Paola Flores tenía 46 años y tras someterse a varios tratamientos de fertilización asistida había cumplido su sueño de quedar embarazada. Lo que nunca nadie imaginó es que al sexto mes iba a contraer COVID-19 y que ese virus le impediría conocer a sus mellizos. A la mujer se le complicó su cuadro de salud y falleció 10 días después del parto. Los bebés nacieron prematuros pero se encuentran bien.
La dramática situación con ese fatal desenlace ocurrió el 22 de julio en el Hospital Español de Godoy Cruz, Mendoza. Tras confirmarse que había contraído el virus, su estado de salud se tornó delicado ya que muchas de las drogas que se utilizan para ese tipo de tratamientos in vitro son trombóticas. Finalmente, la paciente tuvo una insuficiencia respiratoria progresiva que le provocó una falla orgánica múltiple.
Como los mellizos, una nena y un varón, nacieron prematuros continúan internados en el área de neonatología de ese hospital y son visitados a diario por su padre y su abuela.
Para mitigar el dolor ante semejante pérdida, las autoridades del centro de salud pusieron en práctica un nuevo protocolo para que los familiares también puedan conocer a los bebés con hisopados previos.
Paola no estaba vacunada y el único antecedente de riesgo que tenía era obesidad. Después de transitar sin demasiadas complicaciones el inicio de la enfermedad, la embarazada empezó a saturar menos oxígeno en sangre y tuvo que ser trasladada a terapia intensiva.
Ante el agravamiento de su salud, los médicos le indicaron someterse a una cesárea y tanto ella como su esposo aceptaron adelantar el parto. Apenas nacieron, los bebés fueron derivados a terapia intensiva infantil y luego a neonatología. Desde ese momento, son alimentados a través de una sonda con leche materna, del banco de leche del hospital.
Paola había ingresado al hospital el 2 de junio con un cuadro que no era no era sospechoso de COVID-10 ya que solo presentaba un edema y urticaria. Al cuarto día, empezó con apnea y se le realizó una tomografía que confirmó una neumonía bilateral. Al día siguiente, se le hizo un testeo que dio positivo y los médicos comenzaron a darle una medicación para que maduraran los pulmones de los bebés.
La salud de la madre empeoró el 11 de junio, con una saturación de oxígeno en sangre de 88 por lo que le colocaron una cánula de alto flujo. El 12 de junio aumentó la insuficiencia respiratoria y fue ahí donde se tomó la decisión de la cesárea.
El 17 de junio, Paola presentó fiebre alta y una falla renal. Y cinco días después falleció generando una conmoción en toda la comunidad.
La mujer trabajaba como bioquímica en el principal hospital materno de la provincia cuyana, el hospital Luis Lagomaggiore. Estaba de licencia porque cursaba un embarazo de riesgo y todavía había llegado por su turno para la vacunación,
Frente a esta dolorosa situación que le toca transitar a la familia, el personal del hospital ayuda a diario y brinda contención en todo momento a su marido y al resto de sus integrantes.
Los mellizos presentan mejoría y es posible que en un mes puedan recibir el alta.
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