Para los creyentes en Dios, los milagros suceden a menudo si se los desea encontrar y ver. Según el diccionario de la RAE, significa “hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a la intervención sobrenatural de origen divino. Suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa”. La palabra proviene del latín miraculum: “maravillarse”.
Todos los creyentes invocan la intervención divina ante situaciones difíciles o desesperadas, cada cual según la concepción de la divinidad que posea. Eso es lo más normal y lo más natural a la psicología del creyente.
En nuestro continente americano, de gran presencia del cristianismo, la invocación a Jesús es constante y entre los católicos y ortodoxos dicha invocación se extiende a la Virgen María y a los santos. Estos dos últimos para que sirvan de intercesores ante Dios; porque la teología católica y ortodoxa deja claros que ni la Virgen María ni los santos “hacen milagros” aunque en el lengua vulgar se escuchen que tal advocación de la virgen o tal santo son “muy milagrosos”. Debería quedar claro que el milagro lo realiza Dios, por mediación de la Virgen o del santo.
En la república Argentina también acontecieron hechos milagrosos, en este caso en particular trataremos sobre lo relacionado con la Iglesia católica; aunque también hay relatos de milagros por la intervención divina otros cultos establecidos en la región, los cuales los trataremos en otra nota.
Tomás de Aquino, en el siglo XIII, definió milagro como algo hecho por Dios más allá de las causas conocidas por los hombres (cf. Suma teológica, I parte, q. 105, a. 7). El Catecismo de la Iglesia Católica explica la importancia de los milagros para el creyente cristiano: “Los milagros de Cristo y de los santos, las profecías, la propagación y la santidad de la Iglesia, su fecundidad y su estabilidad ‘son signos certísimos de la Revelación divina, adaptados a la inteligencia de todos’, motivos de credibilidad [motiva credibilitatis] que muestran que ‘el asentimiento de la fe no es en modo alguno un movimiento ciego del espíritu’” (CIC 156).
La posición actual de la Iglesia católica no es opuesta a la ciencia. El milagro no es considerado un “suceso mágico”, sino que es un suceso que dependería de Dios y solo se concede por motivos que escapan al intelecto del ser humano, y que se sitúan en el mismo misterio de Dios. Hay, pues, hechos que resultan para la ciencia “inexplicables” por las leyes naturales, al menos hasta el día de hoy. La interpretación de un hecho extraordinario depende en gran parte de la creencia de cada persona, y no define al hecho en sí sino a la interpretación que de ese evento se otorga.
Siervos de Dios, beatos y santos
En Argentina hay tres santos canonizados: el pbro. Grabriel Brochero, el hno. Benito de Jesús (nombre civil Héctor Valdivieso Sáez) y la religiosa fundadora española que murió en el hospital Rivadavia en la ciudad de Buenos Aires Rda. madre Nazaria Ignacia de santa Teresa de Jesús March. Y trece Beatos: Laura Vicuña, laica (Viedma), Artémides Zatti, coadjutor salesiano, (Viedma), María Tránsito de Jesús Sacramentado (Madre Cabanillas), religiosa (Córdoba), María Ludovica De Angelis, religiosa, (La Plata), Ceferino Namuncurá, laico, (Viedma), María Crescencia Pérez, religiosa (Pergamino), María Antonia de San José, más conocida como Mama Antula, laica (Buenos Aires). Madre Catalina María, religiosa (Córdoba), Mons. Enrique Angelelli, Pbro. Gabriel José Rogelio Longueville, Padre Carlos de Dios Murias, Wenceslao Pedernera, mártires de La Rioja, Pbro. Gregorio Martos Muñoz, mártir en Almería, España. Y prontamente Fray Manerto Esquiú, Catamarca. Y 46 entre siervos de Dios y venerables
Para que la Iglesia beatifique o canonice a alguien debe haber un milagro atribuible a la intercesión del siervo de Dios. Casi siempre es una cura de una enfermedad la cual para que sea considerada milagrosa, debe ser difícil de aliviar por medios humanos y no estar en una fase en la que tienda una remisión natural de la misma. No debe haberse recibido ningún tratamiento médico o debe estar claro que el tratamiento recibido no tiene relación con la cura o solo paliativos. La sanación debe ser espontánea, completa, permanente y eficaz.
