Naim Soledad Cabral era oriunda de la ciudad de Corrientes, tenía 16 años y cursaba el cuarto año del secundario. A principios del mes pasado contrajo coronavirus. Según contó su mamá, Karina Ayala, en ese entonces a su hija le preocupaba más el hecho de tener que aislarse de sus seres queridos que de la recuperación en sí, ya que siempre fue una persona sana, sin ningún tipo de dificultad de salud. Sin embargo, el cuadro que había comenzado con una fiebre leve y tos se fue agravando y cuatro días después del diagnóstico, la adolescente tuvo que ser internada. Naim atravesó el contagio pero el virus le afectó los pulmones y el corazón. El domingo último, tras luchar durante 25 días, falleció debido a las secuelas del COVID-19.
En medio del dolor indescriptible, Ayala hizo, a través de la prensa y las redes sociales, un pedido desesperado a los jóvenes para que se “cuiden” y lamentó que su hija “no creía en la enfermedad”. “Tomen conciencia, gente. El virus existe hoy se llevó mi hija, a Naim Soledad Cabral. Esto no es joda. Una pequeña de tan solo 16 años sin ninguna patología, no tenía ninguna enfermedad de base. Cuiden a sus padres, hermanos y amigos”, escribió en su muro de Facebook.
“Ella fue una guerrera que luchó hasta lo último, pero el virus la llevó de nuestro lado. Ahora vive solo en nuestro recuerdo para siempre. Les agradezco a todos por su ayuda en orar y rezar por su salud. Con eso la ayudamos para que Dios le reciba con sus brazos abiertos”, agregó en la publicación.
En diálogo con medios locales, la mujer compartió un desgarrador relato de lo sucedido. Contó que su hija dio positivo el 7 de junio. “Dos días antes estaba con mucha fiebre y nos alertamos porque siempre fue una persona muy sana. Al cuarto día arrancó con una tos muy fea y fuimos al Hospital de Campaña. Entró al hospital caminando”, relató.
“A los 11 días ya fue negativo de covid pero seguía en el Campaña. A los dos días de estar en sala se dieron cuenta que estaba deprimida porque estaba sola, sin sus padres y en un lugar que no conocía. Ella no quería quedarse, no quería comer ni hacer los ejercicios, todo el tiempo hablaba por teléfono, hacía videollamadas, no quería estar sola, nosotros queríamos que se relaje y le pedíamos que luche”, continuó Ayala. Para apaciguar las consecuencias psicológicas del alejamiento, el papá de Naim, Marcos Cabral, le cantaba una canción a su hija, “todas las noches antes de dormir”.
A pesar de los esfuerzos médicos, la salud de Naim empeoró y debió ser trasladada al Hospital Llano, pero ya en muy mal estado de salud. Le habían detectado neumonía bilateral y sus pulmones quedaron duros y su corazón agrandado. Fue trasladada intubada y nunca se le pudo quitar el respirador. Pasó así 15 días internada en terapia intensiva.
Ayala contó que fueron a visitarla en varias ocasiones, a pesar del temor a contagiarse porque ella es paciente de riesgo. Recordó que una de esas veces, su hija “escuchó mi voz y quiso levantarse”. “En el Hospital Llano nos dijeron que su estado era delicado, esperábamos el milagro que nunca llegó”, dijo la madre. Finalmente, la adolescente no pudo resistir más y falleció el domingo a la noche.
Su familia quiere ahora que se conozca este caso para crear conciencia sobre las consecuencias del virus, dirigiendo el mensaje especialmente a las personas más jóvenes. Ayala manifestó que, a pesar del dolor, habla “para que los jóvenes entiendan que esto no es joda, es una enfermedad que puede ser grave y los puede matar”.
“Naim no me escuchaba, yo le decía que no comparta el tereré y el mate con todos, pero igual lo hacía, le pedía que no me abrace y bese, porque soy de riesgo y no sabía con quién había estado, y ella me decía que era una pavada, que nadie estaba enfermo”, contó a la agencia Télam.
“Todos estamos destrozados, pedimos que los jóvenes tomen conciencia, porque el covid es una realidad y puede ser grave, hay que cuidarse”, insistió, y la recordó como “una buena chica, sonriente, que se llevaba bien con todos”.
Desde el hospital confirmaron que la adolescente no presentaba patologías previas y que aún se espera el informe que confirme de qué cepa se trata. Por la agresividad del cuadro suponen que podría tratarse de la Manaos, aunque desde el Instituto Malbrán aún no remitieron los resultados.
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