Hace diez días -el 25 de junio- el Gobierno Nacional decretó una reducción de 2.000 a 600 pasajeros diarios en su ingreso al país, lo que generó una reprogramación de vuelos, y miles de varados en el exterior. Se estima que quedan 14.000 personas que desean regresar y no pueden, y el clima de incertidumbre persiste.
Mariano Alderete (46), agente de turismo, voló con su mujer e hija el 23 de mayo por trabajo, vacaciones y para vacunarse. Había perdido un pasaje con fecha de abril debido a las restricciones, y esta vez compró otro y tomó un vuelo de la empresa Boliviana de Aviación. Pudo viajar, pero nunca imaginó lo que le sucedería después. Ahora su vuelta está programada recién para el 16 de agosto. Más de un mes hacia adelante.
“Perdimos la libertad como argentinos”, dice Mariano, indignado y en medio de la incertidumbre. Como él, los otros varados de Miami, autoconvocados en tres grupos de Whatsapp integrados en promedio por 250 personas -que sirven de contención y ayuda mutua- se organizaron para reclamar su derecho a volver a casa.
La cita coincide con la fecha patria, este viernes 9 de julio a las 11 AM (hora local). La sede elegida para la reunión es Manolo, sobre avenida Collins, un ícono argentino de la ciudad en North Miami, ubicado en el área conocida como “Little Buenos Aires”, por la gran cantidad de argentinos que residen allí. “Vayamos todos y seamos solidarios con los que están en esta situación desesperante...de esta tenemos que salir unidos”, invita la convocatoria.
Consultados por Infobae, todos coinciden que es “una protesta pacífica para que escuchen nuestros reclamos, y dejen de atropellar nuestras libertades. Un gobierno no puede digitar arbitrariamente nuestras vidas”.
La idea es que no solo que asistan los varados sino cualquier persona que apoye la causa. Natalia Bouzón -argentina de paso por los Estados Unidos- ya confirmó su presencia. Su ticket hacia Buenos Aires no fue cancelado pero se suma al reclamo de sus compatriotas por solidaridad.
Tal es el caso de Pablo Mayaud, argentino, ingeniero civil, emigrado hace 12 años que se dedica al rubro inmobiliario. Desde su perfil de redes llamó a todos los argentinos a hacerse escuchar en la movilización. “Soy un residente apoyando este banderazo del 9J”, le comenta a Infobae.
María José Neuman (43) tenía fecha de regreso para el 28 de junio pero le cancelaron el vuelo 7 horas antes de partir por la entrada en vigencia de las nuevas restricciones. “Nos sentimos desterrados, el Gobierno nos trata como a un enemigo”, señalaron. No solo no tiene boleto de vuelta, sino que la aerolínea le pidió una cifra impagable para su retorno.
Georgina Leporati junto a su padre, y hermano también está entre los autoconvocados. Tenían un viaje planeado de apenas 10 días, que por el contexto podría extenderse a casi un mes y medio “Nuestro pasaje de a la Argentina era para el 30 de junio. Nos cancelaron el tramo de Panamá a Buenos Aires, sin previsión de fecha concreta, lo único que nos informan es que esperan la autorización del gobierno nacional, y que por el efecto embudo podría ser recién para fines de septiembre. No tiene lógica esta medida”, se lamenta.
Y sigue: “Nos da impotencia toda esta situación. ¡Cómo no nos pueden abrir las puertas de nuestra casa! Estuvimos yendo al aeropuerto para poder agilizar el regreso y anotarnos en listas de espera, y es doloroso ver como personas de otras nacionalidades pueden volar a sus hogares sin trabas”.
Los argentinos eligieron la sede de Manolo, como punto estratégico fácil de llegar. El consulado argentino en Miami está ubicado en Brickell, al sur. “Muchos de los varados no tienen auto, y no pueden cruzar la ciudad en taxi para venir, entonces creímos conveniente”, explican.
En la situación actual no podemos hablar de turistas sino de viajeros”, señaló Santiago Aramburu, abogado especialista en turismo. “Aquellos que se encuentran en el exterior sin poder volver, están en una situación de vulnerabilidad mayor que aquellos que se encuentran en su lugar de residencia”.
Mariano asegura que está en una situación de privilegio. “Por mi trabajo tengo hospedaje sin cargo, pero igual no la preocupación de no poder volver al país es la misma que otros en peores condiciones. Estamos fuera de casa”.
La medida vigente podría modificarse y subir desde la actual restricción de 600 plazas a 1000 o 1200 por día. El tema de los “varados”, una palabra resistida en la Casa Rosada, causa preocupación en el Gobierno, que evalúa relajar la resolución mientras espera la llegada masiva de nuevas dosis de vacunas contra el coronavirus.
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