Por ejemplo la beatificación de María Antonia de san José (la mama Antula), fue gracias a la curación milagrosa de una religiosa de la Sociedad de Hijas del Divino Salvador, la Hna. Rosa Vanina de una colecistitis en el año 1904, en la cual no había ningún avance de la ciencia para lograr dicha curación. También pondremos en consideración el milagro atribuido a la intercesión del venerable siervo de Dios fray Mamerto Esquiú, próximo a ser beatificado en la ciudad de Catamarca, en el cual una beba prematura contrajo a los pocos días de nacer la enfermedad conocida como osteomielitis, una infección grave en los huesos que la puso al borde de la muerte. Los médicos pensaban que si llegaba a sobrevivir lo haría con graves secuelas. Pero su mamá oró al siervo de Dios pidiendo la intercesión de Fray Mamerto Esquiú para que su hija se salvara. En apenas una semana, la niña no sólo se recuperó completamente, sino que quedó sin rastro de haber padecido alguna enfermedad. Estos milagros fueron en nuestro país.
Pero no solo los milagros para las canonizaciones deben ser de curaciones; también hay hechos extraordinarios que llevarán, una vez invocado el candidato, a los altares. Como ocurrió con san Juan Macías en el Perú cuando el 23 de enero de 1949 cuando tres tazas de arroz se convirtieran en más de 30 kilos que salían borbotones de una olla y que sirvieron para alimentar a todos los necesitados de la población, luego que la cocinera Leandra Rebollo del Hogar de Nazaret, institución que coordinaba el comedor de pobres en Lima invocara a Juan Macías, ante la falta de comida con estas palabras: “¡Ay, beato Juan! hoy tus pobres sin comer…”. y también en el Perú el que llevo a la beatificación de la Madre María de Jesús Crucificado Petkovic cuando un submarinista el teniente Cortina el 26 de agosto de 1988, se encontraba a bordo del submarino Pacocha y fue colisionado por el barco pesquero japonés Kiowa Maru a la altura del puerto del Callao. El choque abrió una brecha en la popa y la embarcación comenzó a hundirse, pero el entonces teniente logró cerrar una compuerta interna, venciendo él sólo con una fuerza sobrehumana en sus brazos a la presión del mar que estaba penetrando el submarino, luego de invocar el nombre de la madre Petkovic.
En referencia a estos casos la Iglesia católica diferencia las gracias obtenidas de los milagros obrados por la intercesión de algún siervo de Dios invocado. Pero estas diferencias son muy sutiles y solo reservada a los especialistas. Pero volvamos a nuestra nación, un caso muy particular ocurre en la actualidad con la sierva de Dios, Rda. María Isabel Fernández del Carmen, fundadora del instituto de las hermanas misioneras de san Francisco Javier cuyo sepulcro ubicado en la capilla de Ntra. Sra. del Carmen en la localidad de villa Raffo, partido de Tres de Febrero, Provincia de Buenos Aires todos los 28 de cada mes, es visitada por muchos fieles (ahora en forma virtual o con capacidad del templo reducida) y el 28 de septiembre, cuando es el aniversario de su fallecimiento, las personas concurren masivamente a la capilla solicitando gracias y favores por su intermediación, las cuales; según sus seguidores que promueven su causa de canonización dan fe de muchas gracias obtenidas por su mediación.
