Después de un año sin ver a sus hijos, Silvia Crosta (65) voló el 10 de junio pasado rumbo a Barcelona, con un pasaje que había comprado en 2019 para viajar en mayo de 2020, ya que por la pandemia tuvo que posponer el viaje en dos oportunidades. Su marido, Gabriel Crosta (65), se reunió con su familia unos días después y su vuelta a Buenos Aires estaba prevista antes que la de su esposa.
En Barcelona, el matrimonio se reencontró con su hija -que emigró hace ocho años a España- y con su hijo, que hace cuatro años vive en Milán y viajó especialmente a visitarlos desde Italia.
Silvia tendría que volver a la Argentina el próximo 9 de julio, mientras que su marido debería haber regresado el 1 de julio. Sin embargo, Iberia les canceló los vuelos y ambos siguen varados en Europa.
“Nos cancelaron los dos pasajes, nos dijeron que volviéramos a sacarlos sin costo y encontramos un vuelo para el 15 de julio. Por lo que veo, esa fecha es la nada misma, porque no hay nada que esté aprobado. Así que, tengo un ticket para el 15 de julio pero no sé si voy a poder viajar, porque nadie sabe lo que puede pasar después del 9”, le dijo Silvia Crosta a Infobae.
“En mayo, tuvimos que reprogramar el viaje y luego, por segunda vez, lo cambiamos para el 10 de junio porque España estaba cerrada. En 2020, no pudimos ver a nuestros hijos y pensamos que el mes pasado era un momento adecuado. Cuando salimos de Argentina, aumentaban la frecuencia de los vuelos y estaba todo bien, pero ahora nos encontramos con que no podemos volver”, afirmó.
Pero la alegría por el reencuentro familiar se vio opacada por el fallecimiento de la madre de Gabriel, quien hace unos días se contagió de COVID-19, debió ser internada en grave estado y murió el 7 de julio en Buenos Aires. Tenía 92 años y su hijo, que tenía pasaje de vuelta para el 1 de julio, no pudo acompañarla, ni tampoco despedirse.
Silvia también perdió a su madre por ese virus el 2 de abril pasado, mientras esperaba que le llegara el turno para la vacuna.
“Mi suegro está muy mal por la muerte de su mujer, porque hace 70 años que estaban casados. Está por cumplir 93 años y ahora estamos muy preocupados por él. Si mi marido hubiera viajado cuando le correspondía, podría haber estado en Buenos Aires junto a sus padres. Ahora vamos a ver cómo podemos volver porque, al día de hoy, el Gobierno todavía se sigue peleando con las aerolíneas. Uno se siente abandonado, pero es bueno que la gente sepa que nosotros también somos personas y que, a pesar de que salimos de viaje, merecemos un poco de respeto”, dijo Silvia.
Otra preocupación no menor de este matrimonio se relaciona con su perro, que hace un mes está en una guardería y quien lo cuida debe salir de vacaciones.
“Eso también es dinero y es otro gasto que no estaba presupuestado. Además, el dueño de la guardería se va de vacaciones el 17 de julio y, si no volvemos, no sabemos qué vamos a hacer. Para mí no es una pavada porque es parte de mi familia y hace más de 10 años que está con nosotros”, dijo.
Como la casa de su hija no es muy grande, Silvia y Gabriel tuvieron que alquilar un departamento por Airbnb, donde se alojarán hasta poder retornar al país. Para ello, tuvieron que hacer uso de sus ahorros, al igual que para pagarse los gastos de manutención mientras permanezcan fuera de Argentina.
“Todo es gasto. Somos gente de clase media. No somos ricos. Encima, tenemos que seguir pagando el Impuesto País, así que en la tarjeta nos vinieron unos 70 mil pesos más por el departamento que alquilamos. No se puede creer el país donde vivimos.... Lamentablemente, no nos fuimos antes. Estábamos pensando en irnos, pero no lo hacíamos por mi mamá. Mis dos hijos no van a volver nunca más”, afirmó.
“En todos los países hay vuelos y los pocos países que están cerrados dejan entrar a sus ciudadanos. Una amiga de mi hija es australiana y vive en Barcelona. Le piden tres semanas de cuarentena en un hotel a su cargo y eso es lo que va a hacer, pero le permiten volver a su país. Yo hago la cuarentena donde quieran, les pago el hotel... pero tengo que volver, ¿cómo puede ser que no pueda volver a mi país?”, se preguntó.
Silvia criticó la declaración jurada que los pasajeros deben firmar en Ezeiza antes de abordar un vuelo y dijo que va en contra de la Constitución Nacional.
“El famoso papelito es inconstitucional y, además, si no lo firmás, no podés salir. En ningún otro país te hacen firmar un papelito que va en contra de lo que dice la Constitución. ¡Que no me vengan a decir que en todo el mundo esto es igual y que todos los demás países están haciendo lo mismo! Inglaterra está súper cerrada pero, haciendo cuarentena en un hotel, los extranjeros pueden entrar a trabajar y a sus ciudadanos no se les niega el ingreso. Argentina es el único país que está dejando a su gente afuera, con un papel que no corresponde y que, si no lo firmás, no podés salir. ¿Estamos presos? Nadie pide una repatriación: tenemos un pasaje y queremos volver cumpliendo con la cuarentena”, destacó.
“Escucho las cosas que dicen de los que estamos afuera, el odio... Somos los runners del 2021. Nadie sabe por qué nos fuimos, cuál es nuestra historia, si tenemos plata para vivir... Somos gente de clase media, compramos los pasajes en cuotas y en pesos. No es justo. Mi marido y yo estamos vacunados, pero hay gente que se fue a Miami a darse la vacuna, ¿y por eso hay que castigarlos?”, sostuvo.
El matrimonio dijo que esta situación lamentable que les toca vivir hizo que se incrementaran sus ganas de emigrar y ya estuvieron buscando un nuevo hogar en España. Solo quieren regresar para poner en venta el departamento de la madre de Silvia, conseguir vender el suyo y buscar a su perro.
“Esto aceleró los tiempos para irnos del país. Hace tiempo que tenemos nuestro departamento en venta y, cuando pueda llegar, voy a vaciar el de mi madre para hacer lo mismo. Apenas tengamos la posibilidad de vender al menos uno de los dos departamentos, nos volvemos a Europa. De hecho, ya estuvimos viendo lugares para mudarnos. Los años que me quedan quiero vivirlos con calidad y en Argentina no podés. Todos los días encuentran algo para que estés angustiado y te sientas mal. Si pudiera vivir sin vender los dos departamentos, volvería a buscar al perro... y no volvería nunca más”, finalizó.
SEGUIR LEYENDO: