María José Neuman (43) y su marido integran la lista de los casi 40 mil argentinos se encuentran varados en el exterior a raíz del decreto oficial 643/2021, que redujo de 2.000 a 600 la cantidad de pasajeros que pueden ingresar al país por día desde el exterior.
Tenían fecha para volver desde Miami el 28 de junio pero 7 horas antes de partir les cancelaron el vuelo y LATAM les ofrece reprogramar recién para septiembre. “Vinimos para vacunarnos y estamos viviendo una pesadilla. Jamás imaginé que un decreto iba a poner en suspenso varios artículos de la Constitución Nacional”, se lamentó la abogada, quien debería retomar esta semana el tratamiento de fertilidad que inició antes del viaje.
“Me fui con todo organizado. Es el séptimo tratamiento que hago para quedar embarazada y necesito seguir inyectándome hormonas, hacer los controles ecográficos del útero y los análisis de sangre para reajustar los remedios”, contó María José a Infobae en un tono desesperante porque se le está acabando la medicación.
“Ya no tengo 20 años. Perder un mes en cuestión de maternidad a mi edad es un montón de tiempo y más sabiendo que solo me puedo someter a tres tratamientos por año y ya voy por el segundo”, explicó la mujer mientras “el reloj biológico sigue corriendo” y el cuadro de angustia y ansiedad que está atravesando no la favorece.
María José es abogada y su esposo trabaja como despachante de aduana. Habían comprado los tickets en el Hot Sale de 2019 para volar a Miami el 25 de mayo de 2020 y por la pandemia tuvieron que reprogramar siete veces hasta que finalmente pudieron concretar el viaje el 11 de junio.
“Somos personas responsables. Yo estuve los nueve meses de la cuarentena estricta encerrada en mi casa y mi marido se vio obligado a ir a trabjar desde el día uno por ser trabajador esencial. Nunca nos contagiamos, nos anotamos para recibir la vacuna y como el tema se demoraba aprovechamos esta oportunidad”, señaló María José al recordar que el mes pasado unos 20 mil argentinos viajaron a Miami para vacunarse contra el COVID-19.
“Nos relajamos y nos propusimos pasar unos lindos días de vacunas porque no los merecíamos. Además, hacía tres meses que las aerolíneas venían volando así, con el cupo de 2.000 pasajeros, y estaban organizadas. Habían encontrado un equilibrio entre ingresos y salidas”, recordó la mujer sin imaginar el calvario que viviría después.
Un día después de haber llegado a destino, tuvieron la primera señal de que la situación podría desmadrarse. LATAM les mandó un mail avisando que el vuelo del 30 de junio se había cancelado y que se lo adelantaban para el 28. Pero tras sortear este primer obstáculo les llegó la peor noticia.
“Estábamos en el supermercado cuando recibí otro mensaje de LATAM avisando que por las nuevas restricciones del gobierno argentino el vuelo se volvía a cancelar. Esto fue 7 horas antes de salir porque justo ese mismo día entraba en vigencia la medida oficial”, relató la abogada.
A diferencia de otras líneas aéreas, a LATAM sólo le aprobaron un vuelo durante la primera quincena de julio. Y a pesar de que María José presentó el certificado médico correspondiente a su tratamiento de fertilidad no logró conseguir un lugar en el vuelo que partió hacia Ezeiza el 1 de julio.
Negados a permanecer más de dos meses en Miami para poder subir a un avión -como le informaron en el call center-, el matrimonio se puso a buscar en Internet otras opciones para retornar al país lo antes posible. Y para su sorpresa se encontraron con que las empresas pedían cifras que resultan imposibles de pagar: “Aerolíneas Argentinas nos pidió una cifra impagable. No pidió $386.952 y tampoco te da la certeza de que puedas volver”, se quejó María José.
“Las aerolíneas venden pasajes que no existen porque el ANAC aprueba los vuelos con apenas 15 días de anticipación. Lo que te venden es humo, es imposible planificar. Ellos siguen lucrando con la desesperación ajena”, contó la mujer, que decidió dejar su ticket abierto y estar atenta a las próximas autorizaciones que anuncie el organismo para la segunda quincena de julio y así reprogramar en alguna de esas fechas.
Además de la impotencia que sienten por la falta de respuestas de la aerolínea, el matrimonio dice que se siente desprotegido por el gobierno ya que junto un grupo de 70 argentinos se presentaron en la puerta del Consulado en Miami y el cónsul se negó en un primer momento a atenderlos porque no tenían turno.
“Es una cosa de locos. Estábamos en medio de una urgencia y nos cerraron las puertas en la cara”, contó María José hasta que finalmente un grupo de cinco representantes de los varados fue recibido por el cónsul.
“Fue en vano. Nos dijo que no puede hacer nada por nosotros porque firmamos una declaración jurada. Nos sentimos desterrados, el gobierno nos tratan como a un enemigo. ¿No se supone que si uno tiene un problema en el exterior tiene que recurrir a ellos por ayuda?”, se preguntó la mujer.
“Tengo el derecho y la necesidad de volver a mi casa. No me pueden prohibir el ingreso. La cepa Delta no entra por Ezeiza, San Fernando o el Buquebus; entra por las fronteras terrestres donde no hay controles”, concluyó la abogada al poner como ejemplos que la gente vuelve del exterior vacunada y con el PCR negativo y es menos riesgosa que aquellas que ingresan al país a pie de manera ilegal.
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