Alejandro Zacarias (28) es chef y nació en Corrientes. Siempre amó la gastronomía, y por eso desde los 21 que viaja por el mundo cocinando para restaurantes de renombre. En 2020, meses antes de la pandemia, le llegó una oferta que no pudo rechazar: trabajar en Canadá.
No lo dudó, y se fue. El contrato era por dos años. Jamás se imaginó que en todo ese tiempo el mundo se iba a convulsionar por la llegada del coronavirus.
A punto de finalizar su estadía laboral en febrero del 2021, Zacarías compró un boleto de avión de regreso a su casa. “Tenía fecha para el 27 de junio con United, con la ruta aérea que pasaba por Dallas y luego Buenos Aires”, le cuenta a Infobae.
Con los pies en el aeropuerto norteamericano, se enteró de manera intempestiva de las restricciones aéreas impuestas por el gobierno argentino.
El nuevo decreto firmado por el presidente Fernández redujo el ingreso de pasajeros que ingresan del exterior de 2.000 a 600 por día. ”Qué culpa tengo yo que salí del país hace dos años”, se preguntó. Sin embargo quedó varado.
En el mostrador de la empresa aérea le sugirieron tomar un vuelo hacia Miami, donde la frecuencia de vuelos hacia Buenos Aires es mayor. Eso fue lo que hizo. “Me dieron opciones de destinos, aunque me aconsejaron resolver mi problema en el aeropuerto, porque siempre hay alguien que no se presenta y se libera un asiento”, relata.
Alejandro volaba con toda su mudanza: “Tengo cuatro valijas, algo que también complica para encontrar lugar”. Una vez en Miami, le avisaron que solo tenía vuelo para el 4 de julio. “Decidí reservar un hospedaje hasta esa fecha, sabiendo casi con certeza que no podría volver a casa ese día”. Esa profecía se cumplió, le reprogramaron el vuelo para mitad de julio.
Mientras tanto, en DeerField Beach, en las afueras de Miami, Natalia (40) y Martin(45) Echevarría, pareja argentina expatriada desde 2018, tomaban nota de la situación de los varados afectados por las medidas nacionales. “Seguimos día a día las noticias de los cierres, nos tocaba de cerca porque son compatriotas, es terrible ver cómo la gente queda a la deriva”, le cuenta a Infobae.
En las redes sociales vi la iniciativa del buscador de pasajes Turismocity, que propuso conectar varados con voluntarios de hospedaje. “Me lo pasó una amiga y me surgieron ganas de ayudar. Le consulté a Martin que le parecía recibir a un desconocido, porque nos daba cierta desconfianza. Me respondió que lo haga….”, relata.
Zacarias, por su parte publicó su historia en los comentarios. Y tuvo rápida respuesta.
Cuando Natalia la leyó, se conmovió. “Hace dos años que no ve a su madre que lo espera en Corrientes, no se fue por turismo, es alguien que quiere volver y no puede. Ni la declaración jurada firmó ...”, se lamenta.
Al rato recibió la comunicación por parte de Natalia. A las pocas horas llegó en tren.
En Deerfield lo esperaban Natalia, su marido Martin y su perro Thor. “Tengo un cuarto-escritorio que se lo preparé con un colchón inflable para que esté cómodo”, explica la dueña de casa.
" Cuando vivís afuera estas desesperado por un poco de cultura propia. Además ves un argentino y queres ayudarlo, por ahora es parte de nuestra familia”, dice Nati.
Es la cuarta noche que descansa en lo de los Echevarría. Se integró a la dinámica familiar, salieron a pasear al perro, fueron a jugar al básquet, y este fin de semana planean ir a una feria gastronómica. “Son grandes anfitriones, súper bondadosos”, destaca Ale.
A Natalia no le gusta cocinar y Ale es chef, entonces la primera noche él les preparó unas empanadas caseras argentinas. “Compartimos esta foto en las redes sociales, y fue muy aplaudida. Creo que si uno puede dar una mano, debe hacerlo. Hoy por ti, mañana por mi”, dice Natalia.
Si bien está cómodo en lo de los Echeverría, Alejandro no desiste en su intento de volver pronto a su casa. “Hablé con el consulado local, también con la Cancillería, por ahora no he recibido respuesta. Tuve la suerte de conseguir un lugar, otros estaban en peores circunstancias con temas de salud, o sin recursos económicos “, admite.
Y sigue: “Si bien me dijeron que me podía quedar por tiempo indeterminado, estoy en búsqueda de otro hospedaje para no molestarlos”.
Mientras su historia se resuelve, Ale, Martin, Nati y Thor disfrutan del verano del hemisferio norte, ahora con un poco de sabor argentino.
La empresa de viajes, por su parte, aseguró que más de 70 personas ofrecieron asilo a los argentinos varados en distintos puntos del mundo.
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