Otros milagros
Pero también hay otro tipo de milagros que acontecen en la Argentina, que no son solo para elevar a los altares a un siervo de Dios. Como ser el milagro eucarístico de la parroquia de santa María de Buenos Aires los cuales sucedieron en 1992, 1994 y 1996. El 1 de mayo 1992 cuando un ministro de la Eucaristía fue a hacer la reserva del Santísimo Sacramento encontró dos pedazos de hostias sobre el corporal (tela que cubre el piso interno del sagrario) del sagrario entonces el sacerdote guardó esos fragmentos de hostia consagrada en un recipiente con agua, para que se disolviera. El viernes 8 de mayo, se encontraron que los pedazos tenían un color rojizo, como si fuera sangre. El domingo 10 de mayo, durante las misas vespertinas en las patenas que utilizaron los sacerdotes para distribuir la comunión pudieron observarse algunas gotitas de sangre. El domingo 24 de julio de 1994, cuando el ministro de la Eucaristía destapó el copón, (recipiente en el cual se guardan las hostias consagradas) vio una gota de sangre que corría por el lado interno del copón. Y en agosto de 1996, luego de la celebración por la fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen, se colocó otra hostia para que se disolviera en agua, días más tarde se descubrió que la hostia había asumido una forma similar a un trozo de carne. Cada instancia fue debidamente documentada y comunicada al arzobispado de Buenos Aires, y desde él, a la Santa Sede. En 1996 el obispo auxiliar de Buenos Aires Jorge Bergoglio, (actual papa Francisco) convoca al Dr. Ricardo Castañón Gómez a realizar una investigación sobre esa evidencia, sin decirle de dónde provenía, y este aseguró que era carne de la parte del ventrículo izquierdo del músculo de un corazón de una persona de aproximadamente 30 años que había sufrido mucho al morir, realizando también consultas con el Dr. Frederick Zugibe, patólogo y el Dr. Robert Lawrence, médico forense experto en tejidos.
En Córdoba, en Alta Gracia, la idea y realización de todo un predio dedicado a la Virgen de Lourdes se llevó a cabo gracias a Guillermina Achával Rodríguez, Delfina Bunge de Gálvez y Fortunata González. En 1916 decidieron construir una gruta. En 1922 se formó una comisión para erigir además un templo, cuya primera piedra se colocó en 1924. Es de estilo colonial y la obra pertenece al arquitecto Jorge Bunge. Pero con el paso del tiempo fue necesaria una restauración del templo. En el año 2011 comenzó la tarea y en agosto se decidió emprender el restauro del retablo principal que contenía la imagen de la virgen de Lourdes. Grande fue la sorpresa al retirar dicha escultura, porque quedó plasmada en la hornacina una imagen tridimensional muy similar a la de la Virgen. El evento quedó registrado en múltiples fotografías y es posible apreciarla incluso desde la entrada de la capilla. A partir de entonces, la afluencia de fieles se triplicó, llegando los 11 de febrero a más de 150 mil peregrinos.
En la provincia de Buenos Aires, la Virgen del Rosario se manifestó a la señora Gladys Quiroga de Motta a partir del 25 de septiembre de 1983. En agosto de 1990, el teólogo francés René Laurentin -famoso mariólogo- publicó el libro llamado “Una llamada de María en Argentina: las apariciones de San Nicolás” y en un decreto firmado el 22 de mayo de 2016 Mons. Héctor Cardelli, obispo de San Nicolás, declaró que las apariciones ocurridas en San Nicolás serían de carácter sobrenatural. De este modo, el hecho ha quedado reconocido las manifestaciones de la Virgen como un hecho milagroso a nivel diocesano.
Pero no solo hay milagros eucarísticos y manifestaciones marianas, también las imágenes taumaturgas de Jesús y de la Virgen María se ha manifestado en estas tierras desde tiempos en que este territorio formaba parte de las provincias de ultramar del reino de España. A lo largo y ancho del territorio, las diversas manifestaciones han convocado y convocan a miles de peregrinos.
Por citar algunos centros marianos donde sucedieron: la Virgen del Valle de Catamarca, del Milagro en Salta, del Rosario del río Blanco y Paypaya de Jujuy, del Rosario en Córdoba, de Lujan de Cuyo y la Carrodilla en Mendoza, la Consolación de Sumampa en Santiago del Estero; Itatí en Corrientes, Guadalupe en Santa Fe, de Luján y de san Nicolás en la provincia de Buenos Aires, María Auxiliadora en la Patagonia. Y lugares de culto en referencia a Jesús: El Señor del Milagro de Salta, el Señor de Mailin de Santiago del Estero; el Señor de Renca y de la Quebrada en San Luis, Nuestro Señor Hallado en Empedrado, Corrientes; el Señor de la Buena Muerte en Córdoba; el Señor de la Salud en Tucumán; Jesús Misericordioso en la ciudad de Buenos Aires, entre otros.
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