 20 años que desarrollamos herramientas tecnológicas para personas con distintas discapacidades y desde hace 5 aproximadamente estamos usando esta tecnología con recursos gratuitos, o a muy bajos costos, que permite que una computadora vea la dirección de la mirada”, explica Diego a Infobae sobre cómo funciona el dispositivo.
“Es un aparatito que, sabiendo dónde está mirando una persona, puede mover el mouse y hacer clic. Eso más una serie de programas libres y gratuitos se pone un comunicador adelante para que la persona pueda realizar la acción que necesita. Escribir es una de las opciones, pero hay muchas otras posibilidades para un caso como este en el que se coloca un sistema de comunicación alternativa, un tablero con pictogramas que se organiza con diferentes niveles y con dos golpes de mirada la persona puede decir qué le pasa”, añade.
Sobre ese dispositivo, Eugenia asegura que “es mucho más barato que los que hacen las empresas que se dedican a fabricarlos porque lo cobran en euros y a precios que jamás podríamos pagar” y agrega que “es una genialidad de invento que abarata muchísimos los costos”.
Feliz y entusiasmada porque minutos antes de esta entrevista había recibido noticias de Marcos, la ahora empleada municipal de Alta Gracia, asegura que “estoy muy contenta porque está poniendo usar la computadora muy bien. Realmente deseaba que pueda comunicarse con su familia y decirle a Claudia cuánto la ama”.
Desde hace un tiempo, Eugenia trabaja en la Oficina de Empleo municipal, lo que para ella significa que “Dios me llevó también ahí porque a mí naturalmente me sale el deseo de ayudar a la gente. Me llevaron al área justa donde todo el tiempo trato de darle una mano a quién necesita. Y eso es hermoso”, finaliza.
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